Desde establecer un pacto de rentas a reducir el gasto público, subir impuestos e incluso crear un IVA más elevado para los bienes de lujo, un grupo de economistas consultados por este periódico apunta las claves para frenar la escalada en el precio del dinero a niveles no vistos en décadas.
Los últimos datos de inflación en Estados Unidos han demostrado que la tendencia de los precios en el país es descendente, si se mira el IPC interanual de los últimos dos meses. Pero el dato subyacente, descontando energía y alimentos básicos, ejemplifica que un entorno de precios altos seguirá pegado a la cartera de los estadounidenses.
El precio de las renegociaciones de hipotecas alcanza su nivel más alto en los últimos dos años. La subida de los tipos de interés llevada a cabo con celeridad por parte del Banco Central Europeo (BCE) ha incrementado la preocupación de los clientes con hipotecas a variable, que miran el cambio a fijo como una salvaguarda para garantizar una cuota sin oscilaciones. Sin embargo, el tipo medio de la renegociación de las hipotecas ya ha sobrepasado el 2%, situándose en julio (mes de la primera subida de tipos y del que hay últimos datos) en el 2,04%.
Con la llegada de septiembre también vuelven las previsiones económicas de final de año y los primeros pronósticos de cómo será el inicio del próximo año. Es lo que han hecho este miércoles en GVC Gaesco, entidad financiera especializada en la gestión de patrimonios, al organizar la conferencia titulada Los mercados y las inversiones ante el nuevo curso.
El temor a la recesión es la primera preocupación de los gestores según la encuesta mensual de Bank of América. Por este motivo, llevan a mínimos su exposición a la renta variable al tiempo que aumentan sus posiciones de liquidez.
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ha reconocido que la incertidumbre de la economía en el conjunto de la UE es "enorme", una situación en la que considera que sería un error aplicar una política fiscal expansiva, al tiempo que ha avanzado que habrá más subidas de los tipos en la zona euro tras alcanzar ya el 1,25% después del último incremento del 75 puntos básicos.
El BCE acaba de aumentar en 75 puntos básicos los tipos de interés de la eurozona que ya se sitúa en el 1,25%. Considerando que estaba en el 0% a principios de julio, se podría considerar que este aumento en tan corto periodo de tiempo va a ser más que suficiente para frenar la inflación. Sin embargo, mucho me temo que ante una inflación en la zona euro del 9,1% se pueda atajar contundentemente la variación de los precios pues el tipo de interés, en términos reales, sigue estando en el -8%, lo cual sigue siendo un grave problema para cualquier economía.
Ha llegado el momento de pasar el testigo. El Banco Central Europeo ya ha realizado su movimiento de tipos al alza y ahora la atención pasa al Reino Unido y a Estados Unidos. Y principalmente a este último.
El aumento del Euribor en el último año, derivado de la subida de un 1,25% del tipo de interés por parte del Banco Central Europea (BCE), supondrá un incremento de la cuota hipotecaria media en torno a 115 euros, es decir, cerca de 1.400 euros al año, un sobrecoste que es prácticamente equivalente al salario medio neto de un mes en España, según los cálculos realizados por el Servicio de Estudios de UGT a los que ha tenido acceso este diario.
Dos alzas históricas consecutivas de los tipos de interés en la zona euro, en julio de 0,5 puntos porcentuales y en septiembre de 0,75, han tenido una acogida tibia en el mercado que contrasta con las expectativas que había depositadas en el sector financiero. Pero el temor a una recesión y, con ella, un posible aumento de la morosidad ha destartalado los planes. Sobre el papel, los seis bancos que cotizan en España albergan un potencial de reconstrucción medio del 30% sobre los precios actuales, que va del 52% de Banco Santander hasta el 13% de Bankinter y CaixaBank, que son quienes más han disparado su cotización la última semana. A ello habría que sumar rentabilidades por dividendo que, de media, darán un 6,6% sin contar con posibles (y nuevas) recompras de acciones.
Nada simboliza mejor el fin de una era en los tipos de interés como la decisión este jueves del Banco Nacional de Dinamarca de sacarlos de territorio negativo. Casi a la par que su vecino grande, el Banco Central Europeo (BCE), el banco central danés decretó también una subida de tipos de 75 puntos básicos (la mayor desde 1998) que dejó el de referencia en el 0,65%. El salto es representativo en la medida en que Dinamarca fue en 2012 uno de los pioneros en aplicar tipos negativos y, salvo unos escasos meses de 2014 con una tasa del 0,05%, así los ha mantenido hasta ahora.
