La prioridad del nuevo líder cristianodemócrata alemán, Armin Laschet, es mantener unidos a su partido y al país. Posicionar a la CDU de manera inteligente en términos de contenido y estrategia para las elecciones federales de septiembre. Con confianza y fiabilidad el político centrista pretende continuar el rumbo y el estilo político de Angela Merkel.
El ministro presidente (o primer ministro) del estado alemán de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, ha ganado la elección al liderazgo de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), el partido de la canciller alemana, Angela Merkel, en el primer paso para decidir al candidato que intentará suceder a la mandataria al frente de la Cancillería en las elecciones nacionales de este año.
La Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU) elige este sábado a su nuevo presidente, una votación clave en vistas a la sucesión de la canciller Angela Merkel, cuyo mandato culminará, después de 18 años en el Gobierno, tras las elecciones legislativas previstas para el próximo mes de septiembre. Por circunstancias especiales, y dada la situación de pandemia, la elección del sucesor de la líder alemana se celebrará por primera vez de manera online y tendrá dos vueltas.
¡Por fin acabó 2020! La economía mundial se prepara para la recuperación con una inyección de confianza y un contexto político más propicio. Todo, pues, dispuesto para que siga la alegría en la renta variable española e internacional más allá de las celebraciones del Año Nuevo.
A poco más de una semana del final de la Presidencia Alemana de la UE y a nueve meses de su adiós definitivo a la política activa, sirvan estas líneas como acta de arrepentimiento y de disculpa, por un lado, y de homenaje y reconocimiento, por otro, a una figura señera del europeísmo y de la historia mundial del primer cuarto de este siglo: Ángela Merkel.
El pasado verano la ministra Isabel Celaá anunció a bombo y platillo el plan estrella de su Ministerio en esta legislatura, sólo superado por su reforma de la ley educativa. Se trata del plan Educa en Digital, que fue aprobado a mediados de junio por el Gobierno y dotado con 190 millones. Como es previsible, el objetivo no es otro que impulsar la transformación digital de la Educación. Para lograrlo se requiere una importante inversión en equipos (ordenadores, tablets, etc.), y en redes, que está incluida en el presupuesto de Educa en Digital. Pues bien, ha pasado más de medio año de aquella presentación por todo lo alto de Celaá, y los colegios, institutos y universidades siguen esperando a que llegue siquiera una mínima parte de aquel material tecnológico que Celaá prometió. Cuentan que la excusa que el Ministerio está dando para explicar la demora a los centros educativos es la segunda oleada del virus, aunque se suponía que lo recursos iban a anticiparse a este tipo de rebrotes. Desde junio no se ha hecho nada en realidad, pese al riesgo de sumirnos en una situación como la actual, dicen desde un sindicato de profesores. Sea por la causa que sea, el caso es que el propio PSOE parece haberse dado cuenta del enorme retraso que arrastra con Educa en Digital. Así lo indica al menos que apoyara una resolución de hace semanas de la Comisión de Educación y FP en el Congreso, que instaba al Ejecutivo a acelerar con urgencia el plan. 9/12 | El EconomistaInformalia
Angela Merkel ha estremecido al mundo entero y en especial a sus compatriotas durante su último discurso sobre la peligrosidad del Covid-19. La canciller alemana ha insistido en la importancia de respetar y extremar las medidas para frenar el azote de la pandemia, poniendo para ello una emoción bastante inusual en ella.
La Unión Europea enfrenta una amenaza existencial, pero su dirigencia responde con concesiones, aparentemente convencida de que la amenaza se irá con sólo desearlo. El régimen cleptocrático del primer ministro Viktor Orbán en Hungría y, en menor grado, el gobierno iliberal de Ley y Justicia en Polonia han plantado un desafío descarado a los valores en los que se basa la Unión Europea. Considerar que ese desafío es una postura política legítima, digna de reconocimiento y negociación, implica multiplicar los riesgos que ya enfrenta la UE.
Europa se construye a través de sus crisis y esta vez no iba a ser la excepción. La pandemia que comienza a principios de 2020 ha evolucionado hacia el peor de los escenarios previstos, varias oleadas que obligan a restricciones económicas periódicas en las que las autoridades de todos los países tengan que guardar un difícil equilibrio para preservar la salud de sus ciudadanos y el tejido económico. La pandemia está causando la mayor contracción mundial de producto interior bruto desde la Segunda Guerra mundial y está afectado de forma especialmente importante a los países europeos, y entre ellos, a los países del sur. Este choque asimétrico ponía en peligro la Unión Monetaria y la propia existencia de la Unión Europea, y parecía necesaria una respuesta conjunta y contundente por parte de los países miembros.
