La remuneración de los depósitos no despega en España a pesar de que los bancos continúan aumentando el interés que cobran por sus préstamos calcando el ritmo de la subida de los tipos de interés, que ya se han colocado en la zona euro en el 3,5%. La cuestión es que, a pesar de las críticas al sector, quizás la banca no tenga capacidad de ofrecer una rentabilidad mucho más elevada a sus clientes por depositar allí su dinero. Según cálculos elaborados por elEconomista.es acorde a fuentes financieras, la banca española podría llegar a pagar por sus depósitos un máximo del 1,15% en los próximos doce meses sin dejar de ser rentable. ¿De dónde sale esta cifra? La banca suma un 3% por el impacto que ha tenido la subida del precio del dinero en la concesión de créditos, pero a ello hay que restar 60 puntos básicos por morosidad, otros 50 por el coste de los depósitos a empresas, 15 ante el final del programa TLTRO, otros 10 puntos por el impuesto a la banca y 50 puntos menos si la banca pretende mantener su rentabilidad sobre el capital por encima del 10%.
Los bancos han pasado en cuestión de meses de presentar beneficios récord a convertirse en la gran amenaza para la estabilidad financiera. Pero lo que es más curioso, el factor que ha provocado lo primero (el récord de beneficios), está también detrás de lo segundo (el riesgo de crisis financiera): las fuertes y prolongadas subidas de los tipos de interés empiezan a dejar a la luz las fragilidades de algunas entidades.
Las pymes continúan su lucha particular por la supervivencia tras el fin de la moratoria concursal que, según Cepyme, "agravó los problemas de morosidad de las empresas acreedoras". En un comunicado enviado por la patronal de la pequeña y mediana empresa, alertan que el número de pymes con procesos abiertos continúo su ascenso el último tercio del año, destacando el estado de las medianas empresas donde estas situaciones aumentaron un 82,1% interanual, al llegar a 26 empresas concursadas en ese periodo, un 3% del total.
La renegociación de hipotecas se duplica en España al situarse actualmente por encima del 6% de la cartera de este tipo de préstamos ya concedidos. Se trata de un fenómeno por completo previsible considerando que tuvo lugar en los dos últimos meses de 2022, precisamente aquellos en los que se notaron de modo incontestable los efectos en el euríbor de las alzas de tipos acumuladas en la eurozona durante todo el año pasado. Siempre que se endurecen con intensidad las condiciones de financiación se producen dos efectos colaterales. Por un lado, se ralentiza (o incluso se congela) la demanda de nuevas hipotecas, tal y como ocurrió precisamente en diciembre pasado. Por otro lado, las familias reclaman una renegociación de los préstamos de este tipo que ya tienen concedidos, como reflejan los últimos datos del Banco de España. Es más, estas últimas peticiones tienen visos de que crecerán especialmente rápido en 2023. No en vano el 1 de enero entró en vigor el pacto del Gobierno y la banca para facilitar las refinanciaciones a cerca de un millón de hogares. Esta evolución no debería ser motivo de alarma dado que todo el proceso se está conduciendo de un modo ordenado y, lo que es más importante con la suficiente previsión. En otras palabras, a diferencia de lo ocurrido en crisis financieras anteriores, los clientes no llegan al proceso de refinanciación ya asfixiados, arrastrando un sobreendeudamiento que ni siquiera la flexibilización de las condiciones de sus hipotecas puede aliviar. Sin duda, aun cuando conviene mantener todas las cautelas, toda apunta a que el proceso actual de refinanciaciones supone un cortafuegos efectivo a la hora de evitar el repunte de los impagos y de la morosidad bancaria.
La subida de tipos de interés torpedeó el esfuerzo de limpieza de la banca: dio al traste el año pasado a ventas de carteras de "activos tóxicos" con un valor nominal conjunto de 4.000 millones de euros, casi un tercio del volumen previsto para el ejercicio. "La subida de tipos en la segunda mitad del año hizo que las diferencias entre expectativas de precios de vendedores y compradores fueran tan grandes que muchas carteras se cayeron", explica Nahuel Callieri, Managing Director de Alvarez & Marsal. La consultora proyectaba que se darían compraventas por unos 14.000 millones en importe nominal frente a los apenas 10.000-10.600 millones finalmente cerrados en diferentes portfolios conforme a sus estimaciones.
