"Este va a ser un verano muy interesante". Así se podría resumir la percepción del panorama en los mercados que tiene Orla Garvey, gestora sénior de carteras en el equipo de Crédito en Federated Hermes. Esta experta admitió en una entrevista con elEconomista.es la semana pasada que "la incertidumbre es elevada" ante el menor crecimiento económico a corto plazo, que se da por hecho en prácticamente todos los rincones del planeta.
Una vez finalizada la temporada de resultados -más del 90% de las empresas del S&P 500 han publicado sus cifras del primer trimestre en Estados Unidos y la mayoría sorprendió al alza, tanto con sus ventas (68% de las empresas) como con sus cifras de beneficios (77%)-, esta semana habrá que devolver el foco a la evolución macroeconómica de las principales potencias desarrolladas.
La gestión pasiva avanza con paso firme en Europa. En el primer trimestre del año, marcado por el regreso de la volatilidad ante la crisis de la banca regional en Estados Unidos y la continuidad en las subidas de los tipos de interés de los bancos centrales, los inversores europeos han preferido exponerse al mercado a través de ETF y fondos índice, más baratos, en lugar de hacerlo mediante los fondos activos.
El temor a un recrudecimiento de la crisis bancaria ante la liquidación de First Republic Bank, tras perder prácticamente todo su valor bursátil, ha favorecido que índices como el Ibex 35 se hayan acercado a los primeros soportes a los que se enfrentan en el corto plazo.
Con la temporada de resultados en pleno apogeo en EEUU y en Europa, esta semana que viene, el Banco Central Europeo y la Reserva Federal estadounidense reclamarán su dosis de protagonismo con una reunión de política monetaria en la que ambos deben decidir si mantienen el pie en el acelerador de las subidas de tipos o no.
El Banco de Japón (BoJ) ha decidido este viernes mantener intacta su estrategia de estímulos, que incluye tipos de interés negativos y el control de la curva de rendimientos en su primera reunión de política monetaria presidida por el nuevo gobernador, Kazuo Ueda. Asimismo, la junta de gobierno del organismo se da un período de 18 meses para recalibrar este marco político aplicado durante los últimos años. La reacción en los mercados ha sido una clara caída del yen (un 1,6% frente al dólar hasta las 135 unidades y otro 1,2% frente al euro) y un repunte en el precio de los bonos soberanos, bajando su rentabilidad. La bolsa de Tokio lo ha celebrado con un alza del 1,4% al alejarse por el momento las medidas de endurecimiento.
Los principales bancos centrales ya han realizado la mayor parte de las subidas de tipos de interés, si se hace caso al consenso de mercado, pero eso no quiere decir que las políticas monetarias vayan a relajarse a partir de ahora. Y es que desde JP Morgan consideran que instituciones como la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) o el Banco Central Europeo pueden realizar sus últimos ajustes al alza en las próximas reuniones pero que tendrán que pasar unos meses antes de que se vean los primeros recortes de tipos en ambas geografías.
El fantasma de la recesión vuelve a acechar a varias de las principales economías del planeta, especialmente a Estados Unidos, tras las recientes turbulencias sufridas en el sector bancario. La caída de Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank, así como el rescate de Credit Suisse a este lado del Atlántico, han asestado un duro golpe al optimismo de los inversores sobre el horizonte económico más cercano. Pero, pese a todo, los mercados bursátiles parecen serenos: los principales selectivos bursátiles de Occidente acumulan ganancias considerables en lo que va de año. Y no sería la primera vez que ignoran una crisis: ya sucedió hace casi ocho décadas.
Este año, el mercado de renta fija ha registrado más idas y vueltas que un buen largometraje. El año comenzó con un repunte alentador en los mercados de renta fija tras el duro 2022. La especulación de que los principales bancos centrales estaban más cerca de poner fin a su agresivo endurecimiento había impulsado al alza los precios en todos los ámbitos en las primeras semanas. Pero el optimismo no duró mucho, ya que una serie de datos mostraron que la inflación era más sólida de lo previsto.
