Uno a uno, Joan Cabrero, asesor de Ecotrader, analiza los 35 valores del Ibex, el principal índice de la bolsa española, y emite su recomendación sobre cada uno de ellos. El experto en análisis técnico ofrece su análisis en el corto y en el medio plazo, según el perfil de un inversor menos o más agresivo, respectivamente.
El Ibex ha arrancado el año con fuerza, pero muchos valores siguen aún lejos de recuperar las pérdidas de 2022. Esto crea oportunidades de encontrar valores con descuento que, además, pagan buenos dividendos. De hecho, el selectivo nacional cuenta con 11 integrantes que ofrecen pagos de más del 5% en 2023, una tabla que lidera Enagás, con un 10,8%.
Este miércoles Inmobiliaria Colonial dio a conocer sus cuentas correspondientes al tercer trimestre del ejercicio. Lo hizo publicando un beneficio neto de 398 millones hasta septiembre, un 116% más que en el mismo periodo de tiempo de 2021, y anunciando una mejora de sus ingresos por rentas en un 12%, hasta los 262 millones. Además, la compañía dirigida por Pere Viñolas anticipó que superará las guías para 2022.
Las entidades no autorizadas son un lastre para el mercado de valores. Muchos ciudadanos, inexpertos en el campo de la inversión, caen en las garras de estas empresas, movidos por promesas de grandes beneficios y rendimientos. De hecho, la inestabilidad provocada anteriormente por la pandemia y, ahora, por la guerra entre Ucrania y Rusia son un caldo de cultivo perfecto para que proliferen estos "chringuitos".
Con el Dow Jones en máximos históricos, lo primero que cabe preguntarse es cómo ha llegado hasta aquí y qué puede hacer que siga subiendo. Aunque el índice ya no es la referencia de facto en Wall Street estando a su vera el S&P 500, sigue siendo la forma en que la mayoría de los estadounidenses siguen el mercado de valores. Así lo constatan los datos: en los últimos cinco años se han realizado ocho veces más búsquedas en Google para "Dow Jones" que para "S&P 500".
Con el primer semestre del año casi a punto de finalizar, las miradas de analistas e inversores empiezan a centrarse ya en 2022, el que se espera que sea el primer año completo de la tan ansiada (y mal calificada) nueva normalidad. La esperanza de analistas e inversores en dicho ejercicio es creciente y dan muestra de ello las cifras de previsiones de beneficio que hay para las empresas del Ibex 35, que en conjunto se han visto incrementadas en casi un 10% desde el mes de enero. De hecho, en más de una quincena de las compañías del selectivo (poco menos de la mitad del índice) se esperan ahora unas ganancias netas para dicho año superiores a lo que se vaticinaban hace apenas seis meses.
Hasta hace unos días los mercados bursátiles apenas habían mostrado una reseñable preocupación por la mayor inflación. Cuando el pasado 10 de junio se conoció que el dato de inflación interanual en EEUU alcanzaba el 5%, los índices siguieron subiendo. Solo la semana pasada, cuando la Reserva Federal dejó ver que adelantaría la subida de tipos para 2023 los mercados se empezaron a abonar al rojo. Lejos de ser un susto puntual, la corrección puede ser más que severa en los próximos meses hasta que se llegue a un punto de equilibrio, algo que podría tardar un año.
El notorio aumento de la inflación está haciendo subir los costes de las empresas, pero no es una mala noticia para todas las compañías ni para los inversores. Los analistas de Bank of America (BofA) han encontrado al menos ocho firmas cotizadas europeas que se beneficiarán de la subida de los precios.
Tras años y años prácticamente desaparecida, la inflación está irrumpiendo de nuevo y el mundo económico no quiere ni puede hablar de otra cosa. El debate es tosco entre los que la ven como algo transitorio tras el shock pandémico y los que opinan que ha vuelto para quedarse. Más cerca de este último club está el director de inversiones de Livermore Partners, David Neuhauser, que ve un "cambio estructural" y explica en qué mercados se podrá sacar tajada de esta nueva situación.
