MADRID, 03 (SERVIMEDIA)
Un total de 1.180 personas perdieron la vida en 2018 en las carreteras españolas, lo que supone 18 menos que el año anterior y el primer descenso anual desde que la siniestralidad vial subiera tanto en 2016 como en 2017, así como la quinta cifra más baja desde 1960, momento en que empieza la serie histórica de la Dirección General de Tráfico (DGT).
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, dio a conocer este jueves en una rueda de prensa en la sede de su departamento, en Madrid, las cifras provisionales de los accidentes mortales de tráfico ocurridos en las vías interurbanas con datos a 24 horas de producirse los siniestros.
Los datos definitivos y consolidados (que incluirán las víctimas a 30 días de los accidentes tanto en las carreteras como en las ciudades) estarán disponibles en los próximos meses. El ministro estuvo acompañado por el director general de Tráfico, Pere Navarro.
El año pasado se registraron 1.072 accidentes mortales en las vías interurbanas (un 0,7% más que el año pasado), en los que fallecieron 1.180 personas (un 1,5% menos) y hubo 4.515 heridos hospitalizados (un 7,6% menos).
Con estas cifras, 2018 rompió dos años consecutivos de ascenso de la mortalidad en las vías interurbanas, después de que entre 2003 (3.993 fallecidos) y 2016 (1.131) se encadenaran 12 años consecutivos de descenso de la siniestralidad con una reducción de 2.862 víctimas mortales en ese periodo, que fue el de mayor caída desde que la DGT comenzara en 1960 a contabilizar datos de accidentes.
Marlaska indicó que el descenso de la accidentalidad se produjo en un 2018 en el que hubo aumentos del 2% en los desplazamientos de largo recorrido (416 millones, 7,9 millones más), del 3% en el parque de vehículos (33,7 millones) y del 1% en el censo de conductores (26,8 millones). "No vamos a tirar las campanas al vuelo", recalcó.
A este respecto, Navarro comentó: "En seguridad vial nunca hay buenos datos. Los datos pueden ser malos, muy malos o menos malos. Los del año pasado son menos malos, pero no es para echar campanas al vuelo. Podríamos estar en un cambio de tendencia y ojalá 2019 nos lo confirme", apostilló.
MÁS MUERTOS EN AUTOPISTAS
El 80% de los fallecidos eran hombres, frente a un 20% de mujeres (porcentajes que se mantienen estables desde hace años), y el 74% perdieron la vida en carreteras convencionales (877 personas, 41 menos que en 2017), sobre todo por salidas de la vía (40%) y choques frontales (27%).
Sin embargo, Marlaska indicó que ha subido un 8,2% la cifra de víctimas mortales en autopistas o autovías (de 205 en 2017 a 3018 en 2018), principalmente por salidas de la vía (40%) y colisiones traseras o múltiples (21%). En esas vías de alta capacidad murieron 49 peatones, por 65 en las carreteras convencionales.
En cuanto a usuarios de las vías, el año pasado hubo aumentos de fallecidos sobre todo entre peatones (44 más) y ciclomotoristas (+10), y descensos entre pasajeros de automóvil (-55) y motoristas (-31). Por edad, destacan los 249 muertos mayores de 65 años (+68).
Un 22% de los conductores y pasajeros fallecidos en turismos y furgonetas no llevaban puesto el cinturón de seguridad en el momento del accidente y 7 de los 211 motoristas muertos no utilizaban casco, así como 5 de los 30 ciclomotoristas y 5 de los 36 ciclistas que perdieron la vida.
MEDIDAS
Por otro lado, Marlaska enumeró un paquete de medidas que Interior pondrá en marcha durante el primer semestre de este año para intentar consolidar un cambio de tendencia a la baja que se inició el año pasado en cuanto a la siniestralidad vial.
La primera de ellas entrará en vigor el próximo 29 de enero y es bajar el límite de velocidad de 100 a 90 km/h para coches, motos y autobuses en unos 10.000 kilómetros de carreteras convencionales con un ancho de arcén de al menos 1,5 metros.
Otra es que el límite de velocidad en las calles de un único sentido o de un carril por sentido descienda de 50 a 30 km/h. Esas dos medidas son "fundamentales" para Marlaska.
Además, Interior trabaja en modificar los reglamentos de circulación y de vehículos para regular los vehículos de movilidad personal, como los patinetes eléctricos, de manera que estos no puedan circular por las aceras y su velocidad máxima sea de 25 km/h.
También enviará a Congreso de los Diputados una reforma de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial con modificaciones puntuales del permiso por puntos. Así, conducir utilizando el teléfono móvil con la mano supondrá perder seis puntos (por los tres de ahora), con lo que esa conducta se equipararía a conducir borracho o drogado, negarse a hacer la prueba de alcohol o drogas, conducir de forma temeraria, ir a más del 50% del límite de velocidad o conducir con vehículos que lleven inhibidores de radar.
También se incrementará la detracción de puntos por no llevar puesto el cinturón de seguridad, el casco o el sistema de retención infantil, que pasarán de tres a cuatro puntos menos en el carné.
Además, se premiará a los conductores que superen un curso de recuperación parcial de puntos (de los seis actuales a ocho) y a los que hagan un curso de conducción segura (dos puntos más en el carné), en tanto que se unifica el plazo para recuperar ocho puntos tras hacer un curso de recuperación parcial (ahora son dos dos o tres años en función de si se ha cometido alguna infracción grave o muy grave).
Por otra parte, las personas que quieran obtener cualquier permiso de conducir estarán obligadas a recibir ocho horas presenciales de formación en la autoescuela, algo que la DGT quiere impulsar para evitar que los futuros conductores se saquen el carné haciendo test en casa o mediante cursos 'online'. Ésta es una de las novedades que prepara Tráfico a través de un real decreto que modifica el Reglamento General de Conductores.
(SERVIMEDIA)
03-ENE-19
MGR/caa
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