Las próximas decisiones de los bancos centrales están en constante reevaluación y son un foco de incertidumbre (mayor) desde que la hoja de ruta de los tipos de interés no está clara. Tras materializarse los primeros efectos de la restricción monetaria, con las quiebras de Silvergate, Silicon Valley Bank (SVB) y Signature, solo se sabe que los dueños del dinero se acercan al final del ciclo restrictivo, pero este horizonte sigue estando borroso. Un escenario en el que también figuran la inflación "pegajosa", la que tardará más en remitir, y la progresiva reducción del crédito. Sin embargo, en este punto concreto del "mercado fracturado" también hay oportunidades y Pimco explica dónde están y cómo aprovecharlas.
Más allá de benignas notas como la relajación del IPC general en Alemania y España por el efecto base y la caída de la energía, así como un dato de PCE (deflactor del consumo personal) en EEUU más débil de lo esperado, la semana pasada acababa con la lectura de que la inflación subyacente -sin energía ni alimentos frescos- sigue alta y pegajosa, con lo que los bancos centrales, que han subido tipos incluso en pleno maremoto bancario, no deberían abocarse demasiado pronto a los recortes. Lo ocurrido en las últimas horas reaviva los principales temores.
La de hoy no ha sido una sesión cualquiera para las bolsas: tocaba cerrar la semana, el mes y el primer trimestre del año. Las dudas han hecho acto de presencia durante la primera mitad del día pero los números verdes se han impuesto finalmente. En Europa, los selectivos de referencia acaban este viernes con ganancias moderadas y 'haciendo pleno' (han subido en las cinco jornadas de la semana). El EuroStoxx 50 se coloca sobre los 4.300 puntos mientras el Ibex 35 español se ha reforzado por encima de los 9.200. Han aguantado el tipo pese a la incertidumbre por los últimos datos de inflación, que dan más argumentos a los bancos centrales para seguir endureciendo su política monetaria, con el impacto negativo en la economía que ello conlleva; más aún tras las turbulencias en el sector financiero occidental vividas recientemente. De hecho, la renta variable española arroja un balance negativo en marzo, aunque no eclipsa las fuertes ganancias acumuladas desde el final de 2022, que son de doble dígito en todos los parqués del Viejo Continente.
Salir a los mercados a colocar deuda para lograr financiación se ha convertido en una aventura a la que pocos emisores se atreven en las últimas semanas. Muy, muy pocos. Las emisiones de bonos prácticamente han desaparecido en Europa en la última quincena, desde que se destaparon los primeros problemas en la banca. Este frenazo en seco solo se produce en periodos ocasionales como el cierre de año (en las fechas de Navidad), el mes de agosto o cuando hay una fuerte desconfianza como en la actualidad. En esta ocasión el cierre de la ventana de financiación llega, además, después de un inicio de año muy intenso en colocaciones de bonos.
Las pérdidas han vuelto con contundencia a las bolsas de Europa este viernes y se han borrado buena parte de las ganancias cosechadas a principios de semana. Antes de la apertura de hoy, los ascensos semanales superaban los dos puntos porcentuales.El Ibex 35 español ha terminado la jornada con un descenso del 1,98% hasta los 8.792,5 puntos, por lo que el avance de toda la semana se ha reducido al 0,84%. Pero ¿a qué se deben los números rojos de esta sesión? Al pánico que todavía prevalece en los mercados a una nueva crisis bancaria. La prueba está en que los bancos han sido, de nuevo, el principal lastre de la renta variable, con una entidad destacando entre todas las demás en el Viejo Continente: Deutsche Bank, que ha llegado a sufrir un desplome de doble dígito en la bolsa de Fráncfort. Con este panorama, el EuroStoxx ha visto peligrar los 4.100 puntos y el Ibex se ha llegado a colocar al filo de los 8.700.
