La pandemia de coronavirus trajo consigo numerosos cambios en materia de prestaciones por desempleo que, a medida que ido descendiendo su nivel de gravedad, se han ido deshaciendo. Uno de los últimos aún mantenidos se verá eliminado este mes de mayo, más de dos años después desde el inicio de la pandemia.
Existen determinados trámites cuya importancia no disminuye con el paso del tiempo, especialmente en materias tan sensibles como las de las prestaciones por desempleo. Uno de ellos es el de la demanda de empleo, un documento imprescindible para todas las personas que se han quedado sin trabajo y desean cierta cobertura económica.
Los trabajadores que, con una edad cercana a la edad de jubilación, sufran ciertos vaivenes en sus contrataciones y periodos de una duración significativa sin trabajar pueden aspirar a diferentes coberturas dependientes del Servicio Público de Empleo Estatal, el SEPE. Una de las prestaciones más destacadas en esas situaciones es el subsidio para mayores de 52 años.
En algunas ocasiones los ciudadanos que perciben una prestación por desempleo pueden suspenderla para cobrar posteriormente el tiempo que le resta. Solo puede darse cuando suceden ciertas circunstancias y en estos casos el ciudadano ha de hacerlo respetando un plazo y un procedimiento muy concretos.
El cobro del paro o los subsidios siempre está sujeto a una serie de condiciones que no solo se han de cumplir en el momento de acceder a la prestación, ya que también se han de mantener durante todo el tiempo en el que se percibe esta prestación contributiva por desempleo que gestiona el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
El acceso a la jubilación anticipada se entiende tradicionalmente como una forma de dejar el trabajo antes de tiempo aceptando unos recortes en la pensión de jubilación a cambio del adelanto del retiro profesional, pero lo cierto es que se puede llegar a él a través de otras situaciones como, por ejemplo, el cobro de una prestación contributiva por desempleo, lo que conocemos como el paro.
El cobro de las prestaciones contributivas por desempleo, el paro, depende de muchos factores entre los que destaca por encima de todo la cotización previa por desempleo. La razón es que la suma de estos periodos acumulados determinan durate cuánto tiempo se podrá percibir el paro.
La tendencia en la Administración es de modernizar y fomentar los trámites telemáticos, una inclinación que se ha acentuado tras el inicio de la pandemia de coronavirus y las restricciones sanitarias que conllevó. Eso es aplicable a una institución tan importante como es el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
En el momento en que un ciudadano solicita una prestación por desempleo (se trate de la prestación contributiva, el paro, o cualquiera de los subsidios), queda pendiente de lo que sucederá con esa solicitud con el deseo de saberlo lo antes posible para no quedarse demasiado tiempo sin recursos económicos tras la pérdida del empleo.
Aunque suele convertirse en la principal fuente de ingresos del ciudadano en ese momento, cuando un ciudadano cobra el paro puede percibir otras rentas como, por ejemplo, el salario procedente de un trabajo a tiempo parcial. Aunque, eso sí, para poder compaginar ambos ingresos hay que reunir ciertos requisitos y solicitarlo de forma correcta ante el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE).
Fuentes del ministerio de Trabajo y Economía Social han explicado a elEconomista que están analizando el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, pero en una primera lectura, estiman que "por lo que estamos viendo, refuerza y permitirá acelerar la línea en la que ya está trabajando desde el principio este Ministerio".
La normativa española que excluye de las prestaciones por desempleo a los empleados de hogar, que son casi exclusivamente mujeres, es contraria al Derecho de la Unión, según establece el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en sentencia de 24 de febrero de 2021.
Las personas que inician una aventura laboral en el extranjero que tras un periodo de tiempo finaliza tienen derecho en algunas ocasiones a ser protegidos por la acción del SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal), que contempla diferentes subsidios y prestaciones que les cubran económicamente en su vuelta a España.
La prestación por desempleo es un subsidio destinado a aquellas personas que se encuentran en busca de un nuevo trabajo y necesitan cierto nivel de ingresos para mantener su situación financiera. Por este motivo, cuando el SEPE detecta que este beneficiario no necesita percibir estos cobros, retira el derecho a cobrar la prestación.
El cobro de un subsidio por desempleo (en cualquiera de sus modalidades) obliga a su beneficiario a cumplir ciertos requisitos, lo que tampoco le exime de poder disfrutar de ciertos derechos a la vez que cobra dicha ayuda. Como, por ejemplo, disfrutar de un trabajo a tiempo parcial en determinadas circunstancias.
El autoempleo se ha convertido en una forma de encontrar una fuente de ingresos cuando el mercado laboral no abre las puertas. Muchas personas, sobre todo aquellas más mayores, encuentran dificultades para encontrar un puesto como asalariado, por lo que recurren a un trabajo como autónomo. No obstante, lo que muchos de estos profesionales no saben es que pueden compatibilizar la prestación por desempleo con su actividad por cuenta propia.
