Igual que la deuda es uno de los principales dolores de cabeza para Grifols, también lo es para algunos de sus accionistas. Scranton Enterprises, el holding participado por miembros de la familia Grífols y directivos que controla el 8% de la cotizada, arrastra una mochila de 1.800 millones de euros. Y a diferencia de la firma de hemoderivados ya le llegaron los primeros vencimientos. Para hacerles frente tuvo que acometer desinversiones: se deshizo de varios activos inmobiliarios y del 5,7% que poseía de Wallapop.
Grifols no logra convencer al mercado. Tras haber convencido a los inversores el plan de ajuste presentado en febrero, que implicará 2.300 despidos, la compañía se ha dejado un 40% de su valor bursátil desde que anunció la salida de su presidente Steven F.Mayer, sustituido por el consejero Thomas Glanzmann, tras solo 144 días en el cargo. La puntilla se la ha dado la agencia de rating Moodys que ante el débil desempeño de la cotizada ha optado por rebajar la nota de B1 a B2 y mantener la perspectiva negativa.
Rafael Del Pino, que ya posee su participación en Ferrovial a través de una firma holandesa, no fue el primero en beneficiarse del régimen de los Países Bajos. En las últimas semanas, el movimiento de Ferrovial para trasladar su sede a Ámsterdam ha sido duramente criticado por el Gobierno, pero no es ni de lejos el único en operar desde la región. Aunque la práctica parece haber retrocedido en los últimos años -son muchos los que optaron por repatriar sus sociedades- en Cataluña fue habitual durante décadas. Apellidos ilustres como los Grifols, los Carulla, los Puig o los Rodés cogieron el avión desde Barcelona para constituir una BV, como se denominan allí las sociedades limitadas.
Grifols ha elaborado un plan de choque con el objetivo de reducir sus costes y hacer frente así a la elevada deuda del grupo, que a cierre del tercer trimestre de 2022 alcanzaba la cifra de 9.380 millones de euros. La farmacéutica espera alcanzar un ahorro de costes anualizado de, aproximadamente, 400 millones de euros en relación con los costes comparables del año 2022. La reacción en bolsa ha sido inmediata con subidas de hasta el 14% en la jornada de este jueves.
En bolsa se dice que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Algo parecido deben pensar en Grifols, compañía que en las fechas anteriores a la pandemia rozó los 20.000 millones de capitalización. El valor de Grifols ha caído desde entonces un 70%. Su deuda y sus costes se han disparado y su generación de caja ha caído en picado a pesar de cerrar 2022 con la mayor cifra de ventas de su historia.
Grifols continúa buscando fórmulas que le permitan reducir sus altos niveles de deuda. En una reunión mantenida con algunos de sus inversores, la compañía aseguró que tiene sobre su mesa vender (total o parcialmente) su participación en la compañía líder de China en la comercialización de productos plasmáticos, Shanghai Raas. Sin embargo, el nuevo presidente de la compañía, Thomas Glanzmann, volvió a rechazar una ampliación de capital.
La farmacéutica Grifols ganó 208 millones de euros durante 2022, un 10,4% más que el año anterior. La cifra incluye la actividad de Biotest, que perdió durante el pasado ejercicio 16 millones de euros. Por otro lado, la deuda del grupo se redujo en 189 millones, pasando de 9380,9 a 9191,3 millones.
Grifols publicó este viernes el informe de remuneraciones de sus consejeros como previa a los resultados anuales que se oficializarán el próximo 28 de febrero. Los dos consejeros delegados solidarios de la farmacéutica, Raimon y Víctor Grifols, ganaron 1,2 millones de euros en 2022, cifra que representa un 4,96% más en el caso del primero y un 12,5% más en el caso del segundo respecto a 2021.
La dimisión de Steven Mayer como presidente ejecutivo de Grifols trascendió el pasado martes pero fue este miércoles cuando el mercado penalizó el segundo cambio en el cargo en tan solo cuatro meses. La acción de Grifols cayó en el parqué un 10,5% durante la sesión del miércoles, lo que supuso dejarse 904 millones de euros en bolsa y salir de entre las cinco compañías más alcistas del Ibex 35 en el año (sube menos de un 20% en 2023).
La era de Steven Mayer al frente de Grifols ha durado 144 días. El ya ex presidente ejecutivo de la farmacéutica ha anunciado este martes su dimisión "por motivos de salud y otros motivos personales". Su lugar lo ocupará el hasta ahora el vicepresidente no ejecutivo, Thomas Glanzmann, mientras que Raimon Grifols asumirá el cargo de este último y lo compatibilizará con el de co-CEO.