Hungría y Polonia han vetado el presupuesto de siete años propuesto por la Unión Europea de 1,15 billones de euros y el fondo de recuperación europeo de 750.000 millones de euros. Aunque los dos países son los mayores beneficiarios del Presupuesto, sus gobiernos se oponen rotundamente a la condicionalidad del Estado de Derecho que la UE ha adoptado a instancias del Parlamento Europeo. Saben que están violando las exigencias del Estado de Derecho de manera atroz y no quieren pagar las consecuencias.
El multimillonario inversor George Soros ha publicado un editorial en el portal Project Syndicate donde considera que el veto de Hungría y Polonia al presupuesto de la Unión Europea así como al plan de recuperación deben esquivarse.
(Reuters) - Sentada frente a los fotógrafos en el Salón Oval en 2017, la canciller alemana Angela Merkel se inclinó hacia el presidente de Estados Unidos Donald Trump durante su primera reunión: "Quieren que nos demos la mano". Trump la ignoró y Merkel fue incapaz de ocultar una mirada de incredulidad cuando se volvió hacia las cámaras.
El presidente del Gobierno Pedro Sánchez está plenamente convencido de que con el Plan Merkel se perpetuará en el poder. Si Felipe González ganó cuatro elecciones y se mantuvo en La Moncloa 14 años, en buena parte gracias a los fondos estructurales europeos, él no va a ser menos. Incluso, su vicepresidente Pablo Iglesias lo ha teorizado. En su opinión, el gobierno progresista del PSOE con Podemos se mantendrá al mando el tiempo suficiente para hacer los cambios profundos que la sociedad española viene reclamando desde hace tiempo y que la pandemia ha precipitado.
Así como parece que las negociaciones comerciales entre el Reino Unido y la Unión Europea se están derrumbando, hay motivos para sospechar que las cosas podrían no ser tan sombrías como parecen.
Los líderes europeos concluyeron este viernes una cumbre especial de dos días marcada por el aumento de los casos de covid en Europa y las tensiones con Turquía. Pero en el encuentro de los jefes de los Ejecutivos de la UE también se colaron otros temas que están complicando este otoño, como son la puesta en marcha del fondo de recuperación y las negociaciones con el Reino Unido para la futura relación.
Donald Trump alborotó a Estados Unidos y al mundo entero este jueves tras contar que tanto él como su mujer, Melania Trump, están contagiados de Covid-19. El mandatario, que en noviembre se enfrenta a la reelección, ha recibido el apoyo de algunos líderes del mundo, entre los que se encuentra el presidente Pedro Sánchez, que ha deseado una completa y pronta mejoría tanto al mandatario como a la Primera Dama.
Habitualmente las recesiones no son buenas noticias para los gobiernos que aspiran a ser reelegidos. Ante una situación de reducción de la actividad económica e incremento del desempleo, los electorados suelen imputar, de forma justa o injusta, una parte de la situación a la incapacidad del gobierno para encontrar soluciones adecuadas. De esta forma las recesiones, en muchas ocasiones, preludian el cambio de ciclo político.
Las negociaciones para concluir los detalles del fondo de recuperación europeo y el próximo presupuesto plurianual de la UE, unos 1,8 billones de euros en total, no avanzan tan rápido como algunos esperaban y todos deseaban. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, su homólogo en el Parlamento Europeo, David Sassoli, y la canciller alemana, Angela Merkel, cuyo país preside este semestre a los 27, intentaron este lunes por videoconferencia dar un impulso a las conversaciones. O, más bien, salvar la enorme distancia que todavía separa en la mesa de negociación al Consejo (que agrupa a los Estados miembros) y al Parlamento Europeo.
Con una crisis sanitaria que continúa empeorando en Europa, y una recuperación económica que se va desluciendo con la llegada de noticias e indicadores, muchos Gobiernos europeos miran a Bruselas para ver cuándo llegará el estímulo de 750.000 millones de euros acordado en julio.
Desde este lunes, los padres y madres de Alemania percibirán una bonificación de 200 euros por hijo en septiembre y de 100 euros en octubre como ayuda a la crisis económica provocada por la pandemia.
