La cita de hoy es en las urnas. Una jornada donde millones de españoles decidirán el futuro de 12 Comunidades Autónomas y de 8.131 municipios. En este contexto democrático, una de las preguntas que más se hace la ciudadanía tiene que ver con el coste de realizar estas elecciones.
Por estos días celebramos el Día Internacional del Libro. Un evento que se realza para fomentar y reivindicar la lectura, proteger los Derechos de Autor, agradecer a los maestros de la literatura y por su "supuesta" democratización, pese a que en algunos países aún se tiene que luchar por el derecho a elegir qué libros leer. Un tipo de censura que aún se respira en el siglo XXI.
En varios procesos electorales a nivel mundial, surgió la polémica sobre la presencia de bots o perfiles de redes sociales falsos controlados por algoritmos que influenciaron en los comicios y afectaron estratégicamente en las votaciones políticas. En el caso español, nos adentramos a las próximas elecciones municipales y autonómicas, por esta razón cabe preguntarnos: ¿podría influir la inteligencia artificial (IA) en el proceso electoral?
Martin Wolf -Londres 1946- es posiblemente, con su columna en el Financial Times, el analista de política económica más influyente en la actualidad. En su reciente libro The crisis of democratic capitalism, aún no traducido al español, advierte también de la posibilidad real de una crisis difícil de resolver.
Asia se está convirtiendo en una región compleja, multipolar y multifacética. Ante ello, Estados Unidos (EEUU) está tan obsesionada con encontrar soluciones a su equilibrio de seguridad con respecto a China que está dejando olvidados asuntos que podrían ser tan decisivos como los de defensa en la definición futura del Asia-Pacífico.
La invasión de seguidores de Jair Bolsonaro de las principales instituciones brasileñas exigiendo una intervención militar para echar a Lula da Silva es un hecho que debe ser condenado por su importante gravedad. Igual que lo fue la toma del Capitolio de EEUU por partidarios de Donald Trump tras la victoria de Joe Biden en 2020. Ambos actos evidencian la incapacidad de los extremistas para aceptar los resultados electorales. El problema es que el paralelismo de ambos sucesos deja claro el mayor radicalismo político ante el que no bastan las medias tintas. Es obvio que la incertidumbre creada supone un claro riesgo económico. No obstante, lo más grave es que el auge de estos actos populistas supone una serie amenaza para la propia democracia.
Comienza 2023 y queda claro que cada vez más gente descree del capitalismo democrático... y con él, de los economistas, ¿pero qué tan responsables somos los economistas -y qué tipo de responsabilidad nos cabe- por los males económicos?
"En España la ley se cumple". Con estas palabras reprochaba Pedro Sánchez la oposición de Isabel Díaz Ayuso a ese esperpéntico decreto de medidas de ahorro energético y su anuncio de recurrirlo al Tribunal Constitucional. Palabras, las del presidente que ya nos gustaría fueran ciertas pero que a la luz de los hechos y los precedentes van a pasar a formar parte de esa larga lista de mentiras e incumplimientos que glosan la trayectoria política y personal del inquilino en La Moncloa.
Este miércoles 15 de junio se cumplen 45 años de las primeras elecciones democráticas en España, tras la muerte de Franco. Un hito para hacer un balance de lo que ha pasado en la economía de nuestro país desde el inicio de la democracia.
Hace veinte años desde que contemplamos horrorizados y en directo el choque de tres aviones contra el World Trade Center y el Pentágono, mientras el cuarto no alcanzaba su objetivo. Todos recordamos dónde estábamos en aquellos momentos y es lógico que lo recordemos porque aquel día cambió el mundo y comenzó el siglo XXI.
Cuando Donald Trump decidió que “American First” resultó que con ello liquidaba una tradición secular de la política americana, la de considerar a EEUU como la “nación indispensable” para garantizar la paz en el mundo. Y cuando Biden ganó las elecciones pareció que retornaba la cordura, pero la precipitada y vergonzosa retirada de Afganistán provocó tal sorpresa que al principio costaba creerlo.
La última década ha sido testigo de un gran debate sobre el futuro del trabajo el cual se ha visto acrecentado por la COVID-19. Esta tendencia se puede atribuir tanto a la digitalización como al cambio social.
Ningún demócrata negará la necesidad de controles, se trate de la separación de poderes, de los tribunales constitucionales, defensores del pueblo, tribunales de cuentas, administraciones imparciales, órganos consultivos o cualquier otra institución diseñada para controlar los excesos del poder. Lo malo es queel Ejecutivo tiende a someterlos, y lo mismo se puede decir de los medios de comunicación.
