A falta de conocer los próximos días algunos datos importantes para la economía norteamericana, como el índice manufacturero o las actas de la Reserva Federal, que podrían ofrecer algunas pistas sobre la orientación de las medidas del organismo para atajar la inflación, los inversores están confiando en que ésta acabará moderándose en el primer trimestre, lo que permitiría pausar la subida de tipos de interés, después de los reiterados mensajes hawkish para enfriar el entusiasmo de los inversores que han ido emitiendo los principales bancos centrales. "Los tipos acabarán situándose en torno al 5%, así que la Reserva Federal no tardará mucho en poner fin a su ciclo de endurecimiento de la política monetaria", asegura Pramod Atluri, gestor de deuda de Capital Group.
Los presidentes de los grandes bancos centrales se han puesto las anteojeras de los caballos para no ver otra cosa que no sea la inflación galopante que ahoga ahora mismo al mercado. Con el objetivo de frenar la subida crónica de los precios, tanto el BCE como la Fed han mostrado su clara intención de llevar a cabo una restricción monetaria que alivie los precios (pese al riesgo de frenar también el crecimiento económico en un momento en el que los riesgos para la recuperación son altos).
El mercado está viviendo en los últimos días intensamente el fin de una era. Los estertores de la época de los tipos de interés en mínimos históricos, que nació primero como respuesta de la política monetaria a la Gran Crisis Financiera y se intensificó después en la contundente y sin precedentes contestación de la banca central de las principales economías del mundo desarrollado a la pandemia de coronavirus.
El bono de Alemania con vencimiento a 10 años (conocido como Bund) regresó ayer miércoles a terreno positivo por primera vez desde 2019. Se pone fin a la anomalía que suponía que el inversor pagara por financiar la economía germana.
La deuda europea emitida en 2021 con grado de inversión (al menos un escalón por encima de la calificación de basura) ha destruido 23.500 millones de euros en total respecto al valor por el que fue colocada, según calcula Bloomberg.
Los bancos de inversión ya esbozan en sus perspectivas el momento en el que se producirá un punto de inflexión en la rentabilidad del bono alemán a 10 años, que camina por terreno negativo de forma ininterrumpida desde mayo de 2019. Un 50% de ellos, entre los que se encuentran Goldman Sachs o Wells Fargo, prevé que lo abandone en el último trimestre de este año, para situarse en el entorno del 0%. Sin embargo, el consenso de mercado recogido por Bloomberg retrasa este momento a principios de 2022.
El rendimiento del bono de Alemania con vencimiento a 10 años -conocido como Bund y máximo exponente de los activos refugio de la eurozona- se acerca al 0% por primera vez desde 2019 tras recuperar cerca de 75 puntos básicos desde el -0,856% al que llegó a caer en marzo de 2020 -el pico de tensión de la pandemia de coronavirus- hasta el -0,09% actual por la expectativa de incremento de la inflación y de, como consecuencia, una retirada de estímulos por parte de los bancos centrales (el temido tapering).
Los rendimientos de los bonos en Europa han subido con intensidad en las últimas semanas. Sin embargo, este avance de los intereses (que encarece la financiación) se ha producido sin que se hayan visto cambios relevantes en las expectativas de crecimiento en la economía europea. Una vez más los mercados se mueven y no reflejan lo que pasa en la economía real, al menos en la europea. La sincronización financiera global, junto a la desincronización económica, puede terminar costándole caro a Europa si el BCE no actúa de forma clara.
Los bonos de la Unión Europea (UE) amenazan con romper el status quo del mercado de deuda soberana del Viejo Continente. "Compras el riesgo de Alemania, con la rentabilidad de Francia", coinciden distintos gestores de renta fija que prefieren no ser citados. Un diferencial que atrae demanda directamente del Bund germano, el activo refugio por excelencia, hasta ahora, de la eurozona.
El interés exigido al bono español a diez años, el de referencia, se mantiene este miércoles al alza, y tras la apertura, sube al 0,307%, nuevo máximo desde septiembre.