Grifols cierra uno de los frentes que tiene abiertos en Estados Unidos. La compañía anunció la pasada semana que acometerá 2.000 despidos en el país; un recorte que al menos podrá afrontar con el enfrentamiento que tenía abierto con los donantes del estado de Illinois ya resuelto. La cotizada española ha llegado a un pacto con ellos para que retiren la demanda colectiva presentada por una presunta vulneración de su privacidad a cambio de una indemnización de 16,75 millones de dólares -15,7 millones de euros al cambio actual-.
El terremoto de despidos que barrió a la gran mayoría de las grandes tecnológicas ha tenido réplicas que comienza a sentirse en cada vez más sectores. En lo que va de año, centenares de miles de personas han perdido su empleo por la necesidad de las compañías de encontrar la rentabilidad en sus actividades tras la sucesión de crisis como el Covid, los suministros o el encarecimiento de la energía tras la guerra entre Rusia y Ucrania. La industria tecnológica ha acaparado gran parte de los recortes laborales en todo el mundo, con casi 106.000 puestos suprimidos en apenas mes y medio. De hecho, un total de 365 empresas digitales han reducido sus plantillas, con un ritmo de 2.200 bajas diarias desde el pasado 1 de enero. Ni por asomo se había producido antes una sangría laboral comparable, sin que existan visos de contención.
La llegada de Marta Ortega a la presidencia de Inditex ha abierto el debate de las sucesiones en las grandes empresas españolas. A sus 37 años, Ortega tendrá bajo su mando un conglomerado de empresas con una capitalización que supera los 88.000 millones de euros. Y es que, tras la sucesión anunciada en Inditex, otras grandes empresas familiares españolas como Mercadona, Ferrovial, Almirall, Grifols, Acciona, Miquel i Costas o Catalana Occidente han de llevar a cabo la transición en los próximos años y algunas ya han tomado decisiones.
El resultado de la demanda colectiva de hasta 54.000 donantes estadounidenses contra Grifols se juega estas semanas en la Corte Suprema de Illinois. Tras obtener el visto bueno judicial para emprender su camino en los tribunales, los promotores de la denuncia contra la empresa española por vulnerar su privacidad en los centros de recolección han decidido congelar el procedimiento a la espera de dos resoluciones que permitan, a ambas partes, tener claro el alcance de la sanción a la que se enfrentaría la compañía.
Si hay un acontecimiento por el que será recordado 2022 es por el deceso de una de las reinas más longevas de la historia, Isabel II. La muerte de la soberana de Reino Unido ha sido un hito histórico a la altura de muy pocos sucesos en los últimos años.
Si bien es cierto que las bolas de Europa se encuentran en fase de purgar la sobrecompra acumulada en el tramo alcista que se inició a finales de octubre, también lo es que la posibilidad de que se pueda asistir a una recta final de año alcista ha ido ganando enteros en las últimas horas. Sobre todo, si los principales índices de Europa logran superar en las próximas sesiones las primeras resistencias a las que se enfrentan: los 8.340 y 8.415 puntos del Ibex 35 o los 3.930/45 puntos del EuroStoxx 50.
Tan solo diez compañías de las 115 que conforman el total de la bolsa española cuentan con al menos 25 analistas siguiendo el comportamiento de su cotización en bolsa, según el consenso de mercado que recoge FactSet. Una de ellas es Grifols, la compañía donde más ha aumentado el número de expertos en lo que llevamos de año, periodo en el que ha pasado de los 13 analistas con los que arrancó enero a los 20 con los que cuenta en la actualidad.
Nuevo acuerdo de colaboración entre la compañía de tecnología médica Becton Dickinson (BD) y la farmacéutica española Grifols. Tras varios años trabajando conjuntamente en el desarrollo de los Sistemas de Dispensación Automatizada Pyxis, seguirán apostando por incrementar la automatización de los hospitales en un convenio que se extiende a España, Portugal y a la región de Latinoamérica. La premisa de las dos compañías será la de mantener su liderazgo en este tipo de tecnología mientras introducen nuevas opciones de automatización para los hospitales.
Grifols está recuperando su mejor color en bolsa. Ayer mismo se cumplió un mes exacto desde que la farmacéutica tocase sus mínimos anuales -niveles de hace una década- en los 8,11 euros. Ahora, 30 días después, su cotización recupera un 28,2% de su valor, volviendo a alcanzar los 10,40 euros por acción.
Grifols ha obtenido 188 millones de euros de beneficio en los primeros nueve meses del año, cifra que representa un 30% menos que hace un año. La compañía explica este descenso en la compra de Biotest, realizada hace justo doce meses por una cantidad total de 2.000 millones de euros.
