
El Juzgado de Instrucción número 3 de Palma investiga una presunta trama de falsificación de facturas por parte del duque de Palma y Diego Torres con el fin de evadir impuestos de las ya conocidas operaciones millonarias con el Govern balear y la Genralitat valenciana (de 2,3 y 3 millones respectivamente).
Estas altas cantidades de dinero acabaron en las arcas de las sociedades de Urdangarín después de que en ambas operaciones se le adjudicaran los fondos públicos, a dedo, al Instituto Nóos.
Los registros ordenados por el juez José Castro han terminado con sorprendentes e importantes hallazgos. Entre ellos se encuentra un manuscrito elaborado por el propio Urdangarín y Diego Torres en el que se diseñan estrategias para pagar menos a Hacienda. Pero, además, en el documento se describe con todo detalle un sistema de falsificación de facturas. Se trata de un sistema poco sofisticado con el que, tal y como informa El Mundo, el marido de la infanta Cristina y su socio habrían podido evadir cientos de miles de euros.
Por si quedaba alguna duda sobre el origen del manuscrito su propio autor ha confirmado el contenido, sin que, por el momento, se haya revelado su identidad.
Un 'sistema triangular' de emisión de facturas falsas
El principal objetivo de este documento era detallar el modus operandi que se debía seguir con el fin de mantener a Hacienda lo más alejada posible de las sociedades de Urdangarín y Torres. Las facturas falsas iban pasando de una entidad a otra en lo que se ha definido como un 'sistema triangular' de emisión de estas facturas. Estas facturas, cruzadas entre las entidades del entramado, muestran sistemáticamente unos conceptos de pagos tan poco concretos como "por los servicios prestados".
Concretamente, se detalla en el manuscrito, no se debían superar los 250.000 euros anualeas de beneficio oficial, no solo para pagar menos a Hacienda también para desviar la atención de la teórica entidad sin ánimo de lucro del duque de Palma, el Instituto Nóos.
A estas facturas falsas se le suman los ya conocidos servicios 'fantasma' y los contratos inflados.
La Policía y la Agencia Tributaria siguen también la pista de unos pisos adquiridos por las empresas de Urdangarín en Palma en el año 2003. Los investigadores consideran que se elaboraron sobre ellos unos contratos de alquiler falsos con el único de fin de generar más gastos y así tributar menos.