Que el mercado de materias primas ha generado una de las situaciones más inflacionarias que se recuerdan de las últimas décadas ya no es noticia para nadie. Sin embargo, el último dato de IPC estadounidense, el del mes de octubre -del 7,7%, tres décimas por debajo de las estimaciones-, vislumbró la efectividad de las duras políticas monetarias que están llevado a cabo los bancos centrales y el mercado ya cree que la inflación ha tocado techo, al menos, en Estados Unidos.
Aunque no haya ninguna confianza en que se produzca el esperado rally de fin de año en bolsa, la impresión de las últimas sesiones de mercado es que es mucho más factible que la renta variable apañe el desastre de fin de año a que lo haga la renta fija. A ocho semanas de que concluya el año, los inversores conservadores pierden el 10% frente al 15% de los agresivos. Y tengo la sospecha de que esta diferencia se va a estrechar. Podemos asistir a un fin de año tan dantesco en el que las mayores pérdidas históricas de la renta fija se acerquen a las de un muy mal año de las acciones.
Los altos costes de la energía ya acumulan tras de sí una larga cola de víctimas, entre ellas, el sector automovilístico -aunque sufre hasta tres veces menos la inflación que los proveedores-. A nivel europeo, la industria aglutina actualmente una caída en bolsa del 21,54% en el ejercicio y entre las compañías que agrupa, solo Renault se salva del negativo y aguanta en positivo en 2022.
Lejos quedan los 16.320 puntos con los que el Nasdaq 100 comenzó sus andaduras en el 2022. Apenas bastaron tres días del año para que el índice tecnológico estadounidense marcase máximos del ejercicio en los 16.501 puntos. Desde entonces, el comportamiento del selectivo fue cuesta abajo hasta el punto de que ha permanecido la mayor parte de 2022 sumido en un mercado bajista -aquel en el que se ahonda en pérdidas del 20%-.
La situación de incertidumbre no tiene visos de acabar. Con las principales plazas a ambos lados del Atlántico moviéndose en zona de mínimos del año, la semana pasada los datos macroeconómicos marcaron la conducta de los mercados. El jueves se dio a conocer el dato deIPC estadounidense correspondiente a septiembre, en el 8,1%, una décima superior a la estimaciones y con la inflación subyacente en niveles máximos de hace 40 años. En España, este dato ha logrado descender por debajo del doble dígito, tras tres meses consecutivos superando el 10%, y se coloca en el 8,9% en el mes de septiembre.
El desplome de Solaria en bolsa no cesa. En la sesión del jueves la renovable llegó a desplomarse cerca de un 5%, para finalmente mermar la caída y establecerla en un 1,11%. Esta es la quinta sesión consecutiva en números rojos -pierde sobre un 12% durante este tiempo-. Desde que tocase máximos del año, el pasado 25 de agosto, Solaria ya pierde más de un 41% de su valor en el parqué español.
Ayer se cerraba el segundo peor mes del Ibex en lo que va de año y, también, su septiembre más bajista desde 2002. Y es que, aunque el índice lleva mostrando una mayor fortaleza que sus homólogos desde el inicio del ejercicio, los temores originados por el oscuro panorama macro han bañado este mes muchas sesiones del selectivo de rojo, que lo dejan con una caída del tercer trimestre del doble que Europa, al corregir un 9,04% frente al 3,96% del EuroStoxx 50. Con esto firma el peor trimestre desde la pandemia.
El mercado de materias primas se ha convertido en uno de los grandes protagonistas este año, al haber sido el detonante de una de las situaciones macroeconómicas más delicadas de las últimas décadas: el aumento de la inflación.
Una de cal y otra de arena. Así podría definirse la conducta del Ibex 35 durante el mes de agosto, a falta de una sesión para cerrarlo definitivamente. Ante la tónica bajista que se extiende por Europa, el Ibex retrocede un 2,16% y junto al Footsie londinense, vuelve a ensalzar una de las mejores conductas del Viejo Continente.
