Tras un 2022 volátil, marcado por el aumento de las presiones inflacionistas y una retirada agresiva de la acomodación monetaria, es poco probable que el entorno macroeconómico se suavice en 2023.
Argentina y Brasil, las dos mayores economías de Sudamérica, se encuentran en las primeras conversaciones para crear una moneda común. Ambas naciones se han abierto a poner en circulación una divisa de uso común -de nombre Sur- para impulsar el comercio exterior y las transacciones entre ambos países, con la vista puesta en ampliar esta unión al resto de países de América Latina a largo plazo y evitar que la política comercial de la región dependa del dólar. Lejos de verlo como un movimiento positivo, los analistas se han echado las manos a la cabeza.
Tras dos meses y medio de claras subidas y unas sesiones especialmente alcistas en enero, el rumbo del euro todavía es incierto. Los expertos debaten entre la posibilidad de una revalorización de la divisa de la eurozona que permita volver a romper la paridad con el dólar, o un rally frustrado por una Fed aún agresiva en las subidas de tipos. En lo que todos coinciden es en que si Europa logra un euro más fuerte, sería una ventaja clave para las economías de la región en su lucha contra el alza de los precios.
Reino Unido se juega mucho en un frente que pocos vieron venir: el resurgir del yen. Pocas divisas pueden perder tanto con la recuperación de la moneda nipona como la libra esterlina este año. Los inversores se han estado deshaciendo de la libra esterlina por la opinión de que el debilitamiento de la economía del Reino Unido evitará que el Banco de Inglaterra sea tan agresivo como sus contrapartes en el resto del mundo. La diferencia es más pronunciada cuando se compara con Japón, donde los años de política monetaria ultra laxa finalmente pueden estar llegando a su fin , impulsando al yen a niveles frente al dólar que no se veían desde junio.
El dólar estadounidense ha sido, sin duda, uno de los grandes vencedores de este año en el mercado. La divisa yankee se ha erigido como el activo por excelencia en el que más se han refugiado los inversores que querían escapar de las pérdidas que se veían tanto en la renta variable, como en la renta fija.
Durante el mes de noviembre hemos visto cómo las preocupaciones por el crecimiento y la inversión de la curva sobrevolaban el mercado con Estados Unidos como principal protagonista por una flexibilización de las condiciones financieras, explicada por una inflación más débil de lo esperado y unos datos avance de crecimiento.
El éxodo ruso provocado por el contexto bélico tras la invasión de Ucrania ha situado este año a las divisas de las antiguas repúblicas soviéticas en lo más alto de los rankings mundiales. Georgia y Armenia, en las montañas del Cáucaso, así como Tayikistán, en Asia Central, figuran entre los países que mejor se han comportado frente al dólar estadounidense después de que decenas de miles de ciudadanos rusos se establecieran allí desde febrero, llevando consigo el equivalente en euros o dólares a miles de millones.
El receso del dólar estadounidense en las últimas jornadas ha favorecido el repunte de las monedas más negociadas del planeta contra la divisa norteamericana.
La compañía salmantina de cambio de divisas busca talento para impulsar su núcleo tecnológico y reforzar su transformación digital y contratará a medio centenar de trabajadores 'tech' el próximo año.
Correos y la compañía salmantina Global Exchange han firmado un acuerdo de colaboración para ofrecer el servicio de moneda extranjera a ciudadanos de todo el territorio nacional.
No hay mayor revulsivo que un "tú no puedes", y así lo cuenta Daniel Ferrer (Brunete, Madrid, 1992), fundador y presidente no ejecutivo de New Horizon Technologies (NHT), una compañía española especializada en la aplicación de Inteligencia Artificial (IA) en el sector financiero. El creador de una empresa que actualmente espera cerrar el ejercicio en curso con 5 millones de ebitda solo en España y que gestiona 800 millones de patrimonio en cobertura de divisas, recuerda en una entrevista con este medio lo complicado de sus comienzos.
