Llevamos varios años muy complicados desde el punto de vista de la gestión de las inversiones. Hemos vivido en un entorno de fuertes políticas monetarias y fiscales que sin duda han contribuido a un ciclo expansivo de gran envergadura, caracterizado por valoraciones elevadas de los activos de riesgo y unos tipos de interés muy bajos a nivel mundial.
Las tasas de interés al cero han regresado para quedarse durante un tiempo. Lo esclareció, de nuevo, la Reserva Federal estadounidense (Fed) el miércoles, al proyectarlos en este nivel al menos hasta finales de 2023. Lo que no clarificó el presidente de la institución, Jerome Powell, fue el futuro del programa de compras de deuda vigente, el conocido como quantitative easing (QE), pese a que el mercado esperaba que pudiera adelantar si las adquisiciones se volcarían más en los bonos a largo plazo.
Los tipos de interés al cero han regresado para quedarse durante un tiempo. Lo esclareció, de nuevo, la Reserva Federal estadounidense (Fed) el miércoles, al proyectarlos en este nivel al menos hasta finales de 2023. Lo que no clarificó el presidente de la institución, Jerome Powell, fue el futuro del programa de compras de deuda vigente, el conocido como quantitative easing (QE), pese a que el mercado esperaba que pudiera adelantar si las adquisiciones se volcarían más en los bonos a largo plazo.
Desde los mínimos de marzo, las bolsas y los mercados de renta fija de crédito se han recuperado del crack provocado por el Covid-19 a un ritmo nunca visto. La recuperación en forma de V es ya un hecho. Pero cuando se examina la rapidez de la remontada, es fácil entender que existe una importante desconexión entre los mercados financieros y la economía real.
En septiembre se está revirtiendo el rally que vivieron las rentabilidades de los principales bonos soberanos de la zona euro durante el mes de agosto.
Las elecciones presidenciales de Estados Unidos marcarán el tramo final de 2020 en los mercados mundiales. El que iba a ser el acontecimiento clave del año ha pasado a un segundo plano ante el duro shock global provocado por el coronavirus. Pero se espera igualmente que el resultado del próximo 3 de noviembre tenga efecto en las bolsas, según el estudio Global Strategist Outlook elaborado por la gestora de fondos Natixis IM. Pero no sucederá así en los bonos norteamericanos, donde será indiferente quién ocupe la Casa Blanca los próximos cuatro años ya que el poder en la renta fija lo tiene la Reserva Federal (Fed), el banco central norteamericano, que posiblemente no toque los tipos de interés hasta 2028.
Las bolsas europeas se decantan por las caídas en el último tramo de la sesión, a pesar del tono alcista en Wall Street. Eso sí, sin perder la moderación. Esta jueves ha estado marcado por la reunión de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) y, sobre todo, por la rueda de prensa posterior de su presidenta, Christine Lagarde. Los principales índices del Viejo Continente apenas se han inmutado por la falta de novedades del organismo respecto su política monetaria. En España, el Ibex 35 cede un 0,31% y cierra en 6.999,2 puntos . En cambio, sí ha habido una reacción clara en la cotización del euro ante las declaraciones de la banquera central: sube y toca los 1,19 dólares.
Antes de empezar a invertir, cualquier persona debería hacerse la siguiente pregunta: ¿cuál es mi perfil como inversor? Riesgo y rentabilidad van de la mano por lo que dependiendo de lo que se esté dispuesto a perder, el inversor tendrá un perfil u otro. Algo clave a la hora de elegir productos y vehículos financieros que hagan crecer los ahorros.
El Tesoro Público ha colocado este martes 6.346,3 millones de euros en una nueva subasta de letras a seis y doce meses, cerca del rango medio previsto, y lo ha hecho cobrando menos a los inversores, al ofrecer una rentabilidad algo menos negativa que en la emisión anterior del mismo tipo de papel.
Alemania ha recibido una sobredemanda de 5 veces para su primer bono verde soberano: las órdenes alcanzaron los 33.000 millones de euros para una emisión de 6.500 millones, según recogió Bloomberg.
En el último mes la renta fija ha empezado a dar señales de debilidad, con ventas generalizadas en los principales bonos soberanos en Europa y Estados Unidos que han desembocado en caídas de precio del 1,5% en el bono español y alemán, y del 1,8% en el T-Note estadounidense desde principios de agosto.