Con permiso de los fondos de deuda subordinada, que se han visto lastrados por la amortización de CoCos de Credit Suisse, los que invierten en bonos basura han bajado también un 2% este mes. El resto de categorías de fondos de renta fija aguanta en positivo.
Uno de los giros inesperados en la resolución del caso Credit Suisse ha sido que los bonistas de deuda contingente convertible (CoCos o también llamados AT1 al ser capital adicional de nivel 1, los de más riesgo para el inversor) perderán todo su dinero sin que esto ocurra con los accionistas, que son quienes realmente cierran el orden de prelación en supuestos de impago. El mercado considera que las autoridades suizas han roto así las reglas del juego.
El colapso en Estados Unidos de Silicon Valey Bank (SVB), Signature Bank y Silvergate Bank ha desatado el miedo a que se produzca una nueva crisis financiera y ha puesto en el punto de mira a todo el sector en bolsa, con Credit Suisse como protagonista en Europa. La noticia de la quiebra de SVB se conoció a última hora del 10 de marzo, con los parqués europeos ya cerrados, aunque el ruido previo ya cotizó en bolsa. El lunes, con los mercados abiertos, las acciones de los bancos sufrieron fuertes caídas a ambos lados del Atlántico, que se han mantenido con el paso de los días.
Las compañías que recompran acciones y están baratas representan una oportunidad para encontrar valor. Es la idea que defienden algunos de los gestores value más reconocidos de nuestro país, que se concentraron en el II Foro de la Liga de la Gestión Activa celebrado por elEconomista.es este martes. El porcentaje de compañías en las carteras de Bestinver y Magallanes Value Investors que optan por realizar buybacks o por pagar dividendos extraordinarios se encuentra en máximos históricos.
Las bolsas occidentales querían acabar la semana con buen sabor de boca, pero la banca no se lo ha permitido. Más en concreto, Credit Suisse, que vuelve a estar en el epicentro del 'terremoto' con un nuevo desplome de sus acciones. El temor a una nueva crisis financiera no se disipa en ninguno de los dos lados del Atlántico. En consecuencia, y pese a un comienzo de la sesión claramente positivo en el Viejo Continente, las ventas se han impuesto y los principales selectivos registran caídas superiores al punto porcentual. Las pérdidas son menos acusadas que en las pasadas jornadas, pero en el caso del mercado español son más que suficientes para arrojar el peor balance semanal desde febrero de 2022: el Ibex 35 ha bajado un 5,81% desde el pasado viernes y ha caído bajo los 8.800 puntos.
Después de algo más de una década los bancos, al menos algunos, vuelven a ser objetos de titulares de los medios de comunicación. Una vez más parece que la caída de un banco, además de arrastrar a otros, acapara los titulares de medio mundo, todo ello en medio de la entrega de los Oscar. Lo primero responde a una pregunta, ¿puede un banco quebrar? Respuesta, sí, sí, por si queda duda: sí, sí y sí.
Jérémie Boudinet, responsable de crédito de grado de inversión de La Française AM, analiza el origen de la crisis originada por la quiebra de SVB, el riesgo de contagio a Europa, la situación de bancos en el ojo del huracán, cómo está afectando al mercado y el futuro de la banca en la sombra.
La quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) en EEUU ha despertado rápidamente viejos 'fantasmas' del mundo financiero. Los reguladores estadounidenses han actuado con presteza en esta ocasión y la calma parecía haber vuelto poco a poco a los mercados tras el pánico desatado el viernes y este lunes. Sin embargo, como ha ocurrido en anteriores ocasiones, el miedo no se disipa tan fácilmente y la sensibilidad se dispara: cualquier duda multiplicará los efectos negativos, como se ha vuelto a ver este miércoles con Credit Suisse. Si vuelve a bajar la marea, es fácil que se vuelva a pillar a quien estaba 'nadando desnudo', como recoge el célebre aforismo de Warren Buffett que invariablemente resuena en el universo de las finanzas.
