En medio de la expiración de los subsidios por desempleo aprobados al hilo de la pandemia y la dificultad de muchas empresas por encontrar mano de obra, las minoristas de Estados Unidos alistan ya la temporada de compras navideñas.
En la semana que dejamos atrás, Estados Unidos culmina dos hitos cruciales en la guerra contra el coronavirus. Si el lunes se activaba la distribución de la vacuna de Pfizer y BioNTech, el jueves un panel de expertos de la Administración de Alimentos y Medicamentos del país (FDA, por sus siglas en inglés) respaldó la de Moderna, que saborea ya la aprobación de emergencia. Algo que hace pensar que el 50% de la población estadounidense probablemente será vacunada en abril, adelantando así al menos en dos meses a Europa, según perfilan desde Goldman Sachs.
En pleno auge de la pandemia de coronavirus, los estadounidenses no dudaron en aprovechar el último día del mes de noviembre para dejarse seducir por las rebajas características del conocido como Cyber Monday. La resaca dejada atrás por Acción de Gracias y el Black Friday (Viernes Negro) no evitó que las ventas online se dispararan un 15.1% con respecto al año pasado hasta alcanzar los 10,800 millones de dólares, según Adobe Analytics.
En pleno auge de la pandemia, los estadounidenses no dudaron en aprovechar el último día del mes de noviembre para dejarse seducir por las rebajas características del conocido como Cyber Monday. La resaca dejada atrás por Acción de Gracias y el Black Friday (Viernes Negro) no evitó que las ventas online se dispararan un 15,1% con respecto al año pasado hasta alcanzar los 10.800 millones de dólares, según Adobe Analytics.
Las minoristas de Estados Unidos están listas para enfrentar la temporada de compras navideña más atípica de la historia. En medio de una pandemia que acumula ya más de 11 millones de infectados a este lado del Atlántico y que ha desatado una profunda crisis, la celebración esta semana de Acción de Gracias y el consecuente Viernes Negro se perfila como la prueba de fuego para determinar el estado real de la recuperación.
La temporada de compras navideñas en Estados Unidos, periodo crucial para las minoristas, se prepara ya para tirar por la ventana algunas de sus más conocidas tradiciones. La pandemia del coronavirus evitará que los establecimientos abran sus puertas en la noche de Acción de Gracias mientras el bruto de las rebajas y descuentos serán online. Una dinámica a la que el consumidor patrio ya está acostumbrado desde hace años pero que afianzó su rutina durante los confinamientos del pasado abril.
Wall Street ha arrancado la jornada de este miércoles con leves ascensos en sus principales índices, pero poco después de las ocho de la tarde los índices han retrocedido por las previsiones "pesimistas" de la Reserva Federal sobre la pandemia y su efecto en la economía. El S&P 500, que ayer marcó un nuevo máximo, cae un ligero 0,44%, hasta los 3.374,85 puntos; el Nasdaq 100 se deja un 0,71% y cae a los 11.318,64 puntos, y el Dow Jones cae un 0,31% hasta las 27.692,88 unidades.
Si los consumidores estadounidenses tuvieran que elegir entre salir de compras o cenar en un restaurante una vez se levanten completamente las medidas de confinamiento, una clara mayoría del 44% se decanta por la primera opción, según el sondeo elaborado por S&P Global Market Intelligence.
A falta de una verificación por parte de Apple, diarios norteamericanos han conocido que la marca podría lanzar este año unos nuevos cascos inalámbricos. Aunque Apple ya tiene algunos auriculares inalámbricos como los AirPods y a pesar de que ha vendido productos similares bajo su marca Beats, estos serían los primeros cascos inalámbricos que se lanzarían al mercado con el logo de la compañía.
De un tiempo a esta parte, las plataformas online de venta directa al consumidor se han convertido en un eje fundamental para las estrategias digitales de gigantes como Walmart. En su esfuerzo por plantar cara a Amazon, la minorista más grande del mundo optó por adquirir startups como Jet.com, por la que pagó 3.300 millones de dólares, o Bonobos, por la que desembolsó 310 millones de dólares.