Pepper Advantage Spain gana negocio en España. La sociedad perteneciente a la multinacional de servicios financieros de origen australiano acaba de adjudicarse la gestión de una cartera de 350 millones de euros en préstamos dudosos corporativos con garantía inmobiliaria propiedad de una firma internacional de 'private equity', de la que no ha transcendido el nombre.
Unicaja cierra una nueva operación de desagüe de activos improductivos. La entidad ha adjudicado a Cerberus y Deutsche Finance una cartera de REO o inmuebles adjudicados tras el proceso de ejecución hipotecaria con un valor nominal superior a los 200 millones de euros.
La banca encara un 2023 con desafíos e impactos contrapuestos. De un lado, la escalada de los tipos de interés engordará ingresos y márgenes y se espera un auge de los proyectos financiables con el despliegue del Plan de Recuperación, apoyado con milmillonarios recursos del fondo europeo Next Generation.
Los autónomos crean un tercio del empleo en nuestro país, entre el suyo propio y el de los trabajadores que forman parte de sus equipos, según datos de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA). El último barómetro publicado por la asociación, las previsiones de contratación de los trabajadores por cuenta propia, revela que solo el 3,5% de estos aumentará su plantilla en 2023.
La banca de toda Europa deberá proporcionar una información estandarizada a los inversores interesados en adquirir sus carteras de préstamos impagado a partir, previsiblemente, de 2023 y la intención de la Comisión Europea es ir, incluso, más allá y crear una especie de hub documental que permita impulsar estas transacciones en el Viejo Continente, según explican a elEconomista.es fuentes del mercado.
La banca que opera en España ha incrementado de forma brusca el interés medio que cobra por los descubiertos de crédito. Las entidades aplicaron en septiembre un tipo del 4,67%, después de mantenerse durante los últimos ocho meses del año en un entorno medio del 2,24%, según los datos del Banco de España. Los expertos consultados por elEconomista.es señalan que la subida se ha aplicado especialmente en el segmento de empresas, ya que la ley limita el interés por descubierto para los particulares que no puede superar nunca más de 2,5 veces el interés legal del dinero. Tanto en 2022 como para 2023, este interés del dinero está en el 3%, por lo que no habrá cambios para las familias.
Los créditos en riesgo de la banca aumentaron en casi 12.000 millones euros durante el tercer trimestre del año por una combinación de prudencia de las entidades y el primer repunte en los impagos en mucho tiempo. Detrás de esa cifra se esconde un avance de 1.903 millones en la financiación dudosa o calificada en el argot financiero como stage 3 y que pasó desde los 69.995 millones de junio a 71.898 millones el pasado septiembre en los seis bancos cotizados españoles (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja), según datos compilados por la consultora Accuracy en su informe bancario trimestral.
El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, lanzó el miércoles varios mensajes de tranquilidad sobre la capacidad y vocación de la banca para ayudar en los actuales momentos y una advertencia: tiene que ser rentable para ejercer su cometido. En un encuentro con 2.000 ejecutivos organizado por la APD garantizó que el sector bancario "cuenta hoy con el músculo financiero necesario para estar muy cerca de empresas y familias" y poder, de esta forma, "contribuir a la recuperación socioeconómica de nuestro país".
Los beneficios de Santander y BBVA tocarán techo este año para caer en 2023. En concreto, los analistas esperan un aumento de las ganancias para ambas entidades del 12% y el 53%, respectivamente. Asimismo prevén una disminución de los beneficios el próximo año del 4% en la entidad cántabra y del 7% en la vasca. La inflación, que incrementa los costes es una razón que explica las peores previsiones. Pero más importante aún es que el actual impacto favorable de las subidas de tipos se tornará negativo a medio plazo por el fin de las TLTRO y el alza de la morosidad, lo que obligará a mayores provisiones. Los bancos, por tanto, se enfrentan a un escenario aún complicado, que deja sin argumentos al Gobierno para castigar al sector con el impuestazo.