Uno de los requisitos ineludibles a la hora de cobrar una prestación por desempleo es inscribirse como demandante de empleo, lo que demostrará al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) que estamos sin trabajo pero dispuestos a conseguir uno nuevo y, mientras eso sucede, solicitamos una cobertura económica en forma de paro o subsidio.
Las prestaciones por desempleo que se pagan a las personas que no tienen trabajo pretenden cumplir un doble objetivo: por un lado, cubrir económicamente a estos ciudadanos ante la falta de ingresos y, por otro lado, mantener un equilibrio en el que se fomente su reincorporación al mercado laboral. O lo que es lo mismo, se intenta que el paro o los diferentes subsidios no sean un objetivo en sí mismos, simplemente una ayuda transitoria hasta el paso a una mejor etapa económica.
Las crecientes dificultades a la hora de solicitar una cita previa en las oficinas del SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) hacen que la realización de trámites por vía telemática cada vez sea más atractiva para las personas que necesitan la aprobación de sus prestaciones por desempleo. Especialmente en la más solicitada de ellas, el paro o prestación contributiva por desempleo.
En España hay casi medio millón más de personas recibiendo algún tipo de retribución o transferencia pública que un salario del sector privado, con cifras de cierre de 2021. Concretamente, son 496.776 más quienes reciben una prestación o nómina por parte del Estado. Una cifra cercana al nivel de 2019, cuando la diferencia ascendía a 530.000 transferencias públicas más que las procedentes del sector privado, pero que sí experimenta una notable mejora en los últimos doces meses, ya que a cierre de 2020, y como producto del impacto de la pandemia, nuestro país contabilizó a 1,4 millones de personas más recibiendo una retribución pública que privada.
Al solicitar una prestación por desempleo (ya sea el paro o cualquiera de los subsidios) la mayor preocupación del ciudadano es saber si tiene derecho a la ayuda y, en caso afirmativo, cuándo la podrá recibir en su cuenta bancaria. La clave la tiene el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), que maneja sus propios tiempos.
Una de las funciones más representativas del SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) es gestionar el pago de las prestaciones por desempleo como el paro o los subsidios. Es por esa razón que el organismo, a la vez que decide qué ciudadanos cumplen con los requisitos para cobrarlas, también facilita canales a través los cuales estos ciudadanos pueden comprobar el estado de su solicitud.
La demanda de empleo es uno de los documentos más importantes para una persona que está sin trabajo. Son con ella se pueden percibir las diferentes prestaciones dependientes del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), por lo que su posesión es clave para poder tener cierta cobertura a nivel contributivo o asistencial hasta la obtención de nuevo puesto de trabajo.
Una de las circunstancias que afectan a un trabajador que está cobrando el paro, la prestación contributiva por desempleo, es que deba suspender el cobro de esta ayuda por una de las diversas situaciones que contempla el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) aunque aún tenga tiempo por gastarlo. Para estos ciudadanos existe la opción de recuperar este paro pendiente.
Lo habitual es que la prestación contributiva por desempleo es que se cobre en esas situaciones en las que, después de quedarnos sin trabajo, cumplamos las condiciones necesarias para percibirla mientras se busca un nuevo puesto. Sin embargo, en algunas ocasiones se puede seguir cobrando incluso si se encuentra (y se realiza) un trabajo.
El cambio de año implica modificaciones en las cuantías de las prestaciones sociales: pensiones, Ingreso Mínimo Vital...y también las prestaciones por desempleo. La más abonada de estas últimas, el paro, se ve igualmente afectada por una subida que modificará tanto sus cuantías mínimas como sus cuantías máximas para 2022.
Los autónomos podrán acceder a la prestación por cese ordinario sin necesidad de acreditar que su negocio no es viable. La Ley General de la Seguridad Social, mediante el Real Decreto-Ley 21/2021, acaba de ser modificada para que los trabajadores por cuenta propia puedan acceder al llamado paro de los autónomos, sin necesidad acreditar falta de viabilidad.
En ocasiones, la permanencia en una empresa por parte del trabajador cuando la relación con sus compañeros o sus superiores es tensa se debe a la imposibilidad de estar cubierto con el cobro del paro si decide marcharse de forma unilateral. Y es que dejar el puesto de trabajo voluntariamente con derecho a cobrar la prestación solo es posible en algunos casos.
La inscripción como demandante de empleo es uno de los requisitos imprescindibles para cobrar cualquier prestación dependiente del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Su importancia, debido a esto, es clave y por esta razón el organismo mantiene a los ciudadanos informados sobe todo lo que rodea a este documento.
El año 2022 será un año de muchas modificaciones en el sistema de pensiones y prestaciones español. Los cambios también afectarán a un SEPE que iniciará su propio proceso de transformación y que pagará mayores cuantías por las ayudas que se integran dentro de su acción protectora.