Grifols continua su expansión y suma a su lista una nueva aprobación. La farmacéutica catalana ha recibido la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados para el uso de Alpha ID At Home Genetic Health Risk. Se trata del primer servicio directo al consumidor que determinará el riesgo genético de un adulto de padecer una enfermedad pulmonar o hepática asociada a alfa-1, una proteína. El servicio será gratuito.
El potente debate que protagonizan alcistas y bajistas a corto plazo, esto es aquellos que compran buscando aprovechar la posibilidad de que la recta final del año sea alcista y aquellos que venden pensando en evitar una profundización de la corrección bajista de los últimos meses, que sería la puntilla a un horrendo año, está llegando a su punto más álgido.
Cambio de ciclo en las grandes empresas españolas. A principios de octubre Víctor Grifols anunció que abandonaba la presidencia de la farmacéutica después de 35 años como máximo ejecutivo del grupo. El catalán llevaba desde 1987 como consejero delegado y durante los últimos cinco años también había ocupado el puesto de presidente no ejecutivo. En su lugar, a partir de ahora ocupará el cargo, con poderes ejecutivos, por primera vez un externo de la familia: Steven Mayer. Apenas dos semanas después le tocó el turno a Paolo Vasile, el todavía CEO de Mediaset. El directivo italiano ha estado al frente del grupo de comunicación durante 23 años y, pese a que la compañía ha perdido la mitad de su valor en bolsa, ha hecho historia de la televisión al traer a España el formato de la telerrealidad. La dueña de Telecinco, aunque ya no cotiza en el Ibex 35, entró en este selecto grupo en 2005, tan solo unos meses después de estrenarse en el parqué y Vasile se convirtió en uno de los directivos más veteranos del empresariado español.
Grifols confía en que la demanda colectiva de hasta 54.000 donantes que afronta en Estados Unidos tenga un efecto limitado en sus cuentas. La compañía de hemoderivados asegura que no necesita hacer provisiones financieras por la presunta violación de privacidad a la que se enfrenta al contar con un seguro que cubre un gasto de hasta 50 millones de euros en este tipo de casos. Según la ley del Estado de Illinois, la posible sanción iría entre los 54 millones de dólares -casi 55 millones de euros al cambio actual- a 270 millones de dólares -274,5 millones de euros-.
Si no tenía suficiente con la crisis bursátil que arrastra desde el estallido de la pandemia, a Grifols se le abre un nuevo frente en Estados Unidos. La firma de hemoderivados ha perdido el 75% de su valor en los mercados en dos años y medio y se ha visto obligado a cambiar de presidente para contentar a los fondos de su accionariado. A la caída se le suma ahora en el horizonte una demanda colectiva de un mínimo de 54.000 donantes -podrían ser más- de sangre en el estado de Illinois por vulnerar su privacidad en los centros de recolección.
Este ejercicio no está empujando el viento a favor para las compañías del sector sanitario, y así lo muestra la caída bursátil que acumula Grifols en bolsa, con un descenso de más del 48% que la deja como la segunda que más cae del Ibex 35 en el año. Sin embargo, de los tres valores más bajistas del selectivo español Fluidra, Grifols y Cellnex, solo la farma aguanta con un potencial alcista superior al 100% (de 130%, según el consenso de expertos que recoge Bloomberg).
Como diría el crupier de cualquier casino, para Grifols no va más. A la compañía se le ha acabado el rédito y ahora solo valen las decisiones de calado. Prueba de ello es que los dos anuncios emitidos en apenas una semana, prometiendo mayor gestión (cambios drásticos tanto en la cúpula como en el frente de áreas de negocio claves) y transparencia (regreso a la presentación de resultados trimestrales) apenas han tenido efecto en los mercados. De hecho, el Ibex, en pleno día de subidas generalizadas, por encima del 3%, dejó prácticamente plano el valor de la farmacéutica catalana.
La familia Grífols da la vuelta a su negocio de distribución de vinos. La saga catalana, propiedad de la firma de hemoderivados Grifols, controla desde hace un lustro la cavista Juvé y Camps y, a través de la compañía, dispone de una distribuidora de vinos premium. Hasta ahora únicamente trabajaba para la hostelería, pero acaba de poner en marcha el proyecto Insolity para, por primera vez, vender directamente al cliente particular.
Cambio de capitán en el barco de la farmacéutica Grifols. La empresa de hemoderivados ha decidido nombrar un nuevo presidente, Steven F. Mayer, en sustitución de Víctor Grifols tras más de dos décadas al frente de la compañía catalana. La principal diferencia entre ambos es que ahora el primero tendrá carácter ejecutivo, si bien la empresa explica que trabajará codo con codo con los dos co-CEO de: Víctor y Raimon Grifols. Con todo, ambos tendrán ahora por encima a un presidente con funciones ejecutivas.