
El placer de conducir
Los guantes han acompañado a los moteros desde siempre. No hay duda de su utilidad para protegerse la piel y aislarse del frío. Cuando hablamos de coches, en cambio, hoy es menos común observar a conductores agarrando el volante con este complemento. Sin embargo, el uso de esta prenda se remonta al origen del automóvil, cuando el calor y el vapor que desprendían sus calderas obligaba inevitablemente a protegerse las manos. De ahí que el compartimento ubicado en el lado derecho del coche se llame guantera Aunque esta protección ya no sea necesaria, los guantes de conducción pueden aportar hoy, por qué no, un poco de distinción. Además, evitan la sudoración y aportan adherencia en el volante. A este complemento para las manos, sumamos a continuación algunos de los accesorios más exclusivos del mercado. Porque más allá del placer de conducir, nuestros automóviles nos pueden proporcionar un sinfín de experiencias singulares. ¿Arrancamos?