Se esperaba que el Banco Central Europeo pintase un cuadro tenebroso en sus proyecciones macro de septiembre para la eurozona y así ha sido, aunque los analistas han calificado de "demasiado optimistas" las mismas. Pese a que ni el banco ni su presidenta, Christine Lagarde, se han atrevido a pronunciar la palabra "estanflación", el escenario queda bastante dibujado y el organismo ha llegado a emplear el término "estancamiento". Desde sus últimas previsiones, dadas a conocer en junio, el BCE ha recortado en su caso base del 2,1% al 0,9% la estimación de crecimiento para 2023. Asimismo, ha disparado del 3,5% al 5,5% las de inflación para el año próximo. En este mismo capítulo, el banco central eleva las perspectivas de inflación para 2024 del 2,1% al 2,3%. En lo tocante a este 2022, la revisión contempla una subida de los precios del 8,1% frente al 6,8% calculado previamente.
Todos los principales bancos centrales se han concienciado, por fin, que no se puede ningunear el proceso inflacionista en el que estamos inmersos en estos momentos. El BCE transmitía muy recientemente mensajes sobre un alza pasajera que se corregiría rápidamente. En su discurso aparecía la palabra transitoria, ahora bien, ¿desde cuando la inflación no es una cuestión transitoria en el tiempo? No existe una inflación perenne en el tiempo; como casi todo en economía, todo es cíclico.
La reunión de este jueves del Banco Central Europeo (BCE) no traerá consigo solo la revisión de su política monetaria, sino también la actualización del cuadro macroeconómico de la institución para los próximos años. Un reajuste que el mercado descuenta a la baja para el crecimiento del PIB de la eurozona hasta 2024 y de la inflación en sentido contrario.
El Banco Central Europeo (BCE) dará carpetazo al verano con la reunión de este jueves 8 de septiembre, donde se espera que la institución actualice su política monetaria para tratar de poner fin a la escalada de precios en la comunidad de los 28.
Los tambores de recesión suenan con fuerza en la eurozona y el ruido ensordecedor llega a España. No solo Alemania, la mayor potencia de la región, se encamina a un duro invierno. La actividad económica española, aunque no se contrajo (como sí sucedió en el conjunto de la zona euro), se ha estancado en agosto, y la incertidumbre de cara a los próximos meses es más que elevada. La confianza de los inversores en la zona del euro se desploma a niveles no vistos desde la irrupción del covid. Un escenario que añade aún más presión sobre el Banco Central Europeo (BCE), que esta misma semana tendrá que tomar una nueva decisión sobre los tipos de interés para hacer frente a la desbocada subida de los precios.
La era del dinero barato ha terminado. Después de una década marcada por políticas monetarias expansivas mediante bajadas de interés y compras masivas de deuda, los bancos centrales mundiales están ahora subiendo los tipos de interés como medida de contención ante la creciente inflación que asola a las principales economías del mundo. Durante este año han subido tipos los principales bancos centrales de países como EEUU, Europa, Inglaterra, India, Australia o Suiza.
Llegan curvas peligrosas para la economía y con ella, para el sector financiero. El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ya avisó este verano a la banca de que no se deje cegar por el efecto de la subida de los tipos de interés en sus márgenes porque la morosidad va a subir, la economía se va a desacelerar y la inflación va a seguir siendo alta. De momento, el ratio de impagos de la banca sigue cayendo a mínimos de hace 14 años, con una ratio del 3,88% a cierre de junio, pero los expertos de S&P esperan que los problemas emerjan en algún momento y la ratio de activos improductivos (créditos dudosos más adjudicados, también llamados en el argot financiero activos tóxicos) suba del nivel del 6% en el que se situó a cierre de 2021 hasta niveles algo más cercanos al 7%, aunque sin llegar a tocarlo.
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, señaló el pasado febrero el camino hacia 'El Dorado' de la banca al abrir la puerta a futuras subidas de los tipos de interés en la zona euro, tras seis años en negativo. Las cotizaciones de las entidades, también de las españolas, se encumbraron ese mes confiadas en haber encontrado la vereda hacia la lluvia de ingresos que iba a llegar. Ahora, y escasos siete meses después, el BCE apunta hacia otra dirección en la que en vez de riqueza se espera una recesión. Sin que la banca haya notado aún en sus balances los efectos de la subida de los tipos de interés, que tardará casi dos años en materializarse al completo, afronta diferentes retos que mermarán las bondades de la normalización de los tipos.