Tras un enero para el recuerdo y una estampida posterior hacia las criptomonedas, los inversores minoristas están de vuelta en Wall Street para animar la cotización de las 'acciones meme'. Si GameStop fue la estrella a principios de año, estas semanas lo ha sido la cadena de cines AMC, acompañada de firmas como Bed Bath & Beyond y BlackBerry y de otras 'tapadas' como Clover Health. Este retorno ha sacado de sus cosillas a algunas de las voces habituales del parqué neoyorquino, como el célebre analista de la CNBC Jim Cramer.
El ascenso de las "nuevas acciones meme" continúa. El operador de prisiones GEO Group se dispara un 45% este miércoles, mientras que Clean Energy Fuels sube un 17%, reemplazando así a nombres como ContextLogic y Clover Health Investments, que encabezaron las alzas del martes.
Wall Street siempre da lugar a pequeños 'milagros' con cotizaciones disparadas de compañías que presentan unos fundamentales dudosos. Al fenómeno espoleado por la 'fiebre' del inversor minorista desatada en el último año se ha sumado una biotecnológica: Cassava. La firma sube un 910% en lo que va de 2021 pese a que lleva 20 años sin fármacos en el mercado.
Los mercados brillarán dentro de dos décadas y todo será gracias a la demografía. Así lo cree el analista de Fundstrat Tom Lee, quien en un informe lanzado a finales de la semana pasada estima que el índice S&P 500 habrá experimentado una subida de más del 350% desde sus niveles actuales en 2038, año en el que fija el pico de la Generación Millennial o Y (nacidos entre 1981 y 1996).
En la búsqueda de la acción 'perfecta' a largo plazo, la gestora de activos Samantha McLemore, fundadora el año pasado del fondo de cobertura Patient Capital, no esconde su predilección por las Big Tech.
La recuperación tras la pandemia parece encaminada y EEUU luce ya unos espectaculares datos de crecimiento que, si bien no van a mantenerse tan altos en los próximos años, sí anticipan que la inercia seguirá siendo positiva. En este marco cabe pensar que a las acciones también les irá bien, algo que el conocido analista bursátil Mark Hulbert discute amparándose en un dato, según él "infravalorado" a la hora de analizar el mercado: los márgenes de beneficio.
Faltan tres semanas para el arranque oficial del verano, pero todo el mundo mira de reojo a la estación estival esperando un merecido descanso al mismo tiempo que la vacunación contra el coronavirus progresa en todo el mundo y la reapertura comienza a ser poco a poco un hecho. Poniendo el foco en los mercados estadounidenses, todo apunta a que el horizonte debería ser de tranquilidad en los meses veraniegos. Sin embargo, no todos los analistas lo tienen tan claro y algunos piden precaución.
Se habían marchado y parecían muy ocupados con las criptomonedas, pero los inversores minoristas han vuelto a ocupar titulares en Wall Street los últimos días por las acciones. Radiografiando sus movimientos, los analistas de Goldman Sachs constatan que estos inversores individuales han 'regresado' con ganas de seguir apostando e identifican cuáles son sus valores favoritos.
Aunque es un término recurrente en el universo financiero, la palabra 'burbuja' se lleva empleando varios meses con más frecuencia de lo habitual. Hay liquidez en los mercados y las cicatrices económicas de la pandemia no se aprecian en unos activos que han registrado subidas vertiginosas desde el año pasado. La pregunta ya no sólo es si hay burbuja -en algunos activos parece más claro que en otros-, si no cuándo explotará si la hay: vender a tiempo lo es todo.
Cuentan las crónicas que Joe Kennedy Sr., padre del que luego sería presidente de EEUU en los 60, tuvo una revelación crucial poco antes del crash de 1929. Tras una década de ebullición en el mercado de valores, en el que él estaba bien posicionado, un día Kennedy requirió los servicios de un limpiabotas al transitar por la calle, como era costumbre entonces. El muchacho le lustró los zapatos y al pedirle la propina le empezó a dar consejos bursátiles anticipando dónde quería invertir él. Kennedy se dio entonces cuenta de que ya no quedaban más compradores en el mercado, hasta el último se quería posicionar. Así que corriendo se dispuso a vender sus posiciones evitando el descalabro. Sin embargo, pese a este acierto, la realidad suele ser más complicada cuando se trata de burbujas financieras que estallan haciendo tanto daño.