Si la economía se pudiera resumir en las frases incluidas en las galletas chinas de la suerte, una de las citas de 2022 podría ser: "La fortaleza del dólar te hará llorar". La política emprendida a finales de 2021 por la Reserva Federal de EEUU (las subidas de tipos llegaron después, pero el tono ya estaba marcado) buscando un endurecimiento que aplacase una pegajosa y persistente inflación tras los desajustes económicos de la pandemia junto a la incertidumbre global ha tenido una primera consecuencia lógica: el dólar se ha fortalecido con claridad frente a la mayor parte de divisas (el índice dólar gana casi un 18% este año). Al aumentar el precio del dinero en EEUU, subía el de la moneda más importante del mundo, acarreando consecuencias (no muy buenas) para los demás. Esto ha hecho que empiecen a alzarse voces pidiendo una acción coordinada para quitarle proteína al 'billete verde' algo que ya ha ocurrido en el pasado, concretamente en los años 80.
La determinación de la Reserva Federal a la hora de luchar contra el avance de la inflación ha convertido al banco central estadounidense en una de las entidades que ha tomado medidas más agresivas en los mercados occidentales para atajar el crecimiento de la inflación.
La compraventa de moneda extranjera ha superado los niveles anteriores a la pandemia en las oficinas del grupo Global Exchange este verano, lo que la compañía considera un "verano histórico" que supera en un 16% los ingresos del mismo periodo de 2019.
En una escena de épocas lejanas en una economía avanzada, tanto el gobierno británico como el Banco de Inglaterra (BoE) tuvieron que salir este lunes a la palestra para, como mínimo, pronunciarse sobre el desplome de la libra. Aunque las declaraciones fueron escuetas y no profundizaron mucho en el problema, el síntoma es preocupante. Pese a que la comparativa con los países emergentes pueda sorprender al tratarse de Reino Unido, el desplome del 20% en lo que va de año de la libra ha despertado las alarmas y se antoja difícil que las autoridades no tengan que tomar algún tipo de medida. Pese a que hay diferencias con el caso de Japón y el yen, el mercado está 'pidiendo' algún tipo de intervención.
El rally del dólar está creando una "situación insostenible" para los activos de riesgo, incluida la renta variable. En el pasado, la misma fortaleza que ahora está mostrando la divisa norteamericana se ha acabado traduciendo en algún tipo de crisis económica o financiera.
La divisa europea se está resistiendo a mantenerse en la paridad frente al dólar estadounidense. Ayer el euro vivió su jornada más alcista desde marzo en un día en el que recuperó un 1,6% en el parqué y volvió a los 1,019 dólares. Desde los mínimos del año el cruce del euro con el billete verde ya remonta un 2,3%.
En los préstamos denominados en divisas, si el consumidor se opone a ello, el juez no puede sustituir una cláusula abusiva relativa al precio de conversión por una disposición de Derecho nacional de carácter supletorio, tal y como establece el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), de 8 de septiembre de 2022.
El dinero siempre busca los activos que ofrecen las rentabilidades más altas. Esta máxima de los mercados está pesando este año a la divisa japonesa, el yen, que ha caído casi un 19% en el año y ayer tocó nuevos mínimos no vistos desde 1998 frente al dólar estadounidense. El cruce cayó más de un 1,6% durante la jornada, retrocediendo hasta los 0,0069 dólares por yuan.
El impacto del Brexitque la pandemia contuvo por dos años se ha sumado a la recesión que se avecina sobre la economía británica y unos pronósticos de inflación que se acercan al 20% de cara a principios de 2023, según los analistas de Goldman Sachs. De momento, se sitúa por encima del 10%. La libra esterlina es la primera víctima en caer. Ya se escuchan tambores que apuntan a la paridad frente al dólar de aquí a un año vista y, de producirse, sería algo histórico que jamás ha sucedido. "La perspectiva de que la libra alcance la paridad frente al dólar se está volviendo cada vez menos extravagante, teniendo en cuenta la recesión que se avecina, dependencia aguda del capital extranjero (...) o los crecientes costes de la deuda", apunta Simon White, analista de Bloomberg.
