La crisis del covid ha acelerado la digitalización de la economía. Lo que antes era una opción se ha convertido hoy en una obligación para sobrevivir. Dentro de este proceso se pueden incluir los medios de pago que tienen un claro perdedor hasta la fecha: el dinero en efectivo. Ante esta tendencia, el Banco Central Europeo ha pisado el acelerador en su proyecto del euro digital. Sin embargo, el propio banco central reconoce que el lanzamiento de esta forma de dinero puede conllevar riesgos para la economía (un gran riesgo es que el euro digital tenga demasiado éxito), por lo que es necesario estudiar el impacto de su lanzamiento y realizar pruebas a pequeña escala.
La recuperación de las economías del Viejo Continente, que se espera cobre fuerza a partir de la segunda mitad de 2021 a medida que avance el proceso de vacunación y se levanten restricciones, requerirá todavía de apoyos fiscales durante este año y "probablemente más allá", según ha advertido la presidenta el Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, para quien ahora no es momento de preocuparse de la inflación.
Antes de que los problemas de distribución y producción de la vacuna fueran patentes en Europa, ya se preveía una recuperación algo más rápida en EEUU respecto a la UE y a la zona euro. Sin embargo, la dudosa gestión de Bruselas a la hora de comprar y distribuir las vacunas, junto a un menor apoyo fiscal respecto a EEUU, va a incrementar sobremanera la brecha entre ambas economías, pudiendo llegar a generar una desincronación de los ciclos económicos y monetarios importante entre ambas regiones.
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, dijo este lunes que el aumento de los casos de covid-19, las nuevas variantes del virus y las medidas para contenerlo suponen un "importante riesgo a la baja" para la actividad económica de la eurozona.
Las principales bolsas europeas comienzan el segundo mes de 2021 con buen tono. Los índices de referencia rebotan este lunes de alrededor de un 1,5%. Solo el Ibex 35 español se queda rezagado, al subir un 0,52%. Al cierre se sitúa en 7.798,2 puntos.
En la guerra del Covid 19 el enemigo no ha retrocedido, sino que ha avanzado posiciones. El arma definitiva para acabar con él, la vacuna que se ha utilizado en la primera batalla de 2021, se ha atascado tras los primeros disparos. Los proveedores y los clientes se enfrentan y estos han empezado a exigir tímidamente responsabilidades. De nuevo, falta de previsión y anticipación ante un problema que, utilizando la jerga del control de riesgos, no es un "cisne negro", sino un "rinoceronte gris": una amenaza que se ve venir desde lejos, pero nadie hace nada para evitarlo porque se desprecia el riego que supone.
Malhar Nabar, jefe de la División de Estudios Económicos Mundiales del Fondo Monetario Internacional, es el encargado de elaborar las Perspectivas de Crecimiento Mundial (WEO, por sus siglas en inglés) que presentó este martes la institución. En una conversación con elEconomista destaca cómo la forma en que la pandemia interactúa con las diferencias estructurales entre la eurozona y Estados Unidos "es importante para determinar la base de la recuperación".
En cuestión de tres meses, el Fondo Monetario Internacional, ha reducido en 1,3 puntos porcentuales su proyecciones de crecimiento para la economía española en el año en curso. Así, en la última edición de sus Perspectivas de Crecimiento Mundial (WEO, por sus siglas en inglés), la economista jefa de la institución, Gita Gopinath, y su equipo estiman que nuestro país repuntará un 5,9% este año tras haber sufrido una contracción del 11,1% el año pasado. En 2022, la tendencia se modera hasta el 4,7%, una mejora de dos décimas.
Viernes teñido de rojo en las principales bolsas de Europa. Han sufrido caídas superiores al punto porcentual durante gran parte de la jornada, pero los ánimos se han templado en las últimas horas de negociación. El parqué italiano (Fste Mib) ha sido el peor parado, con recortes del 1,5% al final del día, pero el Ibex 35 se ha posicionado como el índice más bajista en el balance semanal (con pérdidas acumuladas del 2,3%). Eso sí, ha salvado los muebles: ha aflojado las bajadas de la sesión al 1,06% cerrando en 8.036,4 puntos. Los inversores muestran sus preocupaciones por el empeoramiento de la pandemia a nivel global y el impacto ya patente en la economía.