Lunes de duras pérdidas en las bolsas de Europa. Los inversores han seguido deshaciendo posiciones en la renta variable en el inicio de esta nueva semana. Al contrario de lo que daban a entender los futuros a primera hora, los índices principales del Viejo Continente ya comenzaron el día en negativo. Y, según avanzaron las manecillas del reloj, las caídas fueron a más llegando incluso a superar el 4%. El EuroStoxx 50 ha visto muy de cerca los 4.000 puntos, aunque ha terminado cerca de los 4.100. El Ibex 35 español, por su parte, ha firmado su peor día desde el pasado junio. Si el viernes terminó sobre los 9.200 enteros, hoy se ha colocado incluso bajo las 9.000 unidades. Al cierre de la sesión, el índice se ha situado en los 8.958 puntos tras caer un 3,51%. Ambos selectivos han cedido sus respectivos soportes, según el análisis técnico de Joan Cabrero, asesor de Ecotrader.
La caída de SVB ha revivido al fantasma de Lehman Brothers. La primera pregunta que se plantean los inversores tras otro lunes negro en los parqués es si la quiebra del banco californiano puede desatar una crisis como la que se produjo en 2008. Los expertos consultados por elEconomista.es creen, de manera unánime, que aunque ambos bancos han sido intervenidos y tienen problemas de liquidez... las similitudes terminan ahí.
La tendencia de compras generalizadas en renta fija que comenzó a mediados de octubre ha encontrado su primer obstáculo en el último mes. Febrero no le ha sentado nada bien al mercado de deuda, tanto, que ya se han borrado todas las ganancias que dejaba el índice mundial de renta fija de Bloomberg. En la última jornada de febrero el selectivo deja un balance anual del -0,21%, perdiendo toda la subida que llegó a acumular hasta el día 2 de febrero, que llegó a alcanzar el 4,7% desde el primer día del ejercicio.
Las empresas europeas no son las únicas que tienen que hacer frente a la presentación de resultados del año pasado. El Banco Central Europeo (BCE) también tiene que rendir cuentas, y lo hará este jueves, un día en el que presentará sus primeras pérdidas operativas desde el año 2004, cuando el organismo tuvo unos resultados negativos que superaron los 1.500 millones de euros durante el ejercicio. "Los resultados van a ser negativos para muchos bancos centrales en este 2022", ha reconocido Mario Centeno, gobernador del Banco de Portugal.
Los bancos centrales han vuelto a ser protagonistas. Las subidas de tipos para combatir la alta inflación heredada de los desajustes económicos de la pandemia ya se empiezan a notar en la economía y amenazan las perspectivas de los ciudadanos. Sin embargo, haciendo un repaso histórico, se puede concluir que, en algunos casos, estas medidas han perdido potencia. El caso actual del Reino Unido es revelador.
Los inversores dicen adiós a otro año bursátil y lo hacen con mal sabor de boca. 2022 deja pérdidas de calado en los principales índices del mundo. El EuroStoxx 50, referencia en el Viejo Continente, ha caído un 11% desde la pasada Nochevieja. El S&P 500, principal selectivo de Wall Street, arroja un balance anual del -19,2%, el peor desde 2008 (año en el que estalló la última crisis financiera), a falta de ver cómo termina este viernes. En el mercado español, no obstante, el retroceso ha sido menos marcado: el Ibex 35 ha descendido un 5,5% y despide 2022 por debajo de los 8.300 puntos, cuando un año atrás se encontraba por encima de los 8.700. Hoy, el último día del año, ha terminado con un descenso del 1,07% hasta los 8.229 puntos.
La filtración por parte de la prensa de la más que probable designación de Kazuo Ueda como gobernador del Banco de Japón (BoJ) a partir de abril, cuando expira el mandato del histórico Haruhiko Kuroda ha puesto en guardia a los mercados de bonos y sus actores. Aunque falta que el Parlamento ratifique el nombramiento y faltan por conocerse las líneas maestras que seguirá el nuevo jefe del banco central dovish por antonomasia, la incertidumbre está servida.