"Si quieres hacer un master en renta fija este es un buen año para estar en el mercado; está siendo muy interesante". Con esta frase, Enrique Lluva, director de renta fija en Imantia Capital, describe lo que está siendo 2022 para quienes gestionan carteras de renta fija.
La opinión de los expertos sobre el devenir de las bolsas en el segundo semestre del año sigue la misma tónica que los mercados: la de la incertidumbre por no tener un rumbo claro. En porcentajes, un 42% de los 19 analistas que han participado en la encuesta de elEconomista.es confía en que, en la segunda mitad del año, la situación de las plazas bursátiles se revierta y comience la remontada. Por contra, un 37% se muestra menos optimista y cree que las caídas seguirán profundizando en los próximos meses, y el 21% restante no lo tiene claro.
Con los resultados que se están consiguiendo este año invirtiendo en renta fija, muchos inversores pueden estar preguntándose si realmente este es un activo adecuado para el inversor conservador.
Las caídas que se están produciendo en los últimos días en renta variable ya amenazan con un nuevo mercado bajista que se produce con correcciones superiores al 20%, con retrocesos cercanos al 16% que acumula en 2022 el S&P 500, o el 17,95% que ya suma el EuroStoxx 50.
El mercado abrió la nueva semana con las ventas, de nuevo, imponiéndose. Pese a que el Ibex esta sucumbiendo a estas caídas, continúa siendo uno de los índices que menos cede. En el año cede un 6,59% frente al 17,95% de Europa y el 15,75% que perdía Wall Street a media sesión. No obstante, la cotización del índice patrio aún no se coloca en mínimos anuales, pese a que esta nueva sesión roja hizo que cinco de sus compañías se desplomasen hasta situar sus cotizaciones en mínimos anuales. Todo ello en una jornada en la que tan solo el Banco Sabadell lograba cerrar en positivo.
Las bolsas se desploman y se habla en porcentajes, pero ¿cuántos millones pierden en sus caídas? En Europa, el comienzo de la invasión de Rusia a Ucrania supuso pérdidas más que millonarias en bolsa en el día de ayer. En concreto, la capitalización del Stoxx 600 <:SXXP.ST:> -compuesto por las 600 compañías europeas más importantes por capitalización bursátil- se redujo un 3,28% en tan solo una jornada. En cifras, se traduce a 411.000 millones de euros en pérdidas, lo que supone casi un tercio del PIB ruso de 1,47 billones de euros, a cierre del tercer trimestre de 2021. El selectivo europeo se aleja así de los 1,25 billones de capitalización y cae cercana a los 1,2 billones de euros.
El miedo se huele en las bolsas. El contexto geopolítico, con el riesgo de una invasión inminente de Ucrania, se une a las tensiones económicas, producidas por la alta inflación y la preocupación por la respuesta que dé la Reserva Federal. Con el bono estadounidense a 10 años al 2% y voces en la Fed que piden subir los tipos un punto entero de aquí a junio, Goldman Sachs lanzó una advertencia este fin de semana: si el banco central estadounidense se pasa con el endurecimiento de la política monetaria, el S&P 500 podría caer un 11%.
La renta fija ha arrancado el nuevo año en la misma tónica en la que terminó el anterior. Las ventas no sólo no se han frenado, sino que siguen más presentes que nunca, tanto en los bonos americanos como en los europeos.
Con la incertidumbre que provoca la variante ómicron del Covid, al no conocer con exactitud cuán virulenta puede ser o si las vacunas actuales son 100% efectivas, las economías de todo el globo se están resintiendo ante una posible caída del consumo, comercio y movilidad. Además, desde el otro lado del Atlántico, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, ha dejado de ligar la palabra "transitoria" con la inflación, lo que augura que el auge de los precios podrían perdurar más allá del primer semestre de 2022. Esto ha quedado reflejado también en las bolsas europeas que finalizaron noviembre marcadas por fuertes caídas a partir del viernes 26, cuando Europa canceló los vuelos con los países más afectados por el nuevo brote de coronavirus mientras la incidencia subía dentro de las fronteras de la eurozona.
