La crisis que se ha desatado en Estados Unidos con el colapso de Sillicon Valley Bank, Signature Bank y Silvergate Bank ha tenido eco en Europa con Credit Suisse como protagonista, por motivos diferentes. Sin embargo, en momentos delicados para los mercados, como el actual, la confianza se convierte en el catalizador que puede crear un problema por sí solo, y ahora muchos inversores estarán preguntándose cuál es el riesgo real de impago de las entidades españolas.
Al cierre de la semana pasada el Ibex 35 perdió el soporte que presentaba en los 7.765 puntos, que en numerosas ocasiones les había señalado que era la línea divisoria que separaba un contexto potencialmente alcista hacia los 9.000 enteros o bajista hacia los 7.000 puntos, dependiendo de si se mantenía en pie o se perdía respectivamente.
El sector bancario sigue dejando la pandemia cada vez más lejos. La banca española continuó registrando máximos históricos en su rentabilidad sobre recursos propios a cierre del tercer trimestre de 2021, cuando alcanzó el 10,94%, un valor tan elevado (en el trimestre anterior fue del 10,85%) que se explica en gran medida por el efecto contable de la integración de Bankia en el grupo CaixaBank.
En un contexto en el que aún está por decidir si ómicron será un nuevo cisne negro, sí tenemos claro que los actuales datos van a poner a prueba el axioma de que Europa es deflacionista, que se ha convertido prácticamente en una verdad universal. Las dudas, en cualquier caso, empiezan a surgir porque cuanto más dure el periodo inflacionista, más riesgo existe de que éste persista en el tiempo y basta echar un vistazo rápido a la actualidad informativa para darse cuenta de que la gran mayoría de bienes y servicios están subiendo precios forzados por la crisis de suministros, el coste de las materias primas o de la energía, entre otros factores.
La solvencia de la banca europea, que apenas se resintió al comienzo de la crisis de la covid 19 gracias a una intervención pública masiva, ha seguido mejorando hasta la primera mitad de este año, mientras que la rentabilidad ha experimentado una rapidísima recuperación desde niveles históricamente bajos. Aun así, la banca española sigue a la cola del continente, con unas cifras de solvencia bastante inferiores a la media.
Hace meses que desde Ecotrader veníamos señalando que el sectorial bancario europeo no debería encontrar dificultades para seguir moviéndose al alza hasta que al menos recuperara niveles donde cotizaba antes del Covid crash, algo que tuvo lugar finalmente hace un par de semanas. Alcanzado y superado este primer objetivo ahora ya se puede favorecer con más fuerza un escenario alcista hacia siguientes objetivos que manejo en los altos que marcó el sectorial bancario el año 2015 y 2018, cuyo alcance lo veo bastante probable para el año 2022.
La banca española es la menos capitalizada de Europa, de acuerdo con los datos que de manera recurrente publica el BCE, pero dispone de fondos de casi 220.000 millones para hacer frente a deterioros y pérdidas por impago. Durante la pandemia, estos recursos se han reducido en unos 10.000 millones, debido sobre todo al descenso de sus reservas, la principal partida de su colchón para afrontar riesgos.
Uno de los principales catalizadores de las últimas subidas fue el sectorial bancario europeo y es por ello que resulta preocupante el hecho de que el último tramo alcista que llevó al EuroStoxx 50 de los 4.100 a los 4.165 puntos, no fuera secundado con nuevos máximos también en la banca europea.
La cada vez más frecuente alusión a una hipotética subida del precio del dinero. El repunte de la rentabilidad que ofrecen los bonos más conocidos del planeta (el Bund y el T-Note). El esperado incremento de la inflación. El mayor apetito de analistas e inversores por valores cíclicos. Las halagüeñas previsiones de beneficio que el consenso de mercado hace ahora. Las proyecciones de un mayor gasto por parte de los consumidores... Y así se podría seguir enumerando elementos hasta casi infinito. El número de ingredientes que componen el cocktail perfecto que el mercado degusta en los últimos meses con los bancos como protagonistas, es casi infinito.
A estas alturas del ejercicio, deben ser ya muy pocos los inversores y analistas que no se hayan dado cuenta de que el sector bancario europeo en general, y el español en particular, atraviesan un momento dulce en el mercado de renta variable.
Wells Fargo Securities ha publicado un análisis en el que trata de identificar las economías avanzadas que estarían en mayor riesgo de sufrir las consecuencias en el caso de que una potencial crisis de deuda se extendiera entre los mercados emergentes.
Uno de los catalizadores de las últimas subidas en las bolsas europeas ha sido el sectorial bancario europeo y es por ello que entiendo que resulta muy útil analizarlo para saber si en próximas fechas los bancos podrían seguir apoyando un contexto de mayores alzas. Para ello lo ideal es analizar la evolución del Stoxx Europe 600 Banks (SX7R), que está compuesto por los 40 bancos más importantes de la eurozona según el estándar de mercado ICB (Industry Classification Benchmark).
Un sector tan importante como es el Stoxx Europe 600 Banks ha comenzado la semana rompiendo el techo del proceso lateral que acotaba la consolidación desde comienzos de diciembre pasado. Esto plantea la conclusión de la misma y la reanudación de la tendencia alcista que inició el sector bancario europeo a finales de septiembre del año pasado. Esta clara señal de fortaleza no hace más que reforzar nuestra idea de que las empresas de este ámbito serán las que podrían beneficiarse mejor de la reactivación de la economía y de un futuro contexto inflacionario.
2021 puede ser el año definitivo de la recuperación de la banca. Lo que sí se intuye ya es cierto cambio de percepción por parte de los analistas respecto a las entidades nacionales, con preferencias concretas de unos sobre otros, pero hay quien apuesta por incluir algún banco en cartera para no dejar pasar su posible revalorización. De momento, donde es más visible la mejora de la percepción sobre el sector es en las estimaciones de beneficio. Desde que Pfizer comunicó al mundo la eficacia de su vacuna -fue la primera farmacéutica en hacerlo a comienzos de noviembre-, la banca española lidera la recuperación de las estimaciones de ganancias para 2021 dentro del Ibex 35.