No vamos a descubrirles nada si les decimos que después de diez años de tipos descendentes y negativos, que provocaron un deterioro de los ingresos de la banca, un contexto de subidas de tipos de interés es claramente positiva para el sector bancario, sin perjuicio de que siempre hay matices que pueden echar al traste con este optimista escenario.
La cada vez más frecuente alusión a una hipotética subida del precio del dinero. El repunte de la rentabilidad que ofrecen los bonos más conocidos del planeta (el Bund y el T-Note). El esperado incremento de la inflación. El mayor apetito de analistas e inversores por valores cíclicos. Las halagüeñas previsiones de beneficio que el consenso de mercado hace ahora. Las proyecciones de un mayor gasto por parte de los consumidores... Y así se podría seguir enumerando elementos hasta casi infinito. El número de ingredientes que componen el cocktail perfecto que el mercado degusta en los últimos meses con los bancos como protagonistas, es casi infinito.
Uno de los catalizadores de las últimas subidas en las bolsas europeas ha sido el sectorial bancario europeo y es por ello que entiendo que resulta muy útil analizarlo para saber si en próximas fechas los bancos podrían seguir apoyando un contexto de mayores alzas. Para ello lo ideal es analizar la evolución del Stoxx Europe 600 Banks (SX7R), que está compuesto por los 40 bancos más importantes de la eurozona según el estándar de mercado ICB (Industry Classification Benchmark).
Mucho se ha comentado sobre la actuación del Presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en la reunión de hace dos semanas en Jackson Hole y su revisión del marco de actuación de la política monetaria de la Fed, vigente desde 2012. Básicamente hay novedades en los objetivos de estabilidad de precios, con el objetivo del 2% que no cambia, pero con un añadido que sí es novedad: después de periodos en los que la inflación se ha situado persistentemente por debajo del 2%, la política monetaria será la que aporte inflación de manera moderada por encima del 2% durante algún tiempo. Es decir, cuando la recuperación asome acompañada de inflación no se cortará la misma con subidas de tipos, evitando lo que muchos consideran errores cometidos en el pasado que, por lo visto, impidieron la recuperación. También es notable el cambio que supone la reformulación del objetivo de máximo empleo, reportando déficits en vez de desviaciones y, así, evitar que cuando éstas sean positivas se dispare de manera automática la corrección mediante un sesgo restrictivo de la política monetaria. La valoración que se hace de manera mayoritaria de esta medida coincide con la anterior: evitar cortar la recuperación y jugársela a que la inflación será contenida. Matchball y partido para las palomas.
La oferta de créditos en Chile fue más restrictiva durante el segundo trimestre, que estuvo marcado por la propagación de la pandemia de coronavirus en el país y su fuerte impacto en la economía, según un sondeo del Banco Central.
El gobierno impulsará un proyecto de ley para mejorar el mecanismo de acceso al mercado de deuda de las empresas en medio del impacto de la pandemia de coronavirus en el país, afirmó el ministro de Hacienda, Ignacio Briones.