Bancos y aseguradoras están sacando provecho a una herramienta que se creó a su medida tras la crisis de deuda de la zona euro en 2012 para reforzar sus niveles de capital. En los últimos meses las entidades han generado una avalancha de financiación de deuda perpetua con costes de financiación que han caído por debajo del 4% por primera vez en la historia.
La carrera por lograr costes mínimos de financiación en el sector bancario ya ha encontrado otro competidor. Banco Santander emitió este miércoles 1.000 millones de euros en deuda perpetua, conocida como CoCos, por la que se exigió un cupón del 3,625%. Es el mismo tipo de interés que logró CaixaBank hace dos semanas en una emisión de 750 millones de euros y que la convirtió en un nuevo récord de financiación en mínimos históricos para bonos perpetuos en lo que respecta al sector financiero de todo el sur de Europa. Con la gesta de ayer, Santander iguala a CaixaBank en lo que respecta al coste de financiación de una emisión de CoCos.
CaixaBank ha colocado este jueves deuda perpetua al coste más bajo de la historia del sector financiero en España y también del sur de Europa. En total, la entidad ha lanzado participaciones preferentes por valor de 750 millones de euros, con un cupón que finalmente ha quedado fijado en el 3,625%, 50 puntos básicos por debajo de lo previsto inicialmente, gracias a la abultada sobredemanda de la operación. CaixaBank ha recibido órdenes por importe de 3.500 millones de euros, lo que supone una sobresuscripción de 4,6 veces la oferta.
La deuda subordinada vuelve a estar de moda entre los inversores, sobre todo la de entidades financieras. Esta misma semana el Banco Santander ha colocado una emisión en dos tramos, en euros y dólares, de bonos contingentes convertibles, más conocidos como CoCos, por valor de 1.500 millones, que pagarán un cupón trimestral del 4,125% en el caso de los denominados en la divisa comunitaria, con un plazo de siete años. Se une de esta forma a otras entidades que este año han continuado lanzando deuda de este tipo, muy apreciada por el supervisor europeo en un momento en que la pandemia puso en el punto de mira a la banca ante el temor del aumento de la morosidad.
Ante la glaciación de las rentabilidades de la renta fija, en los últimos años una de las categorías en la que se han fijado muchos inversores para poder rascar algo más de rentabilidad ha sido los títulos de deuda de los bancos. En este grupo, los bonos convertibles contingentes (cocos) han sido especialmente destacables, al ser la parte de más riesgo que se puede encontrar en la renta fija del sector.
Tras conocerse la noticia de su fusión con Bankia, Caixabank ha cerrado la colocación de un bono contingente convertible (Coco) por 750 millones de euros con un cupón del 5,875%, según informa Bloomberg. La demanda ha sido de 4.100 millones de euros.
Si BBVA fue la primera entidad en lanzar una emisión de un bono social covid-19 de una entidad financiera privada, también ha sido el primer banco a nivel global en lanzar la emisión de un Coco verde. Según ha informado el BBVA, la colocación tiene como objetivo un importe nominal de 1,000 millones de euros y un tipo de interés de partida del 6.5%.
Después de que el BCE pusiese en el punto de mira los dividendos de los bancos -primero recomendando no abonarlos al menos hasta octubre y luego amenazando con tomar medidas legales contra aquellos que no cumplan con esta recomendación-, se extendió el temor a que la banca suspendiese el pago de los cupones de los Cocos. Sin embargo, este miedo se ha difuminado y ahora la atención de los inversores se centra en quiénes están en disposición de recomprarlos en la próxima call y quién la dejará pasar.
El terremoto que provocó el coronavirus en los mercados llevó a la deuda de más riesgo de la banca -los bonos contigentes convertibles- a cotizar en niveles nunca vistos desde su creación, con su rentabilidad llegando a dispararse por encima del 15%. Sin embargo, al contrario de lo que ha pasado con las acciones, las aguas se han calmado en los Cocos, que han recuperado casi dos tercios de lo perdido durante el crash, mientras su rentabilidad caía a la zona del 7,3%.
En 2019 los bonos contigentes convertibles bancarios fueron la mejor opción dentro de la renta fija corporativa, acumulando una rentabilidad del 17% para el inversor y 2020 ha empezado con la misma tónica. Los Cocos emitidos en euros logran una rentabilidad de más del 1,5%, convirtiéndose en el segmento de crédito que obtiene mejores resultados en el año. Así, desde el arranque de 2019 este activo logra un rendimiento para el inversor del 19%, frente al 14,6% que se apuntan las acciones con dividendos.
La desesperada búsqueda de rentabilidad de los inversores ha propiciado que en 2019 se haya vivido un rally en la renta fija que pocos o nadie esperaban. En medio de estas compras generalizadas, en la deuda corporativa han lucido especialmente los CoCos de la banca, que dan un retorno total del 14% en lo que va de año, el mayor de todos los sectores. Esta rentabilidad duplica a la que logra el grado de inversión en euros en lo que va de año -del 6,5%- y supera en 5 puntos porcentuales al 9% que obtienen el high yield en este año o las acciones del sector.