El recorte inesperado en la producción de petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados (Rusia y otros países satélites) ha generado un nuevo impulso alcista para los precios del crudo. El barril de Brent se ha situado de nuevo en la zona de los 85 dólares. Sin embargo, aunque ahora las previsiones sobre el precio del crudo vuelven a ser alcistas (faltará petróleo), no todo el mundo en el mercado confía en esta narrativa. Algunos inversores creen que el movimiento de la OPEP puede ser un gesto desesperado ante la inminente caída del precio del crudo por un descenso de la demanda global. Al menos esto es lo que se lee entre líneas de los movimientos de algunos inversores.
Arabia Saudí, líder de facto de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), está detrás de buena parte de los recortes en la producción de petróleo aprobados en los últimos meses. El objetivo es el de siempre, mantener tensa la oferta para que el precio del petróleo se ancle en niveles relativamente altos. Sin embargo, a Riad le han salido varios enemigos inesperados que podrían tirar por la borda sus planes petróleo.
Tres son las tendencias que marcan la evolución de los mercadosde la energía desde hace meses. En el terreno de la geopolítica, la Federación Rusa, tercer país productor de petróleo del mundo, con más de 11 millones de barriles por día (bpd), está ejecutando de forma acelerada su desconexión de Europa, en particular, y de Occidente, en general, y está reforzando su política de horizontes euroasiáticos. Occidente, en cambio, hace frente a prioridades encontradas que le plantean dilemas y elecciones difíciles, dadas: la dependencia histórica de Europa con respecto al suministro de energía barata desde Rusia yel equilibrio imposible al que se ha sometido, por voluntad propia, de alcanzar la seguridad y la supervivencia energéticas, mientras, al mismo tiempo, se ha marcado objetivos irracionales en sus políticas de emisiones cero de carbón para el año 2050, cuando todavía creía que podría contar con el suministro de petróleo y de gas rusos de forma continuada.
La inesperada decisión de la OPEP de reducir la producción de petróleo en otros 1.2 millones de barriles diarios lanza un mensaje claro al mundo: "no queremos ver precios del crudo por debajo de 80 dólares el barril". Si hasta 2020 el cártel solía reunirse cada seis meses para ajustar la oferta de petróleo a la demanda existente, desde que sufrimos la pandemia del COVID, las cosas han cambiado mucho.
En menos de 15 sesiones de cotización el precio del petróleo ha protagonizado una recuperación que lleva al barril Brent a la casilla de salida del 2023. La decisión de la OPEP de recortar de nuevo la producción de crudo ayudó al barril de referencia en Europa a anotar su mayor salto diario desde marzo del año pasado, cuando el mercado empezó a calcular cual sería el precio del combustible con Rusia (país exportador de petróleo y miembro de la OPEP+) como principal agente de la guerra de Ucrania.
Después de conocerse ladecisión de la OPEP+ (la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios externos) de implementar un nuevo recorte de producción, del entorno del millón de barriles diarios, el precio del barril Brent vivió su jornada más alcista en un año, con subidas que llegaron a superar el 8% durante la jornada.
Más allá de benignas notas como la relajación del IPC general en Alemania y España por el efecto base y la caída de la energía, así como un dato de PCE (deflactor del consumo personal) en EEUU más débil de lo esperado, la semana pasada acababa con la lectura de que la inflación subyacente -sin energía ni alimentos frescos- sigue alta y pegajosa, con lo que los bancos centrales, que han subido tipos incluso en pleno maremoto bancario, no deberían abocarse demasiado pronto a los recortes. Lo ocurrido en las últimas horas reaviva los principales temores.
El precio del barril de petróleo, tanto en su variedad Brent como West Texas Intermediate, registraba caídas cercanas al 2% este viernes ante la posibilidad de que Emiratos Árabes Unidos (EAU) pueda abandonar la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) por sus desacuerdos con Arabia Saudí, tal y como informa 'The Wall Street Journal'.