El asunto de los indultos está produciendo una notable polarización en una opinión pública ya muy polarizada en torno a otros temas. La polarización oculta una realidad bastante más compleja y dificulta la argumentación racional en el espacio público, lo que debe ser subrayado y lamentado.
Referéndum, autodeterminación, amnistía, independencia, lo volveremos a hacer. Ya tiene Pedro Sánchez la respuesta de los golpistas indultados y de sus socios separatistas catalanes a esa medida de gracia que pretende explicar bajo el eufemismo de la utilidad pública pero que, como decía también el que fuera diputado socialista y primer presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, sólo son útiles para quienes salen de la cárcel y para Pedro Sánchez que se garantiza seguir en La Moncloa. Y es que, lo vistan como lo vistan, Pedro Sánchez y Oriol Junqueras se necesitan mutuamente. El uno para garantizarse la permanencia en el Gobierno al menos hasta el final de la legislatura, y el otro porque sólo con un gobierno débil y un presidente megalómano, narcisista y carente de sentido del Estado puede cumplir sus aspiraciones independentistas.
Culminado el indulto por el gobierno de España a los líderes del golpe de Estado separatista del otoño 2017, cavilemos sobre cuáles pueden ser sus efectos.
Entre las mentiras y disparates que se han visto y oído en la campaña electoral madrileña me resulta de lo más demencial un documento firmado (según ellos dicen) por más de dos mil personas del arte y la literatura que ha vuelto a señalar con el dedo “su ceja”, es decir, a favor de la “izquierda progresista”, es decir, a favor de Sánchez. Pues, según los firmantes, el próximo 4 de mayo:
La ley impulsada por el PSOE para eliminar un artículo del Código Penal, aquél que prevé cárcel para los actos violentos de los piquetes en las huelgas, se vio acompañado en el BOE por un inaudito preámbulo, Lejos de justificarse en criterios técnicos o jurídicos, esta introducción no tiene otra razón que ser que el ataque directo a un rival político.
(EFE).- El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y el presidente de Colombia, Iván Duque, expresaron su compromiso de "restaurar la democracia y el estado de derecho" en Venezuela, durante una llamada de telefónica de la que informó este martes la cartera de Exteriores de EE.UU.
La pandemia provocada por el SARS-CoV-2 ha impactado en todo el mundo. Sin embargo, América Latina ha sido una de las regiones del planeta más afectadas por el virus debido a una serie de cuestiones interrelacionadas, como su escasa capacidad de maniobra fiscal y económica, la debilidad de sus sistemas de salud, la fragilidad de sus administraciones públicas, la informalidad y la desigualdad. Con algo más del 8% de la población mundial, sus contagios llegan al 20% y los fallecidos al 30% del total global.
Han pasado nada menos que 18 años desde que las urnas posibilitaron su llegada a la Moncloa, pero sigue siendo aquel "optimista antropológico" al que le tocó lidiar el inicio de una de las mayores crisis económicas de nuestra historia y cuyas medidas de ajuste aún sigue lamentando. A José Luis Rodríguez Zapatero (Valladolid, 1960) -el hombre al que todos llamaban ZP, que inició su mandato retirando las tropas de Irak y legalizó el matrimonio de los homosexuales- no se le caen de la boca palabras como diálogo y consenso y, a pesar de estar retirado de la primera línea política, tiene una opinión perfectamente conformada de todos los temas de actualidad.
Tal día como hoy, 23 de febrero, hace 40 años que quien esto escribe, en los albores de su carrera profesional, seguía atentamente, apoyado en la barandilla de la tribuna de prensa del Congreso de los Diputados, la votación de investidura de Leopoldo Calvo Sotelo. El presidente de la Cámara, Landelino Lavilla, había llamado al diputado Manuel Núñez Encabo, cuando un ruido de golpes interrumpió la votación mientras algunos ujieres intentaron, sin éxito, cerrar las puertas del hemiciclo.
El PIB de EEUU asciende a 20,8 billones de dólares, el de China a 14,8 billones y el de la UE-27 es de 13,9 billones. El motor de la relación EEUU-UE es una combinación de intercambios comerciales e inversiones. El stock de inversión extranjera directa (IED) de EEUU en la UE es tres veces mayor que el que mantiene con toda Asia. El de la UE en EEUU es ocho veces superior a sus inversiones en China e India. El volumen de comercio de bienes y servicios entre EEUU y la UE-27 en 2019 fue de 1,1 billones. Los fríos datos reflejan que la UE acumula desde hace años un superávit en la balanza con EEUU. De hecho, en 2019 la UE exportó bienes y servicios por valor de 598 000 millones e importó por valor de 468 000 millones de EEUU. Quizá por ello Donald Trump desató escaramuzas comerciales con la UE pero su volumen palidece con los aranceles que impuso a exportaciones chinas. En 2019 Washington y Bruselas resolvieron sus diferencias y anunciaron reducciones arancelarias adicionales.