Como se esperaba, el BCE celebró este mes una reunión de perfil bajo. Era lo previsible considerando la histórica ampliación de sus estímulos que hizo pública en diciembre. Sin embargo, causó preocupación entre los inversores la ambigüedad que la presidenta Christine Lagarde mantuvo acerca de las perspectivas económicas de la eurozona.
La crisis del covid ha dejado a la economía de la zona euro en una zona peligrosa. Los problemas ya venían de lejos (bajo crecimiento, mucha deuda, poca inflación, tipos bajos...), pero esta profunda recesión los ha agravado sobremanera, generando una trampa de liquidez enorme de la que podría resultar imposible salir si tan solo se hace uso de la política monetaria (tipos de interés y compra de activos). Hay que ir más allá para que la economía arranque y pueda salir del bache para seguir avanzando de forma sostenible. Ahora mismo, la situación se asemeja a la de un coche atrapado en la nieve que intenta salir pisando aún más el acelerador (política monetaria) sin resultado alguno. Se necesitan otras palancas para escapar. Una vez fuera del bache, el acelerador volverá a funcionar.
La confianza de los inversores alemanes institucionales ha repuntado en enero, a pesar de la reintroducción de medidas de confinamiento para frenar la última oleada de contagios, según el índice del Centro de Investigaciones Económicas Europeas de Leibniz (ZEW, por sus siglas en alemán), que se ha situado en 61,8 puntos, frente a los 55 de diciembre.
La institución se reunirá el jueves 21 de enero tras expandir los estímulos monetarios en diciembre. Con la última decisión, confirmó que apoyará la recuperación económica hasta que sea necesario, lo que no es tan obvio es si entrará a apaciguar las broncas políticas, como la última en Italia.
El BCE se ha convertido en "un pozo sin fondo", lamenta Aurelio García del Barrio, profesor del IEB. "Vamos a una perpetuación del sobreendeudamiento", arguyen en la gestora La Financière de l'Echiquier. Son expresiones gruesas para advertir de un contexto de tipos de interés bajos por más tiempo en la eurozona en el que coinciden casi todos los expertos, al menos para la mayor parte de 2021. Un año marcado por "la previsibilidad" en el mercado de renta fija soberana, que es "bienvenida de cara a la recuperación económica", reconoce José Manuel Amor, director de análisis de Afi, pero que implica tedio y pocas oportunidades para los inversores en el corto y medio plazo.
El mercado laboral español y el europeo están aguantando el tipo en medio de la crisis económica más grave en décadas. La tasa de paro oficial subió levemente durante los peores meses de la crisis y en el último dato de desempleo de noviembre se pudo ver una pequeña caída en la Eurozona y una leve subida en España. Sin embargo, analizando otros indicadores del mercado laboral se puede observar que este indicador genérico esconde una fractura interna: el desempleo juvenil subió con intensidad frente al descenso del resto de grupos de edad.
El impacto de la pandemia sobre las pequeñas y medianas empresas de nuestro país ha supuesto que hoy haya en España cerca de 80.000 compañías menos que a inicios del pasado ejercicio y que el 99% de ellas tengan menos de 50 trabajadores. Sin duda, las restricciones para frenar los contagios y contener la pandemia han hecho mella en los negocios de proximidad, familiares, y prueba de ello es la intensidad con la que estas pequeñas compañías han solicitado financiación para poder afrontar sus pagos durante los peores meses de la pandemia. En España, casi la mitad de ellas (48%) tuvieron que pedir dinero prestado -diez puntos porcentuales más que en la media de la zona euro. Y más allá, esto ha supuesto que las pequeñas y medianas empresas accedan a niveles de financiación bancaria solo superados en el anterior crisis de hace una década.
La tasa de inflación interanual de la zona euro se situó el pasado mes de diciembre en el -0,3%, en línea con el dato de noviembre y ampliando así a cinco meses consecutivos el periodo de deflación en la región, en la que dos tercios de sus miembros registraron caídas de precios, según los datos publicados por la oficina comunitaria de estadística, Eurostat.
