El empresario Miguel Ángel Flores, acusado de cinco delitos de homicidio por imprudencia grave en la tragedia del Madrid Arena, ha hecho uso de su última palabra para defender de nuevo su inocencia, manifestando que reitera las palabras de su abogado en el sentir y pesar hacia las familias de las víctimas.
Así lo ha expuesto ante la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid, que durante cuatro meses ha escuchado el relato de los acusados y de los testigos sobre lo que sucedió esa fatídica noche. En total, ha habido 49 sesiones de plenario. Flores ha querido agradecer a la sala su imparcialidad en el proceso y ha reiterado las palabras de su abogado "en el sentir y pesar de las familias de las víctimas. "Y ratificar cada una de las palabras de mi defensa", ha concluido con la voz quebrada.
Tras la última palabra, el juicio ha quedado visto para sentencia. La prueba practicada ha demostrado que la principal causa de la tragedia fue el sobreaforo que hubo, agravado por el cierre de los vomitorios y la apertura de varias puertas de emergencias para que entraran jóvenes sin control directos a la pista.
Según la fiscal y las acusaciones, la pista debía estar esa noche a reventar a la hora del número de la barca del afamado dj Steve Aoki, un extremo que venía en una de las cláusulas del contrato. El espectáculo finalmente se hizo y fue cuando se produjeron diversas avalanchas, entre ellas una mortal.
Antes del turno a la última palabra, las aseguradoras han solicitado a la Sala que se aplique el baremo de accidentes de tráfico a la hora de fijar las indemnizaciones y no la directiva europea de catástrofes aéreas, tal y como quieren las acusaciones particulares y populares. La normativa europea sobre esta materia permite indemnizaciones ilimitadas.
También ha hablado el abogado que representa al Ayuntamiento de Madrid, quien ha recalcado que la causa de la avalancha mortal no fue el botellón, sino "el número excesivo de entradas" vendidas. "Era un edificio encargado al decano de arquitectos", ha reseñado el letrado, quien se ha negado a la afirmación de que tuviera deficiencias estructurales y ha defendido que no necesitaba licencia.
El pasado 12 de enero, la vista oral arrancaba con quince acusados en el banquillo por cinco delitos de homicidio por imprudencia grave y lesiones. La presidenta de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid, María Luisa Aparicio, ha dirigido las sesiones con más celeridad de lo que se esperaba en un principio, dado que finalizará un mes antes de la previsto.
Miguel Ángel Flores responsabilizó tanto en instrucción como en su declaración al plenario al Ayuntamiento de Madrid de la tragedia por las deficiencias estructurales del edificio municipal. Al igual que el empresario, ninguno de los acusados ha asumido en la vista oral su supuesta parte de responsabilidad. Flores apuntó a Madrid Espacios y Congresos (Madridec) -la gestora del edifico- como la máxima responsable del evento, mientras que estos a su vez señalaron como culpables a los controladores de Kontrol 34 por abandonar sus puestos de trabajo y empujar a los asistentes, provocando caídas en el público que dieron lugar a las diferentes avalanchas.
Seguriber, la empresa responsable de la seguridad en el interior, culpó a Madridec de abrir un portón de mercancías por donde se colaron miles de jóvenes, masificando la pista en la hora en la que se produjo la avalancha. La empresa no asume su parte de responsabilidad a pesar de que el vigilante de cámaras que debía ser "los ojos" del evento se ausentó de la sala durante las horas en las que se produjeron las avalanchas. En su declaración aseguró que su función era comprobar que las cámaras funcionaban.