El binomio España y democracia plena ha sido el protagonista de uno de los últimos desencuentros entre los dos partidos políticos que sustentan el Gobierno de España. La polémica saltó a raíz de que la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, recriminase al jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, la comparación entre la situación del opositor Alexéi Navalni con la de los responsables del referéndum ilegal del 1 de octubre del 2017. Un reproche que no compartió el vicepresidente Pablo Iglesias, que una entrevista en el diario catalán Ara declaró que "no hay una situación de plena normalidad política y democrática en España cuando los líderes de los dos partidos que gobiernan Cataluña, uno está en prisión y el otro en Bruselas".
En las elecciones catalanas del 21 de diciembre de 2017 la participación fue del 81,9% del censo. Los votos constitucionalistas fueron 2.228.421 y los votos separatistas fueron 2.079.340.
El pasado tres de febrero comenzó la vacunación masiva en Chile. Más de cien mil personas acudieron en la jornada inicial, que incluyó a autovalentes de 90 años en adelante, funcionarios de la salud y trabajadores públicos.
Las restricciones a la libertad y la anulación de derechos fundamentales, a través de la instauración de estados de alarma o de emergencia, han afectado de lleno a la calidad de las democracias en el 2020. El informe Índice de democracia 2020 ¿En la enfermedad y en la salud?, elaborado por The Economist, revela que "en todo el mundo en 2020, los ciudadanos experimentaron el mayor retroceso de las libertades individuales de la historia emprendidos por los gobiernos durante tiempos de paz (y quizás incluso en tiempos de guerra)". Un nuevo escenario que ha provocado que países vecinos como Portugal o Francia hayan perdido la categoría 'democracia plena' en favor del título 'democracia defectuosa' y que sorprenda como la mejor gestión del Covid-19 por parte de los países asiáticos haya supuesto un revulsivo democrático.
Mientras los españoles seguimos sumidos en una pandemia que no deja de hacer estragos ante la inacción del Gobierno, el mundo abre una nueva etapa llena de interrogantes. Por un lado, la elección de Joseph Biden como nuevo presidente de Estados Unidos. Por otro, la respuesta, siempre a su estilo, del presidente de China, Xi Jinping, en el encuentro de Davos esta la semana pasada. Dos sucesos que son la clave de lo que acaecerá en los próximos años y, por qué no decirlo, de lo que establecerá el devenir geopolítico y geoeconómico de este siglo. Europa, desgraciadamente, en su falta de unión política y sus internas disensiones también económicas, poco tiene que decir en ese contexto. Los europeos hace muchos años que dejamos de ser el centro del mundo. Hoy todo se juega en el Océano Pacífico, donde China y Estados Unidos se miran cara a cara. Y desde allí irradian sus influencias globales, que se expanden por el resto del globo, en un juego de alianzas donde China, de la mano de Xi Jinping hoy, va tejiendo una red, en la que Rusia no es, desde luego, un jugador menor.
Joe Biden es el presidente electo de Estados Unidos que más votos ha recibido en unas elecciones presidenciales. Este hecho parecería indicar un apoyo popular sin precedentes. Sin embargo, su rival Trump recibió en las elecciones de noviembre de 2020 más votos que cuatro años antes, cuando ganó las elecciones en el Colegio Electoral. No sólo es que Trump tenga muchos partidarios, es que una parte de ellos no reconocen la legalidad de las elecciones presidenciales. Incluso, algunos de ellos, alentados por el propio Trump, asaltaron el Capitolio, sede del Congreso de los Estados Unidos, impidiendo durante varias horas la proclamación de Biden como presidente electo.
Con este sugerente título, los profesores Levitsky y Ziblatt nos avisaban, en 2018, que los viejos esquemas de análisis de los golpes de estado habían quedado desfasados. La figura, bien conocida en la historia política española, de la asonada militar era un vestigio del siglo XX. En el XXI, los dirigentes se habían vuelto más sofisticados e intentaban remover el orden constitucional mediante mecanismos dentro o bordeando la ley. Veamos si el esquema funciona para el caso del asalto al Capitolio americano.