El mercado afronta este miércoles una nueva sesión en la que todas las miradas estarán puestas, de nuevo, en el barril petróleo. Y es que, de manera indirecta, el ascenso del precio del oro negro(se ha disparado cerca de un 25% desde mediados de junio), pone el foco, una vez más, sobre la política monetaria de los principales bancos centrales del planeta, al mantener el riesgo de que la inflación siga en niveles elevados por más tiempo, lo que presionaría a las autoridades para que dejen los tipos de interés altos durante más tiempo.
BlackRock, el mayor gestor de activos del mundo con más de nueve billones de dólares de activos bajo gestión, anunció este lunes que Amin H. Nasser, presidente y director ejecutivo de la petrolera estatal saudí Aramco, la más grande del mundo, ha sido designado como miembro del consejo de administración de la compañía. Aunque Nasser se une al máximo órgano de la gestora en calidad de "independiente", su llegada puede desatar una tormenta tanto en el frente político -las relaciones entre EEUU y Arabia Saudí no están en su mejor momento- como en el inversor -este movimiento de BlackRock contraviene sus pasos hacia un mayor compromiso en criterios de gobierno ambiental, social y corporativo (ESG)-.
El petróleo cae con fuerza esta semana atrapado entre dos frentes. El tono restrictivo del presidente de la Reserva Federal norteamericana se ha sumado a la batería de alzas de tipos de los diferentes bancos centrales del mundo a lo largo de estos días, haciendo sonar los tambores de recesión y golpeando el precio del crudo. Pero, además, los datos de las existencias de crudo en EEUU están provocando una fuerte caída a lo largo de las dos últimas sesiones que ha provocado que el barril de Texas (WTI) pierda la cota psicológica de los 70 dólares.
Las exportaciones de crudo y la producción de petróleo de Irán han alcanzado máximos no vistos en cinco años pese a las sanciones que está soportando el país. El crecimiento de la actividad petrolera en Irán junto a las argucias de Rusia -pese a haber reducido sus exportaciones en mayo sigue vendiendo mucho petróleo- para seguir exportando su crudo están permitiendo que la oferta global de crudo se mantenga mucho más estable de lo que se había previsto. El crudo Brent cotiza en la zona de los 75 dólares por barril, una zona que se encuentra por debajo de los niveles vistos incluso antes del comienzo de la guerra de Ucrania.
Guyana se ha convertido en uno de los países más codiciados por las grandes petroleras. Este minúsculo Estado que no producía petróleo hace unos pocos años, ahora va en camino de convertirse en el país que la mayor producción de petróleo per cápita del mundo. Sin embargo, el Gobierno de Guyana quiere que todo quede bien atado ante el riesgo que supone extraer crudo en una zona de gran riqueza natural situado en aguas del Carbie.
El recorte voluntario y unilateral en la producción de petróleo de Arabia Saudí tendrá consecuencias muy positivas para Rusia, que logrará unos mayores ingresos por barril vendido sin asumir ningún coste. Arabia Saudí retó a los bajistas del petróleo asegurando que sufrirían dolor y pérdidas si mantenían sus posiciones. Este fin de semana, Riad ha anunciado un recorte voluntario de su producción de crudo de un millón de barriles de petróleo. Esta decisión está impulsando el precio del petróleo más de un 1% esta mañana, algo positivo para Arabia Saudí, pero a su vez revela la mayor fortaleza de Rusia en las negociaciones. Moscú no se ha comprometido a recortar su producción, mientras que se beneficiará de la subida del precio del crudo. Rusia será lo que se conoce en jerga económica como 'gorrón' o freerider.
Los flujos de crudo ruso siguen 'inundado' los mercados internacionales, sobre todo de Asia. Moscú asegura que está recortando su producción de petróleo -al menos dice eso al mundo y a sus aliados de la OPEP- mientras que exporta crudo a niveles no vistos desde hace más de un año. Aunque exista la posibilidad de que Rusia esté diciendo la verdad -puede estar recortando y tirando de inventarios para vender el petróleo-, en el seno de la OPEP empieza a nacer un sentimiento de desconfianza sobre el que consideraban un aliado fiel.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus socios externos, el cártel conocido como OPEP+, ha actualizado su acuerdo de recorte de oferta este fin de semana, con un incremento de la reducción en la producción de crudo de 1 millón de barriles diarios adicional que asumirá Arabia Saudí en su totalidad.
Después de una semana en la que el dato de inflación de mayo en Europa y el techo de gasto en Estados Unidos han marcado la evolución de los mercados, en la que viene algunos indicadores adelantados (PMIs) como los de Reino Unido o Estados Unidos, así como el PIB del primer trimestre del año de algunos países como Australia, Japón o el agregado de la zona euro acapararán todas las miradas.
