El Real Madrid consiguió la undécima victoria consecutiva en la Euroliga tras derrotar al Panathinaikos (75-87) en el pabellón OAKA con un juego coral de muchos quilates y la excelente aportación de Anthony Randolph, el mejor de un partido que permite a los merengues seguir en los más alto de la clasificación tras 16 jornadas.
Ya es oficial. La caída del segundo equipo más laureado de la historia de Grecia es un hecho después de que la liga helena haya decidido descender a Olympiacos a Segunda División por su incomparecencia en los playoffs ante Panathinaikos. Ahora, se espera un movimiento de los atenienses que con mucha seguridad no contemplarán verse relegados a una categoría muy inferior a su nivel.
El baloncesto europeo vive en los últimos años su época más convulsa y de mayores frentes abiertos. Los conflictos entre la FIBA y la Euroliga, entre los sindicatos y las ligas nacionales y entre estas mismas y los clubes han llevado a crear un clima de guerras en los despachos que hacen cuestionar qué futuro le espera al deporte de la canasta en el viejo continente. El último, el que se está viviendo en Grecia entre Olympiacos y Panathinaikos, a causa de los árbitros, y que podría sacar a estos de la competición y levantar un terremoto que cambie por completo el panorama continental. La Euroliga abre la puerta a que se juegue en su competición sin estar en ACB.
El Panathinaikos ha decidido prescindir de los servicios de Xavi Pascual. El técnico español, que llegó en 2016, no pasaba por su mejor momento de forma y el 6-7 cosechado en Euroliga junto a la última derrota ante el Real Madrid han acabado decidiendo ante el siempre polémico Dimitrios Giannakopoulos.