Un golpe en la cabeza. Ésa fue la causa de la muerte de Laura Luelmo, la joven profesora de Zamora cuyo cadáver fue encontrado este lunes a cuatro kilómetros de la pequeña localidad de El Campillo (Huelva), donde había alquilado una casa tras comenzar a trabajar, como interina, en un instituto del municipio vecino de Nerva.
La autopsia que se le ha practicado al cuerpo de Laura Luelmo en el Instituto de Medicina Legal (IML) ha determinado que la causa de la muerte fue una fuerte contusión en la cabeza. El fuerte golpe que le podría haber provocado un traumatismo craneoencefálico se le propinó con un objeto contundente, el informe apunta a una piedra o una pala.
La Guardia Civil ha detenido este martes en El Campillo (Huelva) a Bernardo Montoya, vecino de Laura Luelmo y hermano gemelo del que se había considerado sospechoso en un primer momento por su presunta relación con el asesinato de la joven profesora.
El vecino que atemorizaba a Laura, detenido
El detenido salió de prisión el pasado mes de octubre tras cumplir una condena de dos años y diez meses por dos robos con violencia. Previamente, cumplió otra condena de 17 años y nueves meses, en esta ocasión por asesinato y allanamiento.
Bernardo Montoya quedará bajo custodia de la Guardia Civil, ya que aún no hay pruebas definitivas de su implicación con el crimen de Laura Luelmo. Fuentes de la investigación confirman que es el principal sospechoso y que será interrogado por los expertos del Instituto Armado antes de pasar a disposición de la juez de Valverde del Camino, que ha decretado el secreto de sumario. La ley fija un máximo de 48 horas antes de que Bernardo Montoya pase a disposición de la juez.
Montoya trató de huir a pie cuando sospechó del seguimiento que estaba practicando a su coche la Guardia Civil. El principal sospechoso de la muerte de la profesora de 26 años natural de Zamora paró el coche y salió corriendo campo a través cuando se encontraba en la periferia de El Campillo.
Montoya, hermano gemelo del primer sospechoso
Bernardo Montoya, de 50 años, llevaba dos meses en libertad tras cumplir dos condenas. La primera fue por matar en 1995 a una anciana de 82 años en Cortegana, a la que asestó varias puñaladas en su casa. Meses después de cumplir esta condena, ingresó de nuevo en prisión por dos robos con violencia.
Durante su primera condena, confirmada por la Audiencia Provincial de Huelva en 1997, Bernardo aprovechó un permiso penitenciario concedido en 2008 para tratar de agredir a una joven de 27 años que paseaba por un parque de El Campillo, hiriendo al perro de la muchacha de una puñalada. Fue condenado por amenazas por el Juzgado Penal número 3 de Huelva a un año y seis meses.
El detenido es hermano gemelo de Luciano, quien despertó las sospechas en un primer momento aunque fue descartado por los investigadores, ya que el día 12 de diciembre, cuando desapareció Laura Luelmo, estaba interno en la prisión de Ocaña (Toledo) por el asesinato de otra mujer. Luciano obtuvo un permiso, pero fue el lunes.
Este martes, 24 horas después de que la Guardia Civil encontrara el cuerpo de la joven entre unos matorrales, agentes del Instituto Armado han desplegado un amplio dispositivo en El Campillo que ya ha terminado.

Los agentes de la Guardia Civil han estado desplegados desde el mediodía en la calle Córdoba, donde vivía la joven, concretamente en el número 13. Se han practicado registros tanto en el domicilio donde residía Laura Luelmo, que en el pasado fue de la familia del detenido aunque ahora es propiedad de una compañera de trabajo de la profesora asesinada, como en el de la familia de los hermanos Montoya, justo en frente de la primera vivienda. Según publica El Mundo, algunos vecinos sostienen que Bernardo solía quedarse mirando a Laura y que incluso ella había manifestado su inquietud por ello.
El cuerpo de Laura presenta en la primera inspección ocular un fuerte golpe en la cabeza, además de otras señales de aparente violencia que deben contratarse con la autopsia que confirme las circunstancias que rodearon a su muerte, según han informado fuentes de la investigación. Su ropa fue hallada a unos 200 metros del cuerpo y, según algunos medios de comunicación, la joven intentó defenderse del ataque.
Además de este golpe, los especialistas estudian otras señales de violencia con la duda aún de si son muestras de la agresión que causó la muerte de Laura o si son signos de la manipulación que sufrió el cuerpo para tratar de ser escondido.