La caída que está experimentando la lira frente a sus principales cruces este año ha llevado a las autoridades del país a intervenir directamente en el mercado, por primera vez desde el año 2014, al hacer uso de su reserva de divisas extranjeras para manipular el tipo de cambio y dar un impulso a la moneda, que ayer alcanzó una caída de más del 40% en lo que va de año frente al euro.
La advertencia de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA Renovables) de que el Real Decreto aprobado por el Gobierno para rebajar el precio de la luz podría provocar la paralización de aquellas instalaciones con coberturas de precios y contratos privados de compraventa de energía ha tenido un impacto directo en los títulos de compañías eléctricas y, sobre todo, en las renovables. La noticia despertó el temor de los inversores que no tardaron en deshacer posiciones. Aunque a lo largo de las últimas horas de la sesión algunas de las compañías lograron reponerse del impacto, el sector eléctrico nacional terminó perdiendo 1.003 millones de euros en capitalización en una sola jornada.
Pekín ha vuelto a intensificar el control regulatorio a las empresas del país y la bolsa ha sufrido un nuevo revés en el arranque de la semana, con caídas importantes para las principales bolsas de valores de China y de Hong Kong.
Tanto va el cántaro a la fuente, que al final se acaba rompiendo. Después de innumerables tentativas a lo largo de las últimas semanas y de haber dejado patente su incapacidad para alejar los riesgos bajistas al no haber podido superar sus resistencias de corto plazo en este mismo periodo de tiempo, las principales bolsas de Europa cedieron en la sesión del jueves los importantes niveles de soporte a los que se enfrentaban.
A menos de un mes de comenzar la temporada de verano, el sector europeo de turismo y ocio marca la diferencia en un mayo alcista. Se convierte en la oveja negra tras perder un 4% en este periodo. Un resultado que contrasta con el resto de los sectores del Stoxx 600, que cierran mayo en positivo. Con la excepción de los seguros y las tecnologías que, aunque casi planos, terminaron durante la última sesión cerrando el mes en negativo.
Tras dos semanas en las que las caídas no han dado tregua a ACS, la constructora ya acumula un retroceso del 8,5% desde el pasado lunes que la arrastra a los 25,94 euros. Un dato que la convierte en la segunda más bajista del Ibex en este periodo y que la coloca a solo un 3,7% de sus mínimos anuales: los 24,97 euros que marcó en febrero.
En el mundo siempre sucede algo que le quita el sueño a los inversores. La historia nos demuestra que los mercados son sensibles a multitud de eventos negativos diferentes, que tienen potencial para castigar las rentabilidades de las carteras de los inversores.
Los peores augurios de los últimos años para la renta fija están empezando a materializarse en 2021. Los inversores que centran sus carteras en los activos considerados de menos riesgo como la deuda pública estadounidense están sufriendo pérdidas en los dos primeros meses de ejercicio que alcanzan el 5% con el bono norteamericano, un retroceso que está poniendo a prueba el aguante de unos inversores conservadores, que, en general, tienen la seguridad como prioridad a la hora de colocar su dinero.
El cruce del euro con el dólar ha perdido los 1,20 dólares por primera vez desde principios de diciembre. Mientras en Estados Unidos los datos macroeconómicos están dando buenas señales, algunos analistas avisan del daño económico para Europa por los problemas que están teniendo con las vacunas, que le impedirán dejar atrás la pandemia al mismo ritmo al que lo hará Estados Unidos.
Las caídas dominaron ayer en las bolsas europeas, con retrocesos incluso superiores al 2% en el caso de Alemania. Como es habitual en un escenario así, surge la duda de si se abre una oportunidad para incrementar posiciones o es mejor esperar.