
Un hombre de Zaragoza acudió durante las pasadas Navidades a un supermercado sin imaginarse la sorpresa que le aguardaba cuando, inocentemente, adquirió un bote de Nesquik que se encontraba junto a los demás en el estante del establecimiento.
El comprador llegó a su casa y al revisar sus adquisiciones se percató de que el bote de Nesquik que se había traído no estaba precintado como es lo habitual. Enseguida comprobó qué había en el interior y se encontró, escondida entre el polvo de cacao, una bolsa con una sustancia que finalmente se ha demostrado que era cocaína.
Según informa El Heraldo de Aragón, en la bolsa que el hombre halló en el bote de Nesquik, y que entregó al instante en comisaría, había 250 gramos de cocaína con un valor aproximado de 13.000 euros. Cifras que se desprenden de la investigación policial al respecto.
La propia Policía Nacional se encuentra indagando ahora cómo llegó esa mercancía hasta el supermercado, dando por hecho que esta manipulación se produjo en el mismo ante la dificultad de que llegase así de fábrica. En cualquier caso, señalan las fuentes policiales, todo apunta a una nueva forma de entrega de drogas.