Este no ha sido un verano tranquilo para los mercados. A principios de julio, la euforia desatada tras los indicios de normalización del mercado laboral estadounidense y un informe de inflación de julio en el país norteamericano más suave de lo esperado, desencadenó una subida de los principales pares frente al dólar, con el Índice Dólar cayendo por debajo de las 100 unidades por primera vez en 15 meses.
El mercado afronta este miércoles una nueva sesión en la que todas las miradas estarán puestas, de nuevo, en el barril petróleo. Y es que, de manera indirecta, el ascenso del precio del oro negro(se ha disparado cerca de un 25% desde mediados de junio), pone el foco, una vez más, sobre la política monetaria de los principales bancos centrales del planeta, al mantener el riesgo de que la inflación siga en niveles elevados por más tiempo, lo que presionaría a las autoridades para que dejen los tipos de interés altos durante más tiempo.
Desde finales del año pasado, el oro ha sido uno de los activos al que inversores y analistas han incluido entre los favoritos de 2023 para lograr una buena rentabilidad durante el conjunto del año. El activo refugio por excelencia, partía en enero como una de las grandes apuestas de las firmas de inversión para un año que no se esperaba tan alcista en el mercado de renta variable como lo está siendo.
Los últimos datos macroeconómicos han sido para el dólar como la gran nube que ensombrece un rascacielos. La moneda de EEUU y divisa de reserva mundial por excelencia se ha visto golpeada por unos datos de inflación más suaves en la primera potencia económica mundial. Esta relajación mayor de lo esperado en los precios hace que se difumine la expectativa de más subidas de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal. Este fin del proceso de encarecimiento del dinero deja al 'billete verde' en el disparadero para que lo adelanten el resto de divisas y recupera la teoría de la 'sonrisa del dólar', que Wall Street está volviendo a comprar con ahínco.
Nuestras perspectivas para 2023 adelantaban que este año iba a ser difícil para los inversores. Un entorno macroeconómico que seguiría siendo complicado debido a una inflación aún demasiado elevada y tipos al alza ante el surgimiento de riesgos para la estabilidad financiera en un espacio fiscal restringido y una creciente fragmentación política ha conducido durante el primer semestre del año a tendencias monetarias de menor duración y niveles de volatilidad aún superiores a la media.
La convergencia clara de los perfiles económicos en muchos mercados desarrollados hacia una situación de estancamiento del crecimiento, solidez de los mercados laborales e inflación persistente, junto a la ralentización del ciclo de subidas mundiales, con los tipos de interés oficiales ya en su nivel terminal o cerca de él, no solo ha marcado el tono en los mercados, sino que ha hecho que volatilidad de las divisas haya ido disminuyendo gradualmente en los últimos meses.
Ni aviones, ni carros de combate, ni fusiles. Una de las armas principales en el contexto geopolítico derivado de la invasión rusa de Ucrania está siendo el dólar estadounidense. Si EEUU ha utilizado la hegemonía mundial de su moneda para castigar a Rusia y sus socios a través de sanciones, Vladímir Putin y otros rivales geopolíticos de la Casa Blanca han acelerado su contra-ofensiva: prescindir del 'billete verde' en sus intercambios para que la divisa estrella pierda poder. Sobre el terreno, los analistas coinciden en que, por ahora, el dólar tiene ganada la guerra, pero la desdolarización sigue ganando batallas.
El mercado de divisas se ha visto tensionado con la negociación del Congreso de Estados Unidos sobre dónde debe estar el límite de endeudamiento del país y aunque ahora se espera que a lo largo de la semana se rubrique el acuerdo del techo de deuda aún se aprecia la volatilidad del dólar frente al resto de referencias del planeta.
A falta de un día para finiquitar el mes, el euro acumula una pérdida próxima al 3% frente al dólar estadounidense. Y en esta jornada la divisa comunitaria ve cómo su precio llega a ser inferior a 1,07 billetes verdes. "Continúa de capa caída tras marcar máximos anuales a finales del mes de abril, cuando un euro se intercambiaba a 1,11 dólares", recuerda en un comentario Diego Morín, analista de IG España.
Mayo ha sido un mes movido para la Reserva Federal estadounidense (Fed). El mes comenzó con una reunión del banco central americano en la que se sentaron las bases del final de la subida de tipos. La Fed declaró que había llegado el momento de tomar una pausa en el proceso de endurecimiento de su política monetaria, y los mercados compraron que no veríamos más aumentos en el precio del dinero en Estados Unidos este ciclo. Incluso, los inversores pasaron a descontar hasta tres recortes de tipos este mismo año.