De un tiempo a esta parte en determinados círculos, se ha empezado a escuchar, entre susurros, el término "estanflación". Entendemos la estanflación como la coincidencia en un mismo periodo, de inflación y bien estancamiento económico o bien recesión. Es algo raro de ver, puesto que las medidas de política monetaria que crean inflación (políticas expansivas), también generan crecimiento económico y las que reducen el crecimiento (políticas monetarias restrictivas), disminuyen también la inflación.
El objetivo fundamental del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) integrado por el Banco Central Europeo (BCE) y los Bancos Centrales de la Unión es mantener la estabilidad de precios, al menos según el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Sin embargo, desde hace algo más de un año, la inflación es cada vez más elevada en toda Europa. Ya avisábamos en elEconomista en julio de 2021, que el fantasma de la inflación ya estaba aquí y que no era un fenómeno coyuntural. Eso era ocho meses antes de la Guerra de Ucrania que ha acentuado todos los problemas económicos en Europa, especialmente los energéticos.
Si el rango en el que se mueve el Ibex en lo que llevamos de año va de los 7.600 a los 9.200 puntos nos encontramos en la parte alta de la mitad inferior. Por debajo de la zona templada sin llegar a escaldarnos. Algo que me parece lógico para el escenario bursátil que tenemos delante en el que hay mucho pesimismo, pero no catastrofismo.
Los metales preciosos no están funcionando como valor refugio, a pesar de la volatilidad que existe en el mercado. El miedo a una recesión en Europa y Estados Unidos debería atraer a los inversores hacia el oro o la plata. Pero la fortaleza del dólar ha jugado en su contra hasta la fecha.
Las bolsas de Europa se despiden este miércoles del octavo mes de 2022 y el balance no es precisamente positivo. El temor a una pronta recesión económica con unos bancos centrales invocando mayores subidas de tipos se ha recrudecido en las últimas semanas y ha golpeado de nuevo a la renta variable, aunque no con la misma fuerza que en junio. El retroceso mensual en los parqués europeos ha superado el 5%. En el caso del Ibex 35 español, el descenso rebasa el 3%, borrando de golpe el rebote del mes pasado. De hecho, el indicador patrio ha encadenado 11 sesiones en negativo, algo que no ha sucedido antes desde su nacimiento a principios de 1992. El selectivo español termina agosto bajo los 7.900 puntos.
Crece la presión financiera para las empresas por el aumento de los tipos de interés, y con éstos, del euríbor. El interés medio del crédito a empresas se ha encarecido entre un 11% y un 22% en lo que va de año, dependiendo del volumen de financiación concedida. Concretamente, para los préstamos de hasta 250.000 euros, el tipo medio ha subido a lo largo de este ejercicio un 11% hasta situarse en el 2,56%. Para los créditos de entre 250.000 euros y un millón, se ha encarecido un 19,4%, rozando el tipo el 1,7%. Finalmente, para créditos superiores a un millón de euros, el tipo se ha encarecido hasta un 22%, situándose de media en el 1,37%.
Los intrincados laberintos que conectan la economía y los mercados llevan recurrentemente a que se den algunas paradojas. Es lo que está ocurriendo esta semana en EEUU. Tras el simposio de Jackson Hole el pasado viernes con el presidente de la Fed, Jerome Powell, emitiendo un tono duro, el próximo hito al que aguardan los mercados es al dato de empleo de EEUU relativo a agosto. Aunque los inversores alcistas son los primeros que no quieren ni oír hablar de una recesión en el país ni de malas noticias económicas, una mala lectura en el empleo de este mes sería una buena señal para las acciones.
El Banco Central Europeo (BCE) no quiere quedarse más rezagado. Tras ejecutar la primera subida de los tipos de interés en casi 11 años y poner fin a los tipos negativos de un plumazo (con un incremento de tipos de 50 puntos básicos), ahora podría ir más allá. Las palabras que sobrevuelan en Frankfurt y que plasman los medios económicos son una pista nítida de lo que puede estar por llegar: A big rate hike ('una gran subida de tipos'). Los mercados han comenzado a dar credibilidad a un aumento de 75 puntos básicos, que de implementarse en los tres tipos clave (como en julio) supondría un movimiento histórico y sin precedentes en la eurozona.