La toma de la presidencia de la Unión Europea por parte de Alemania llega en un momento crucial para el país germano, ya que la región se enfrenta a la recuperación de los daños económicos y sociales provocados por el covid-19. Su lema presidencial, Juntos por la recuperación de Europa, evidencia no sólo la magnitud de las ambiciones de la Unión durante los seis meses de mandato de Berlín, sino también el reto que supone para la propia Alemania rehacer su modelo económico para adecuarlo a las necesidades de la era post- covid.
Carlomagno expandió los reinos francos hasta convertirlos en un Imperio, al que incorporó gran parte de Europa Occidental y Oriental. Logró someter a los sajones, y tras convertirlos al cristianismo creó el Sacro Imperio Romano Germánico. Combatió a los musulmanes para proteger sus propiedades en la Península Ibérica. Conquistó Italia, y fue reconocido hacia el año 800 como Emperador Augusto por parte del Papa León II.
Entusiastas en su afán de recuperar la memoria histórica, los ministros y diputados del gobierno de coalición socialpopulista recuperaban también la España cañí y de pandereta, recibiendo con folklóricos vítores y aplausos a su "toreador" de Bruselas. Más que un maestro, un novillero cuyo único mérito fue no meter la pata, mientras la lidia y las orejas las cortaba, como el propio Sánchez les reconoció en privado, la alemana Ángela Merkel, con la inestimable colaboración del francés Macrón y del italiano Conte.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha calificado de "progreso" que el Consejo Europeo lograra elaborar el domingo por la noche "el marco de un posible acuerdo" para el fondo de recuperación europea y se ha mostrado esperanzada de que este lunes sea posible alcanzar una postura común. Una misma guía por la que se dejan llevar también el presidente francés, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula Von der Leyen.
De gobiernos a empresas, desde el mundo académico hasta las organizaciones internacionales, en los últimos meses un número cada vez mayor de actores pide una reconstrucción verde de la economía tras la COVID-19. Esta petición es sensata, el nivel de perturbación causado por la pandemia ofrece a nuestros dirigentes una oportunidad de introducir políticas ambiciosas para acelerar la transición a un sistema económico ecológico.
Un jarro de agua fría del norte de Europa para Sánchez. Así se puede definir el resultado de la cumbre de reconstrucción que se celebra este viernes y sábado tras la gira que emprendió unos días antes para prepararla. El primer ministro holandés, Mark Rutte, fue muy claro durante el encuentro que mantuvieron el lunes en su residencia de La Haya. "España tiene que buscar la resolución a sus problemas dentro" de sus fronteras. A buen entendedor, pocas palabras. Rutte quiso decir que no confía en que Europa venga a salvarnos, hay que utilizar nuestros propios remedios.
Alemania no es solo la mayor economía europea y principal contribuyente a las arcas comunitarias. También es su motor político, punto de partida o estación imprescindible para cualquier iniciativa. Más aún cuando Berlín ocupa este semestre la presidencia rotatoria de la UE, y su canciller, Angela Merkel, se ha volcado en sacar adelante una respuesta ambiciosa para superar la crisis del covid-19. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunió en Berlín con la alemana para hablar sobre el fondo de recuperación de 750.000 millones de euros, y el presupuesto comunitario de algo más de un billón de euros para los próximos siete años en el que está encuadrado.
Ayer lunes el ministro de Salud de Alemania, Jens Spahn, mostró en público su preocupación por los rebrotes de coronavirus en Baleares. En concreto, mencionó lo que está ocurriendo en Mallorca,donde se concentran la casi totalidad de los nuevos focos de infección. Spahn criticó las fiestas celebradas con presencia de turistas alemanes, en las que no se mantenían las más mínimas medidas de seguridad exigidas por el Ejecutivo regional y pidió que se extremen las precauciones, porque la epidemia no ha pasado. Pues bien, fuentes cercanas a Sanidad cuentan que el Ejecutivo de Angela Merkel no solo muestra inquietud con la situación en Baleares. Por lo visto, también preocupa lo que está ocurriendo en Cataluña, donde el presidente de la Generalitat, Quim Torra, piensa pasar por encima de la Ley y decretar el confinamiento de Lleida por los rebrotes. Es más, hay quien en el Ministerio liderado por Salvador Illa comenta que las autoridades sanitarias alemanas ya están haciendo algunas consultas a las españolas para conocer de primera mano cómo está la situación.