El petróleo ha registrado caídas en su precio semanal en cinco de las últimas seis semanas. De este modo, el crudo Brent, de referencia global, se aleja de los 80 dólares por barril, mientras que el West Texas lucha por mantenerse en los 70 dólares. Estas caídas, además, vienen acompañadas por un fuerte incremento de las posiciones bajistas netas en el mercado (inversores que apuestan a que el crudo va a caer). Esta 'debacle' coincide con unos fundamentales especialmente fuertes: récord de demanda y una oferta constreñida por Rusia y la OPEP. Esto está generando una divergencia importante en el mercado de petróleo: el precio y los inversores ven una cosa, mientras que los fundamentales ven la contraria.
La sensación de sentirnos millonarios es simple. Podemos acceder a aquellos billetes históricos de curso legal que tuvieron tantos ceros que casi no entraban en el papel y con un par de ellos cumplir el sueño. Sin embargo, la cantidad de ceros de los mismos, realmente no representaban, al cambio, el valor real. Más bien, retrataban situaciones de hiperinflación y economías inestables de los países que emitían estos ejemplares.
La debilidad que está experimentando el dólar estadounidense en 2023 parece que va a continuar, si los especuladores en la divisa están en lo cierto. Los hedge funds y otro tipo de inversores de corto plazo que recoge la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas de EEUU (CFTC) han incrementado este mes sus apuestas por la caída del dólar, superando los 70.000 contratos bajistas netos (la cantidad de contratos bajistas, menos los alcistas). Este es el mayor posicionamiento bajista sobre la divisa estadounidense que ha recogido la CFTC desde hace dos años, en concreto, desde junio de 2021.
El euro parece condenado a fortalecerse mes a mes mientras Lagarde sigue con los tipos altos, sin embargo, una crisis que de la que pocos hablan podría cambiarlo todo. Diversos fondos bajistas, que apuestan por una caída de la divisa continental, están advirtiendo de que ven un riesgo importante de un retorno de la crisis energética que golpeó Europa el año pasado tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
Los inversores creen las caídas del dólar desde sus máximos en veinte años no han hecho más que comenzar. El mercado ha infravalorado el próximo ciclo de relajación de la Reserva Federal. Alrededor del 87% de los 331 encuestados por Bloomberg espera que la Fed reduzca los tipos de interés hasta el 3% o incluso más, en una relajación que el 40% cree que comenzará este año. Eso contrasta con los precios de mercado que sitúan la tasa de política monetaria en torno al 3,05% en dos años.
Rusia ha dejado de mirar a Occidente y ha puesto el foco en Oriente. Moscú está reconfigurando el funcionamiento de su sector exterior, sobre todo el energético, para mantener vivas sus exportaciones de petróleo y gas. Además, Moscú está buscando vías para reducir el uso del dólar en sus operaciones de importación y exportación para esquivar de la mejor forma posible las sanciones impuestas por Occidente tras el comienzo de la guerra de Ucrania. Aunque el acuerdo entre Rusia y China es solo el comienzo, lo cierto es que esta semana se ha cerrado ya el primer contrato de venta de gas natural en yuanes de la historia.
El dólar es el rey de las divisas, casi nueve de cada diez transacciones en todo el mundo se hacen a través de esta moneda y el 58,4% y el 58,4% de las reservas (6,4 billones de dólares) de los bancos centrales del mundo se refugian en ella. Esta es una realidad que hace no tanto parecía incontestable, sin embargo, recientemente, diversos expertos avisan de que la tendencia está cambiando y la posibilidad de un asalto sobre su dominio internacional ha vuelto a ponerse encima de la mesa.
En la lucha por la hegemonía mundial, una de las armas más importantes de las que disponen los países es la divisa. El dólar es el mejor ejemplo: la internacionalización de la divisa, su uso a lo largo y ancho del planeta, han permitido a Estados Unidos consolidar su posición de líder mundial.
La Reserva Federal de Estados Unidos golpeó primero al mercado de divisas con su primera subida de tipos de interés y dio comienzo al reinado del dólar. Pero ahora el euro tiene todas consigo para seguir sacando terreno al billete verde. El euro vuelve a cambiarse por más de 1,10 dólares por primera vez en más de 12 meses y está a una subida inferior al 0,5% de volver al punto de partida previo al inicio de las políticas restrictivas de los bancos centrales de todo el mundo.