El calor sin precedentes que ha vivido el Reino Unido este verano -temperaturas por encima de los 40ºC- también ha derretido a la libra esterlina. La divisa cierra agosto dejándose un 4,47% frente al dólar, en su peor mes desde octubre de 2016, cuando la resaca del referéndum por el Brexit de junio era fuerte. La moneda ha fluctuado este jueves por debajo de los 1,16 dólares, una marca que, según los analistas, seguirá bajando, devolviendo la vista a niveles de 1985.
El dólar es uno de los mayores tesoros de Estados Unidos. Es la divisa más utilizada del mundo, que acapara más del 85% de las transacciones mundiales, y también la moneda de reserva más codiciada por inversores, bancos centrales, y ciudadanos de países con divisas hundidas por la inflación.
No dejan de acumularse las malas noticias para el euro. Las malas perspectivas económicas para la eurozona de cara a la segunda mitad de año, especialmente por una lacerante inflación derivada de los cortes de gas ruso, sumadas a un más lento giro agresivo del BCE respecto a bancos centrales como la Reserva Federal de EEUU, están aplastando a la moneda única este 2022. Sin embargo, el 'tiro de gracia' para la divisa podría llegar de los bancos centrales asiáticos.
El euro ha comenzado la semana con el pie izquierdo. La divisa europea ha vuelto a caer por debajo de la paridad frente al dólar, cotizando en el entorno de los 0,99 dólares durante la jornada, perdiendo más de un 0,8% en el peor momento del día. El último retroceso del euro frente al dólar ya hace que las pérdidas sean del entorno del 12,5% para los inversores en lo que va de año, y confirma el daño que está haciendo a la divisa de la zona euro la divergencia de políticas monetarias entre Europa y Estados Unidos.
El sosiego y la tranquilidad que han ofrecido los primeros días del mes de agosto empieza a truncarse. La agenda macroeconómica de la semana es el mejor ejemplo: tras el respiro de las últimas sesiones, empieza a llenarse de nuevo de citas de entidad, como la publicación de las cifras de crecimiento del PIB en Alemania o EEUU, los PMI manufactureros de un puñado de países como Francia, Japón, Alemania o Reino Unido o los inventarios de petróleo.
El yen se ha convertido en uno de los activos a los que las empresas japonesas están prestando mayor atención en las últimas semanas. Sobre todo aquellas compañías con una parte de su negocio fuera de las fronteras del territorio nipón, que ganan en competitividad por el comportamiento bajista de la divisa frente a sus pares más negociados, como es el caso del dólar estadounidense, que sigue en cotas históricamente altas a pesar de haber pisado el freno esta semana.
El mes pasado el concepto de la paridad entre el dólar y el euro era uno de los más destacados en mercado, pero desde entonces se ha ido quedando obsoleto poco a poco a medida que la divisa europea volvía a coger cierto vuelo. A media sesión, protagonizaba su mejor sesión desde comienzos de mayo, con subidas que superaban el 1,2% frente al dólar. Con esta subida, el euro alcanza niveles que no veía desde inicios de julio, por encima de los 1,034 dólares por euro.
El dólar estadounidense ha aprovechado las dos últimas jornadas para ampliar su ventaja anual frente al euro. Aunque la divisa europea llevaba rebotando desde mínimos del año, el rally del euro desde ese nivel se ha reducido hasta el 1,2%, después de que el dólar haya recuperado un 1,3% en las dos últimas jornadas. En el año el euro pierde un 10,8%.
La semana pasada, el 14 de julio, el euro alcanzó la paridad en su cotización frente al dólar estadounidense por primera vez en 20 años. Para muchos era claro que iba a ocurrir, teniendo en cuenta la divergencia entre el ritmo de retirada de estímulos de la Reserva Federal estadounidense y el Banco Central Europeo.
El dólar ha despertado un importante apetito en las últimas jornadas. Las consecuencias son de sobra conocidas, el billete verde se ha revalorizado frente a todos y cada uno de sus cruces más negociados, favoreciendo que el euro/dólar haya alcanzado la paridad. Sin embargo, a esta situación no se ha llegado únicamente gracias al empuje de la divisa estadounidense. El coste de las coberturas sobre el euro/dólar se triplica desde enero y toca su nivel más alto desde 2019.