Los inversores tienen muchas fechas que apuntar en el calendario de 2023. Obviamente, las citas políticas están señaladas, como son las elecciones deTurquía, Argentina y España, pero serán los bancos centrales los que marquen el ritmo de lo que va a ser el próximo ejercicio.
La volatilidad en las negociaciones del petróleo se ha disparado por las medidas anunciadas por los diferentes agentes del mercado que permitieron este lunes al Brent levantarse más de un 3% hasta los 88 dólares por barril durante la sesión, aunque cayera hasta los 85 dólares al cierre europeo.
El desplome que han sufrido los precios del petróleo en el mercado llevaron al barril Brent hasta los 81 dólares por unidad. Esto supuso ver a la referencia en Europa en niveles no alcanzados desde enero de este año cuando la invasión de Rusia en Ucrania no había entrado en escena.
Hace ya un mes de que el dato de inflación de Estados Unidos servía de resorte para un fuerte rebote de las bolsas mundiales. En los próximos días es el turno de Europa, y de la primera cifra que aporte sobre la evolución de los precios en noviembre dependerá que las bolsas tengan un último arreón este año o, por el contrario, que la decepción sea vista como un paso atrás y el mercado recule toda o parte de la gran subida protagonizada en los últimos días.
El petróleo ha empezado la semana con el pie izquierdo, con una caída que llegó a ser de más del 5% el lunes, y volviendo a precios mínimos que no se veían desde el 11 de enero, en el entorno de los 83 dólares el barril Brent europeo.
Uno de los ganadores colaterales de la guerra de Ucrania, la industria petrolera estadounidense, ha vuelto a encontrarse con un empujón inesperado: unos fuertes recortes de la OPEP. Septiembre llegaba como un mes muy bajista para el petróleo, con una recesión económica en el horizonte, el precio del barril Brent comenzó a caer y ya se situaba en mínimos de enero. Entonces el cártel petrolero apareció y comenzó a lanzar recortes agresivos de su producción para mantener a flote el precio del barril. Una medida que los inversores han celebrado con euforia el último mes, provocando rebotes de doble dígito entre las petroleras estadounidenses.
El precio del petróleo arrastra un recorte del 27% desde los máximos del año en febrero, con el inicio de la guerra en Ucrania. Y desde primeros de junio el desplome es superior al 25% por el recelo a una reducción de la demanda mundial en caso de recesión.
Existen varios factores que están condicionando el precio del petróleo en los últimos días. Los movimientos de los bancos centrales deprimen al mercado, que afectan a la baja en las previsiones de demanda mundial y, por tanto, hunden al precio del crudo que ha llegado a cotizar en niveles que no se veían desde enero -previo a la invasión rusa de Ucrania-. Un precio que no es atractivo para la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios agregados (con Rusia en su haber) como ya han manifestado en ocasiones anteriores.
Pese a que la reunión oficial de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) aún no ha tenido lugar y habrá que esperar hasta la semana que viene para que se dé su celebración, la organizada en la jornada del miércoles por la propia organización con sus técnicos para tratar asuntos internos se saldó sin conclusiones, según recogían desde Bloomberg.
El oro negro no se escapa de la volatilidad que reina en los mercados y, en la jornada del miércoles, el Brent, el crudo de referencia en Europa, caía un 3% a cierre de las bolsas europeas, y se movía en el entorno de los 111 dólares por barril. Los descensos del crudo se suavizaron tras el discurso de Jerome Powell, cuyas palabras calmaron el nerviosismo por una posible recesión económica.
La demanda china fluctuante ha contribuido a la volatilidad en los precios internacionales del petróleo este año. Pero la última evolución del lado de la oferta tendrá implicancias geopolíticas y financieras inmediatas que irán mucho más allá del mercado petrolero. Específicamente, Arabia Saudita ha regresado a escena como el productor regulador más importante y, por lo tanto, el fijador de precios marginales más influyente. Sin embargo, todavía no está claro cuánto tiempo durará esta situación.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha revisado todavía más a la baja sus previsiones sobre la demanda global de petróleo para este año y confía en que eso, y la aportación adicional de los grandes productores de Oriente Medio, eviten un déficit ante el bajón de las exportaciones rusas.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se ha puesto descaradamente de perfil ante la guerra en Ucrania. El cártel tiene cerrado un pacto de producción con Rusia, y desde que empezó la guerra ha evitado pronunciarse de ninguna forma sobre el conflicto, omitiendo incluso hacer declaraciones sobre el impacto que esta puede tener en el mercado del petróleo. Apenas hablan de ello.
