
La Gran Logia de España elegiría este próximo sábado al Gran Maestre que representaría a la masonería española, heredera de la Masonería de Oriente o corriente francesa, a la que pertenecen 3.000 miembros distribuidos en 179 logias. Un independentista catalán próximo a Artur Mas, Ramon Viñals, podría ser el elegido.
8 de marzo. La Gran Logia española, o el Gran Oriente español, renovaría cargos en su institución y eligiría a su Gran Maestre en la XXXIII Gran Asamblea de este sábado. Una elección que, según elconfidencial.com, podría convertirse en un duelo entre el actual Gran Maestre, Oscar de Alfonso, y Ramón Viñals, veterano masón catalán que en la década de los 80 fue diputado por ERC y en 2012 firmó un manifiesto por la independencia catalana, llamado Manifiesto de apoyo al Presidente Mas.
El resultado de esta contienda está por ver. A priori, y según rezan los principios del buen francmasón, en LGE "no están permitidas las discusiones ideológicas sobre política y religión". Una premisa que dista del perfil de Viñals, quien ha tenido un amplio periplo político desde finales de los años 70 hasta el 87 cuando se presentó en las listas del PSCD (Partido Socialista Demócrata de Cataluña) en coalición con el grupo Estat Catalá.
En pleno proceso electoral, Viñals se autodeclara "profundo estudioso de nuestro bagaje histórico", y pondera "hacer llegar nuestra voz y moral al mundo profano, sobre todo aquí en España, donde aún somos atacados con viejos insultos... la pereza o desidia de algunos -defiende- nos llevan al silencio, cuando no a decir que nosotros no hacemos política, cuando somos la quintaesencia de la política al ser nosotros los portadores de premisas que han cambiado el mundo".
La masonería en la política
Ser una persona libre, de buenas costumbres, creer en un principio superior, ser varón, mayor de 21 años, sin distinción de nacionalidad, grupo social o religión, tener una mínima capacidad de comprensión de los conceptos filosóficos de la Orden y disponer de una "ciencia, arte, oficio, o renta". Estos son algunos de los requisitos previos al ingreso en una de las organizaciones más rodeadas de secretismo.
Además, LGE requiere para su pertenencia tiempo disponible para la Orden, tener medio de vida suficiente, mantener coherencia ética, compromiso con la institución y alejarse de discusiones políticas, también religiosas.
A finales de 2012, el sacerdote Manuel Guerra López, afirmaba que la masonería se había infiltrado en los principales partidos políticos de España y está presente en las reuniones internacionales en las que se diseña el orden mundial. Una opinión compartida por el testimonio de un exmasón francés, Maurice Caillet, un médico arrepentido de las bondades de una organización plagada de secretismo que dejó retratado en su testimonio literario, 'Yo fui masón'.
Caillet cuenta cómo la masonería habría influido de manera notable en la aprobación del aborto en Francia, tanto por parte de diputados de derechas como de izquierdas. Aquí, en territorio patrio, Manuel Guerra Gómez, autor de Masonería, religión y político, apuntaba algunos nombres de políticos españoles. Es el caso de Jordi Pujol, a quien atribuye una relación considerable con políticos ingleses a los que habría confesado que en el pasado se inició en la masonería. "Yo me pregunto por qué algunos políticos anglosajones están apoyando tanto a Artur Mas", se cuestiona.

Según el sacerdote Guerra López, en el Partido Popular de hoy sí hay masones. Incluso infiltrados en la cúpula del Partido Popular, y en concreto de Galicia, Canarias, y en la actual del PP vasco.
El mito de la masonería
Las opiniones y las reflexiones sobre la masonería crecen como la espuma. La persecución a la que le sometió el franquismo se estudia en las universidades. Entre tanto, un estudioso en la materia como José Ignacio Carmona es contundente: "El peligro de la falta de formación es llegar a crearse que Rajoy o Zapatero son masones porque alguien lo ha colgado en internet".