El Banco Central Europeo (BCE) analiza las potenciales vulnerabilidades de la banca a la subida de tipos de interés bajo la hipótesis de un empinamiento de la curva y una desaceleración económica con la muestra de una treintena de entidades, incluida alguna española. "Nuestros equipos conjuntos de supervisión compartirán los hallazgos de esta prioridad estratégica con los respectivos bancos", explican desde el organismo, que ha colado el ejercicio entre sus prioridades de supervisión en el plan 2022 y 2024 junto a un seguimiento más estrecho de la transformación digital de los bancos o el impacto de riesgos emergentes, entre otros.
El complicado escenario macrofinancieroobligará a la banca a reforzar provisiones en 2.985 millones de euros para encarar los potenciales impagos y deterioros que traerá una economía en desaceleración por las fuertes alzas de tipos y la vertiginosa inflación. Son estimaciones de Alvarez & Marsal en base a la fortaleza actual de sus balances y bajo la proyección de que la mora alcanzará un pico del 6% en el peor momento frente al 3,9% actual. A ese esfuerzo deberán sumar otros 331 millones en capital porque se recuperarán las reglas contables pre-Covid.
La escarpada subida del euríbormete presión añadida a familias hipotecadas que ya soportan costes muy superiores con la cesta de la compra y servicios básicos como la luz por culpa de la inflación. Desde la banca afirman que las alzas serán inocuas para "entre un 20 y 25%" de los préstamos porque se firmaron a tipo fijoy serán mínimas o inexistentes en la mitad de la cartera total al ser operaciones antiguas donde se ha devuelto buena parte del préstamo y porque se otorgaron, en muchos casos, con un euríbor superior al actual.
La mayor preocupación en el mundo empresarial se focaliza en pymes y autónomos por su menor margen de maniobra y por arrastrar aún, en muchos casos, dificultades sin resolver de la concatenación de crisis por la pandemia del Covid, con las tensiones de precios y ahora también los tipos, junto a la expiración en junio de las carencias en el repago del principal en créditos avalados por el ICO. A foto fija y conforme a datos del Banco de España, un 14,1% de toda la deuda corporativa tenía en 2021 detrás a negocios vulnerables. Según sus cálculos, una subida de tipos en 300 puntos básicos, elevará esa cuota al 21,9% al entrar más compañías en estrés y podría escalar al 23,4% si el BCE determina llevar los tipos al 4% para corregir la inflación.
El sistema financiero español responde mejor que el del conjunto de la zona euro en calidad crediticia. Las entidades de nuestro país han rebajado tanto los créditos dudosos como los créditos en vigilancia especial, aquellos que aún no han sufrido impagos pero hay indicios de que pueda haberlos, en el último año. Concretamente, respecto a los préstamos con riesgo de impago, el sector financiero español ha dejado de vigilar un volumen de crédito de 17.100 millones de euros. De este modo, el volumen actual que tiene la banca en créditos de vigilancia especial es de 191.200 millones de euros a junio de 2022, frente a los 208.300 millones que tenía a cierre del primer semestre de 2021, lo que supone una reducción de entorno el 8%. Así, según los últimos datos publicados ayer por la Autoridad Bancaria Europea (EBA), la ratio de crédito en vigilancia especial de las entidades españoles pasó a reducirse del 7,3% de junio de 2021 al 6,7% de junio de 2022.
La banca española, junto a los reguladores financieros como el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de España ratifican que la mora bancaria comenzará a repuntar en algún momento por la subida de los tipos de interés que se traduce en un mayor esfuerzo financiero para empresas y familias con créditos variables, la inflación y la subida del precio de la energía, además de por la ralentización de la economía que se espera. Sin embargo, de momento y de forma pública, rehúsan poner una fecha de cuándo se verá ese repunte. No obstante, según ha podido saber elEconomista.es, las previsiones internas de varios de los grandes bancos de este país ya apuntan a que la morosidad comenzará a florecer en el segundo trimestre de 2023.