La economía del sector privado de la zona euro se contrajo por segundo mes consecutivo en diciembre, lastrada sobre todo por el sector servicios, que acumula cuatro meses en descenso y apunta a que "lo peor está por venir", antes de que la inmunidad de las vacunas consiga mejorar la situación.
El Banco Mundial publicó el martes en Washington sus Perspectivas Económicas donde reduce en dos décimas su proyección de crecimiento para la economía global este año hasta el 4%. La institución presidida por David Malpass observa una recuperación moderada, a menos que los gobiernos actúen con decisión para controlar la pandemia y apliquen reformas que aumenten las inversiones.
La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) ganó este lunes pese a la caída en el apetito por el riesgo, debido a mayores preocupaciones por los contagios de covid-19 y a las nuevas tensiones políticas en Estados Unidos.
La actividad industrial en España creció menos de lo esperado en diciembre, según ha mostrado este lunes el índice PMI, tomado habitualmente como referencia por los inversores y analistas. La segunda ola de la pandemia siguió afectando al sector manufacturero patrio: logró un pequeño crecimiento en el último mes de 2020, tras la contracción sufrida en noviembre, pero el repunte fue inferior al anticipado por el mercado.
El año 2020 ha dejado una ristra de indicadores económicos que han batido récords de las últimas décadas: caídas del PIB, grandes déficits públicos, desplome de horas trabajadas, deuda pública... Ahora, todo el mundo tiene puestas grandes esperanzas en 2021, gracias a unas vacunas contra el covid-19 que ya han comenzado a aplicarse. Los indicadores económicos del próximo año no darán grandísimos titulares, pero sí podrían marcar el comienzo de la recuperación y revelar algunas de las tendencias que dominarán la economía en los próximos años.
El euro vuelve a subir este miércoles frente al dólar y tantea por primera vez los 1,22 'billetes verdes' desde abril de 2018, es decir, en más de dos años. La moneda única ha despuntado tras conocerse que la actividad empresarial de la Eurozona está aguantando este mes mejor de lo esperado pese al golpe de la segunda ola de la pandemia. Al mediodía en Nueva York, la divisa europea se cambiaba a 1,2178 dólares.
El Producto Interno Bruto (PIB) de la zona euro experimentó una expansión récord del 12.5% en el tercer trimestre del año, después del desplome del 11.7% en el segundo trimestre y de la contracción del 3.7% en los tres primeros meses de 2020, según la tercera lectura del dato de Eurostat.
El producto interior bruto (PIB) de la zona euro experimentó una expansión récord del 12,5% en el tercer trimestre del año, después del desplome del 11,7% en el segundo trimestre y de la contracción del 3,7% en los tres primeros meses de 2020, según la tercera lectura del dato de Eurostat.
Dentro de la Eurozona, España cuenta con la mayor exposición a Reino Unido y se verá particularmente perjudicada por su salida de la Unión Europea (UE). Así de claro y conciso se han mostrado los economistas del Banco de España (BdE) a la hora de analizar las consecuencias del Brexit. El turismo británico y los lazos comerciales con las islas corren serio peligro tras el 'divorcio'. Esto supone un nuevo golpe para la economía nacional que hoy se encuentra inmersa en la crisis del covid-19.
La crisis del covid-19 ha llegado en un momento en el que las economías avanzadas, como la zona euro, ya se enfrentaban a una serie importante de riesgos: baja productividad, envejecimiento de la población, sostenibilidad de las pensiones, baja inflación... Esta crisis ha acelerado ciertas tendencias a la par que ha convertido a algunos de estos problemas futuros en presentes, como es el caso de la baja inflación y las dificultades de la banca central para impedir esta deriva. La zona euro podría enfrentarse a una trampa deflacionista y sin las armas necesarias para escapar de la misma.
El Banco Central Europeo (BCE) no se ciñe únicamente a su programa de emergencia de compra de deuda durante la pandemia (PEPP) ni a las operaciones de refinanciación a largo plazo para los bancos de la zona euro (TLTRO III) entre las alternativas para recalibrar sus estímulos, según ha señalado el economista jefe de la institución, el irlandés Philip Lane.