El crudo Brent cae esta jornada casi un 4% hasta los 74,1 dólares el barril, mientras que el West Texas norteamericano (WTI) ha perdido los 70 dólares, niveles que no veía desde marzo de este año. Esto ha llevado a que Alexander Novak, ministro de Energía de Rusia, haya admitido este martes que, quizá, se reunirá con los directivos de las petroleras rusas para abordar esta situación del mercado, algo que contrasta con declaraciones suyas anteriores. Por otro lado, la OPEP vivirá una tensa reunión el próximo 4 de junio.
Rusia anunció un recorte de 500.000 barriles diarios de la producción de petróleo poco después de que Occidente ejecutase las sanciones más duras sobre el crudo y los derivados rusos. La intención de Moscú con esta medida era generar un déficit de petróleo en el mercado que disparase los precios y dañase a las economías avanzadas. Sin embargo, meses después del anuncio, Rusia está exportando la mayor cantidad de petróleo en años y el crudo que acumula en el mar sigue aumentando, lo que deja entrever que las espitas del petróleo van a dejar salir más crudo de lo que se creía. O, al menos, eso es lo que parece.
Repsol avanza en la reorganización de su cartera de activos de exploración y producción con la vista puesta en la salida a bolsa de este negocio en 2026. La petrolera, que dirige Josu Jon Imaz, ha alcanzado un acuerdo con Shell y Equinor para hacerse junto con Llog con la totalidad del megayacimiento Blacktip, situado en el Golfo de México (Estados Unidos).
El precio del petróleo cae un 12% en 2023 y se está contagiando a las previsiones de ganancias de las empresas del sector. El barril Brent empezó el ejercicio en los 86 dólares, y poco a poco ha ido perdiendo fuelle hasta los 76 dólares actuales. El frenazo económico que se está produciendo en el año está pesando en uno de los activos más cíclicos del mercado, y sus consecuencias también se están dejando notar en renta variable: las grandes petroleras no están pasando por un buen año en bolsa, contagiadas por el retroceso que están viviendo los precios del petróleo.
China sigue en su empeño de entrar dentro de la región sur del mundo y poner una ofensiva económica a Estados Unidos. La firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre el gigante asiático y Ecuador pone en relieve el creciente interés que Pekín tiene puesto en Sudamérica.
Las dudas se han adueñado por completo del mercado del petróleo. Hasta hace bien poco los analistas, tras el fuerte rebote del crudo a mediados de marzo, que subió un 20% hasta los 87 euros, hablaban abiertamente de un rally que llevaría su cotización hasta los 100 dólares. Este era el punto de vista de analistas como los de Goldman Sachs. Tras una semana de caos bancario e incertidumbre macroeconómica la situación ha dado un giro de 180 grados y ya hay analistas que hablan abiertamente de un desplome del mismo hasta los 50 dólares por barril.
El tirón de la economía global en 2023 será posible gracias al impulso de China y su particular vuelta a la normalidad tras su férreo control de la pandemia. De ahí que se mire con lupa cada dato que publica el gigante asiático para conocer la envergadura del crecimiento económico para este año. Sin embargo, el balance comercial de China en abril arroja una caída de las importaciones del 7,9% interanual, mucho peor del que esperaba el mercado y que retrata la debilidad de la demanda nacional.
El responsable de una de las grandes gestoras españolas nos comentaba esta semana que el mercado tiene un parecido enorme al de 2012. Antes de que el 26 de julio el entonces presidente del BCE, Mario Draghi, pronunciase el irónico discurso de "haré lo que haya que hacer, y créanme, será suficiente", las bolsas europeas eran carnaza de tiburones. Después de haberse recuperado más de un 50% tras los mínimos de Lehman se habían desplomado un 30% con una crisis de deuda en Europa que ponía en duda el euro.
El año pasado fue un periodo magnífico para los productores de petróleo, con un barril que se movió en los 99 dólares de media, en el caso del Brent. Arabia Saudí, el principal productor de crudo del planeta, consiguió volver a tener superávit fiscal el ejercicio pasado, después de varios años de déficit. Sin embargo, parece que 2022 será un oasis en este sentido para el país árabe, ya que por el momento está siendo incapaz de impulsar los precios del barril por encima de 80 dólares, el nivel que, según los cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI), necesita el país para poder cuadrar su balanza fiscal.