El euro lleva dos jornadas 'de dulce'. La divisa comunitaria tocó ayer miércoles los 1,10 dólares y cerró en los 1,0989 'billetes verdes', el cierre más alto desde el 1 de abril de 2022, tras subir un 0,7%. Este jueves gana unas décimas más en el cruce contra la divisa estadounidense llegando a un máximo intradía hasta el momento de 1,1068 dólares. Aunque el pasado 2 de febrero la moneda regional llegó a tocar los 1,1034 dólares durante la sesión, después no pudo consolidar el nivel de los 1,10. Se espera que ahora sí pueda.
La subida de los tipos de interés emprendida por los bancos centrales se ha ido transmitiendo a los mercados financieros de forma relativamente rápida. En el caso de EEUU, las letras del Tesoro a un año pagan un 4,6% de interés anual, mientras que el tipo efectivo de la Reserva Federal se encuentra cerca del 5%. Sin embargo, los bancos comerciales están ofreciendo rentabilidades entre el 1 y el 2% por los depósitos a uno y dos años. ¿Cuál es el resultado de esta desconexión? Los bancos americanos han sufrido una fuga de depósitos que supera el medio billón de dólares en cuestión de un año, que además se ha visto agudizada por el reciente pánico bancario.
El euro recuperó los 1,075 dólares que no se veían desde primeros desde el segundo día de febrero y que coincide con la jornada posterior a la última reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos.
Toda divisa lleva una historia detrás y la del baht tailandés es particularmente positiva. No solo es que la moneda de Tailandia haya registrado repuntes recientes y se anote interesantes ganancias (un 5% contra el dólar en los últimos tres meses), sino que en el último cuarto de siglo se ha comportado especialmente bien siendo una de las divisas del mundo que mejor ha resistido frente al dólar con permiso del franco suizo. Un hito más que destacable teniendo en cuenta se trata de una divisa emergente. ¿Cuál es el 'secreto' de este éxito?
Si bien los inversores en tecnología tienen muchos problemas de los que preocuparse a medida que el sector se dirige a una semana clave para los resultados empresariales, un obstáculo clave del año pasado se ha aliviado en los últimos meses: el dólar.
Tras dos meses y medio de claras subidas y unas sesiones especialmente alcistas en enero, el rumbo del euro todavía es incierto. Los expertos debaten entre la posibilidad de una revalorización de la divisa de la eurozona que permita volver a romper la paridad con el dólar, o un rally frustrado por una Fed aún agresiva en las subidas de tipos. En lo que todos coinciden es en que si Europa logra un euro más fuerte, sería una ventaja clave para las economías de la región en su lucha contra el alza de los precios.
El dólar estadounidense ha sido, sin duda, uno de los grandes vencedores de este año en el mercado. La divisa yankee se ha erigido como el activo por excelencia en el que más se han refugiado los inversores que querían escapar de las pérdidas que se veían tanto en la renta variable, como en la renta fija.
La Reserva Federal de Estados Unidos actuó antes y con mayor contundencia que sus pares este año a la hora de levantar los tipos de interés. Una dinámica que llevó al dólar a lo más alto del podio de las divisas.
El éxodo ruso provocado por el contexto bélico tras la invasión de Ucrania ha situado este año a las divisas de las antiguas repúblicas soviéticas en lo más alto de los rankings mundiales. Georgia y Armenia, en las montañas del Cáucaso, así como Tayikistán, en Asia Central, figuran entre los países que mejor se han comportado frente al dólar estadounidense después de que decenas de miles de ciudadanos rusos se establecieran allí desde febrero, llevando consigo el equivalente en euros o dólares a miles de millones.
El ascenso de Lula en Brasil ha provocado una respuesta inesperada: ya hay una propuesta en firme para crear un 'euro' latinoamericano auspiciado por los principales Gobiernos de izquierda de la región. A lo largo de los últimos meses se han logrado las firmas de los principales parlamentos nacionales para apoyar la creación de una divisa única que permita a varios de ellos escapar de la volatilidad, tener una moneda fuerte y competir con el dólar.
El receso del dólar estadounidense en las últimas jornadas ha favorecido el repunte de las monedas más negociadas del planeta contra la divisa norteamericana.