La actual crisis, marcada por los elevados precios de la energía y una inflación desbocada, ha provocado que la factura de los hogares se encarezca cada vez más, con un gas y una luz en máximos históricos en los últimos meses. Ante esta situación, sin embargo, una cantidad preocupante de compradores ha decidido dejar de pagar por los bienes y servicios que han adquirido, lo que afecta enormemente a las cuentas de los autónomos.
La firma polaca de gestión de cobro de deuda Kruk coge velocidad en España y dibuja ambiciosos planes de cara a futuro. "A nivel de grupo hemos invertido más de 160 millones de euros -en adquisición de portfolios de deuda morosa- y en España, hasta el día de hoy, tenemos cerca de 90 millones invertidos en lo que va de año", adelanta su directora general en España, Alina Giurgea.
Los procuradores españoles, reunidos en Huesca, han debatido y acordado que pueden jugar un papel decisivo, como profesionales de la Justicia, a la hora de acabar con el actual problema procesal que supone la existencia de cerca de dos millones de ejecuciones de sentencia pendientes.
Llegan curvas peligrosas para la economía y con ella, para el sector financiero. El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ya avisó este verano a la banca de que no se deje cegar por el efecto de la subida de los tipos de interés en sus márgenes porque la morosidad va a subir, la economía se va a desacelerar y la inflación va a seguir siendo alta. De momento, el ratio de impagos de la banca sigue cayendo a mínimos de hace 14 años, con una ratio del 3,88% a cierre de junio, pero los expertos de S&P esperan que los problemas emerjan en algún momento y la ratio de activos improductivos (créditos dudosos más adjudicados, también llamados en el argot financiero activos tóxicos) suba del nivel del 6% en el que se situó a cierre de 2021 hasta niveles algo más cercanos al 7%, aunque sin llegar a tocarlo.
El contexto está a punto de cambiar tras dos años de pandemia en los que las moratorias y los créditos estatales a través del ICO (además de los Ertes) han retrasado lo que el mercado descuenta como inevitable. La clave está en saber en qué proporción el repunte de la morosidad afectará al sector, ahora que vislumbran a lo lejos el maná tras una década de sequías con los tipos de interés al alza. Por el momento, la línea divisoria que separa a las entidades más internacionales, Santander y BBVA, frente a la banca doméstica se intuye cada vez más clara. Solo en el último mes, una vez que el Banco Central Europeo (BCE) decidiera en julio elevar en 50 puntos básicos la facilidad de depósito llevándola al 0%, el consenso de mercado ha recortado en un 4,5% de media las previsiones de beneficio neto para 2023 de las firmas con mayor exposición nacional, Sabadell, CaixaBank, Bankinter y Unicaja. Mientras, elevan en un 3% sus estimaciones de ganancias para Santander y BBVA.
La morosidad empresarial en España aumentó tres puntos en el primer trimestre del año en relación al trimestre anterior, su mayor repunte trimestral en 12 años, según el Indicador Sintético Cepyme de Morosidad Empresarial (ISME).
El Grupo Cajamar obtuvo un beneficio neto de 50,1 millones de euros durante el primer semestre del año, con una caída interanual del 12,3% al haber destinado 238 millones a provisiones y saneamientos de activos adjudicados.
Unicaja ya ha hecho los deberes para protegerse de la morosidad que deje de la inflación. El banco ha reservado 100 millones de euros dentro del colchón de las coberturas de los créditos dudosos para responder ante una futura subida de los impagos derivada del mayor esfuerzo financiero que tendrán que asumir las familias tanto por el actual alza de los precios como por la subida de los tipos de interés.
La incertidumbre económica vuelve a empujar a las grandes compañías a acopiar recursos. Así lo estima el Banco de España en un análisis sobre la evolución de la financiación donde constata que la captación de fondos mediante emisiones de valores de renta fija por parte de las compañías "se ha reducido intensamente en los cuatro primeros meses de 2022", aunque repuntó en mayo, mientras que el volumen de nuevos préstamos por cuantías superiores al millón de euros mostró "un elevado dinamismo".