No es la primera vez en los últimos meses que el premio Nobel de Economía en 2013 Robert Shiller muestra su preocupación por la exuberancia de unos mercados inundados de liquidez. Si repetidamente ha dicho que hay más de una burbuja en marcha, ahora recrudece sus advertencias.
El sector energético parece estarse descubriendo como el gran 'tapado' de Wall Street. Se multiplican las voces que apuntan a una carrera alcista a largo plazo de los valores energéticos que podría estar empezando mientras reconocidos analistas como Jesse Felder opinan directamente que la energía es el sector más descuidado por el mercado de valores a pesar de que ha estado superando a otros desde el otoño pasado.
El debate bursátil en torno a los gigantes tecnológicos es recurrente. Su tamaño e impronta hace que los análisis sean tan cuantiosos como variados. La discrepancia suele nacer en las valoraciones: ¿son acordes a los fundamentos o son excesivamente altas? La última voz que llega a la pugna es la del analista Vincent Deluard, estratega de la firma de inversión StoneX, quien lo tiene muy claro: el futuro de estos titanes y de otros valores similares de crecimiento no es tan brillante.
Si en los primeros compases de 2021 el temor a la inflación marcaba el terreno de juego de los mercados, los últimos datos indican que el repunte de los precios ya está aquí e irá a más. En esta tesitura, la mayoría de los inversores cavilan qué hacer con su dinero, pero el profesor Jeremy Siegel lo tiene claro: la renta variable seguirá mereciendo la pena aunque la inflación se incendie.
Uno de los grandes misterios de los mercados este año ha sido el nivel persistentemente alto del índice de volatilidad del mercado de opciones de Chicago, más conocido como VIX o 'índice del miedo'.
Las acciones de vehículos eléctricos seguían cogiendo velocidad en una carretera despejada tras un año excelso hasta que han aparecido los baches. Algunos analistas advertían de que esta desbocada carrera tendría que corregirse porque son demasiados los competidores implicados y porque la implantación del coche eléctrico se prevé rápida, pero no utópicamente inmediata. Revisando bajo el capó, aparecen las cuatro 'agujas' que están pinchando esta burbuja.
El frenesí bursátil en torno a las 'acciones meme' que acaparó la atención de los observadores del mercado durante los primeros meses del año puede haber llegado a su fin y haberse desvanecido. Sin embargo, los animal spirits, siguiendo el término glosado por el economista Keynes John Maynard Keynes en los años 30 para describir el impacto de las emociones humanas en las finanzas, parecen seguir al acecho para causar estragos.
La secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, desencadenó este martes bajadas en Wall Street tras afirmar que los tipos de interés podrían tener que subir "algo" para evitar el sobrecalentamiento de la economía. Aunque después matizó sus palabras, el daño ya estaba hecho y el Nasdaqfue el selectivo estadounidense que más lo pagó, cayendo hasta un 1,9%. Sin embargo, el golpe que se llevaron las acciones tecnológicas no parece que fuera solo culpa de Yellen. Sus contemporáneos de la generación del 'baby boom' (nacidos entre 1946, el año de Yellen, y 1964) también han tenido algo que ver.
La cita no se hizo esperar y este sábado los inversores multimillonarios Warren Buffett y su 'segundo' Charlie Munger salieron a la palestra, como hacen cada año, para encabezar la Junta Anual de Accionistas del fondo Berkshire Hathaway, que tan célebres y ricos les ha hecho. La comparecencia anual de este veterano tándem se suele tomar como una referencia de lo que está por venir en la economía y los mercados y por eso el mundo financiero escucha con atención. Los dos 'pesos pesados' no han dejado esta vez títere con cabeza: los nuevos actores de los mercados no les gustan.