Ni Jeff Bezzos, ni Richard Branson, ni Elon Musk. Pese a su reiterada presencia en los medios informativos en las últimas semanas, ninguno de los tres grandes empresarios estadounidenses enfrascados en la renovada carrera espacial se cuelan en la lista de los milmillonarios que más han incrementado su fortuna en lo que va de año. Esa lista, por inusual que parezca, viene comandada por un hombre europeo a cierre del mes de julio, Bernard Arnault.
Divide et Impera. En el linaje de los colosos tecnológicos de Estados Unidos el traspaso de poderes lleva en marcha desde 2011. Por aquel entonces, un convaleciente Steve Jobs dejó de lado su totalitarismo para poner su emporio en manos de Tim Cook. Tres años más tarde fueron Steve Ballmer y Bill Gates quienes elevaron a Satya Nadella como principal responsable de Microsoft. A finales de 2019 le tocó el turno a Larry Page y Sergey Brin, cofundadores de la hoy conocida como Alphabet, matriz de Google, quienes depositaron su confianza en Sundar Pichai.