Algo curioso ocurrió en el camino hacia el cero neto. Mientras los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) estaban obligando a las empresas petroleras a desinvertir en combustibles fósiles, y mientras Estados Unidos estaba ajustando su política de producción de petróleo y cancelando el proyecto del oleoducto Keystone XL en base a argumentos ambientales, Rusia decidió invadir Ucrania.
La OPEP mantiene su hoja de ruta de producción de crudo situada en los 423.000 barriles diarios. A pesar de no modificar sus planes ante la incertidumbre generada por el conflicto en Ucrania, el precio del Brent cayó un 4,5% hasta situarse en 100 dólares.
Los líderes del G7 llamaron a los países productores de petróleo y gas a aumentar las entregas en los mercados internacionales, apuntando al papel clave de la Organización de Países Exportadores de Petroleo, en un comunicado conjunto tras la cumbre extraordinaria convocada por Alemania en Bruselas el jueves, en el que se comprometen además a garantizar el suministro a los países más expuestos.
Con el petróleo de nuevo sobre los 100 dólares tras la invasión rusa de Ucrania y ante el previsible aumento en la demanda a medida que remite la pandemia, EEUU y otros grandes países consumidores de petróleo están estudiando la posibilidad de liberar 70 millones de barriles de petróleo de sus reservas de emergencia.
Las consecuencias y la dimensión de la guerra en Ucrania son todavía desconocidas, y cualquier dato económico o estimación anterior al conflicto han quedado obsoletas, sobre todo por el impacto del incremento del precio de las materias primas, y concretamente del petróleo y del gas, especialmente importantes para la Unión Europea (UE) y para la inflación en general, que amenaza con frenar la recuperación económica.
El año 2021 fue el de la recuperación de la demanda y el consumo de forma repentina (casi súbita), disparando el precio del petróleo, metales, gas y decenas de inptus cuya producción (lado de la oferta) no estaba preparada para la rápida recuperación de la demanda. En 2022 se esperaba que llegase la calma a los precios, puesto que todos esos factores 'temporales' debían corregirse en el corto plazo. Sin embargo, el mundo ha entrado en 2022 y la inflación sigue muy viva.La banca central se apresura a endurecer su política monetaria, iniciando un camino que debería ser progresivo, pero que ahora podría recorrerse en unos pocos meses, acercando a EEUU y al mundo a la próxima recesión. ¿Qué ha fallado en los planes de bancos centrales, gobiernos e instituciones económicas?
El arranque de año que ha experimentado el petróleo, en concreto, el barril europeo Brent, no había sido tan alcista en las últimas tres décadas. En más de 30 años nunca se había cerrado el mes de enero con un repunte del 17,3%, como ha ocurrido en esta ocasión. De este modo, el Brent se ha consolidado por encima de los 90 dólares, al menos por el momento, en su mes más alcista desde el pasado febrero.
Hace pocas semanas todo parecía perdido para el petróleo. La aplastante irrupción de la variante ómicron y sus previsibles consecuencias sobre la economía y la movilidad hundieron el precio del crudo un 11% en una sola jornada, generando cierto pánico en los inversores. Las caídas continuaron y el Brent llegó a perder el nivel de los 70 dólares (tras haber tocado los 87 semanas antes). Sin embargo, hoy, un mes y poco después, el petróleo cotiza de nuevo holgadamente por encima de los 80 dólares y el foco vuelve a ponerse en la incapacidad de la oferta para abastecer a la demanda. ¿Qué ha pasado en el mercado para ver este vuelco?
Argelia gana peso en la llamada 'Opep del gas'. Mohamed Hamel acaba de asumir el cargo de Secretario general del Foro de Países Exportadores de gas (GECF).