La demanda continúa fuerte y los recortes de la oferta no paran de sucederse en los últimos comunicados de la OPEP+ (Organización de Países Exportadores de Petróleo y socios como Rusia) y, sin embargo, con este entorno, los precios del petróleo no dejan de caer.
El ruido de una desaceleración económica, e incluso el de una recesión a escala global, vuelve a sonar en el mercado. Una situación que amenaza con detraer la demanda y el consumo en las principales economías del planeta aunque sirva para mantener bajo control la inflación y ayude a los bancos centrales a suavizar sus políticas restrictivas.
El recorte inesperado en la producción de petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados (Rusia y otros países satélites) ha generado un nuevo impulso alcista para los precios del crudo. El barril de Brent se ha situado de nuevo en la zona de los 85 dólares. Sin embargo, aunque ahora las previsiones sobre el precio del crudo vuelven a ser alcistas (faltará petróleo), no todo el mundo en el mercado confía en esta narrativa. Algunos inversores creen que el movimiento de la OPEP puede ser un gesto desesperado ante la inminente caída del precio del crudo por un descenso de la demanda global. Al menos esto es lo que se lee entre líneas de los movimientos de algunos inversores.
Hace menos de 30 días el barril Brent tocó su mínimo del año por debajo de los 71 dólares y desde entonces protagonizó un rebote que llevó a la referencia del crudo europeo por encima de los 86 dólares. Sin embargo, este salto del 20% no fue aprovechado por las petroleras europeas, cuyo negocio es sensible al precio del crudo, que cotizan en 2023 la volatilidad del precio de la materia prima en el mercado.
Rusia ha dejado de mirar a Occidente y ha puesto el foco en Oriente. Moscú está reconfigurando el funcionamiento de su sector exterior, sobre todo el energético, para mantener vivas sus exportaciones de petróleo y gas. Además, Moscú está buscando vías para reducir el uso del dólar en sus operaciones de importación y exportación para esquivar de la mejor forma posible las sanciones impuestas por Occidente tras el comienzo de la guerra de Ucrania. Aunque el acuerdo entre Rusia y China es solo el comienzo, lo cierto es que esta semana se ha cerrado ya el primer contrato de venta de gas natural en yuanes de la historia.
Las sanciones sobre el petróleo ruso están teniendo un impacto bastante limitado sobre el precio. El crudo es más barato que antes de la guerra y no parece haya riesgo de escasez. Sin embargo, lo que sí parecen haber logrado las sanciones es una auténtica revolución en las rutas que sigue el petróleo, lo que ha disparado el tiempo que el petróleo pasa en el mar a la vez que genera ciertas dudas sobre su impacto en el medio ambiente (ahora las travesías de los petroleros son mucho más largas, lo que supone mayores emisiones y riesgo de tragedias). Esto ha provocado que el petróleo ruso 'flotante' en el mar se haya multiplicado en un solo año.
El margen de refino de Repsol cae en el primer trimestre del año un 17,5%, desde los 18,9 dólares por barril del trimestre anterior hasta los 15,6 dólares, según las estimaciones avanzadas por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El mercado de gas natural europeo ya muestra signos de preocupación por los suministros de combustible del próximo invierno. Si bien los contratos a corto plazo han ido mejorando semana a semana a medida que el calor se ha hecho más presente, los futuros de diciembre, los contratos más caros para el resto del año, han ganado alrededor del 9% en las últimas dos semanas.
Arabia Saudí, líder de facto de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), está detrás de buena parte de los recortes en la producción de petróleo aprobados en los últimos meses. El objetivo es el de siempre, mantener tensa la oferta para que el precio del petróleo se ancle en niveles relativamente altos. Sin embargo, a Riad le han salido varios enemigos inesperados que podrían tirar por la borda sus planes petróleo.
La inesperada decisión de la OPEP de reducir la producción de petróleo en otros 1.2 millones de barriles diarios lanza un mensaje claro al mundo: "no queremos ver precios del crudo por debajo de 80 dólares el barril". Si hasta 2020 el cártel solía reunirse cada seis meses para ajustar la oferta de petróleo a la demanda existente, desde que sufrimos la pandemia del COVID, las cosas han cambiado mucho.
En menos de 15 sesiones de cotización el precio del petróleo ha protagonizado una recuperación que lleva al barril Brent a la casilla de salida del 2023. La decisión de la OPEP de recortar de nuevo la producción de crudo ayudó al barril de referencia en Europa a anotar su mayor salto diario desde marzo del año pasado, cuando el mercado empezó a calcular cual sería el precio del combustible con Rusia (país exportador de petróleo y miembro de la OPEP+) como principal agente de la guerra de Ucrania.