Las bolsas no afrontan una sesión cualquiera: hoy toca cierre semanal, del mes y del primer trimestre del año. Y las dudas hacen acto de presencia. En Europa, los selectivos de referencia encaran este viernes con signo mixto. El EuroStoxx 50 duda a las puertas de los 4.300 puntos mientras el Ibex 35 español se juega los 9.200 enteros. Echan el freno tras la remontada de los últimos días. ¿Por qué? Por la incertidumbre que provocan unos datos de inflación que dan más argumentos a los bancos centrales para seguir endureciendo su política monetaria, lo que previsiblemente tendrá un impacto negativo en la economía; más aún tras las turbulencias en el sector financiero norteamericano y europeo vividas este mes. De hecho, la renta variable arroja un balance negativo en marzo, aunque no es suficiente para eclipsar las fuertes ganancias acumuladas desde el final de 2022, mayores al 10% en todos los parqués del Viejo Continente.
Las turbulencias han llegado a los mercados financieros con intensidad. Y aunque los movimientos han sido ya drásticos, es posible que las curvas no hayan llegado a su fin. Es más, aunque no parece la opción más probable, todavía cabe la posibilidad de que tantas curvas terminen generando un accidente.
La subida de los tipos de interés emprendida por los bancos centrales se ha ido transmitiendo a los mercados financieros de forma relativamente rápida. En el caso de EEUU, las letras del Tesoro a un año pagan un 4,6% de interés anual, mientras que el tipo efectivo de la Reserva Federal se encuentra cerca del 5%. Sin embargo, los bancos comerciales están ofreciendo rentabilidades entre el 1 y el 2% por los depósitos a uno y dos años. ¿Cuál es el resultado de esta desconexión? Los bancos americanos han sufrido una fuga de depósitos que supera el medio billón de dólares en cuestión de un año, que además se ha visto agudizada por el reciente pánico bancario.
Las rápidas y grandes subidas de tipos que ha ejecutado el Banco Central Europeo hasta la fecha han sido 'tarea fácil'. La fortaleza de la inflación y la economía han allanado el terreno para que el banco central mantuviera el pie puesto en el acelerador sin demasiados contratiempos. Sin embargo, el terreno ha dejado de ser llano. Los baches en el camino (turbulencias financieras) han aparecido y mantener el pie en el acelerador incrementa el riesgo de accidente. Ahora, el mensaje del BCE es un tanto difuso, las subidas de tipos no parecen del todo aseguradas. Ahora sí, el banco central irá reunión a reunión y dato a dato.
La recesión a la que se acerca la economía será distinta a la de 2008. Esta vez, los bancos centrales no van a poder salir al rescate con estímulos o medidas de apoyo porque la inflación no se lo va a permitir. El famoso "cueste lo que cueste" ('whatever it takes') de Mario Draghi es cosa del pasado para la mayor gestora del mundo, BlackRock. Por eso, el mercado está equivocado al descontar que habrá recortes en los tipos este año y en anticipar que los responsables de la política monetaria van a empezar a deshacer ese camino debido alas turbulencias bancarias.
Las pérdidas han vuelto con contundencia a las bolsas de Europa este viernes y se han borrado buena parte de las ganancias cosechadas a principios de semana. Antes de la apertura de hoy, los ascensos semanales superaban los dos puntos porcentuales.El Ibex 35 español ha terminado la jornada con un descenso del 1,98% hasta los 8.792,5 puntos, por lo que el avance de toda la semana se ha reducido al 0,84%. Pero ¿a qué se deben los números rojos de esta sesión? Al pánico que todavía prevalece en los mercados a una nueva crisis bancaria. La prueba está en que los bancos han sido, de nuevo, el principal lastre de la renta variable, con una entidad destacando entre todas las demás en el Viejo Continente: Deutsche Bank, que ha llegado a sufrir un desplome de doble dígito en la bolsa de Fráncfort. Con este panorama, el EuroStoxx ha visto peligrar los 4.100 puntos y el Ibex se ha llegado a colocar al filo de los 8.700.
El mercado inmobiliario ha comenzado a enfriarse con velocidad en varias economías de la zona euro, entre las que se encuentra Alemania. Las subidas de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) y la desaceleración de la economía están complicando la adquisición de vivienda para familias e inversores. Además, hay expertos que creen que esta tendencia solo acaba de comenzar y que, atendiendo a los ratios de rentabilidad actuales, el precio de los inmuebles en Alemania debería caer hasta un 25% para que se vuelva a alcanzar cierto equilibrio de mercado.
Credit Suisse, CS, es el último pero no será el único en grandes problemas y quiebras. La historia de la humanidad está llena de bancos caídos. Normalmente después de la quiebra o caída de un banco se producen alteraciones financieras, las personas dudan, otro bancos pueden tener problemas mas o menos graves, algunos se expanden y aumentan su tamaño. En definitiva las dudas entran, sin embargo la vida continúa, algo que la historia nos enseña.
Las acciones de Deutsche Bank y UBS han caído con intensidad este viernes en el Dax 40 y la bolsa de Suiza, avivando los miedos a que se produzca un contagio financiero tras los graves problemas de Credit Suisse. Estas turbulencias parecían haberse resuelto con la adquisición de la entidad por parte de su rival UBS y las líneas de liquidez extendidas por el Banco Nacional de Suiza. Sin embargo, los temores de crisis financiera vuelven a reaparecer este viernes en los parqués del Viejo Continente. El Ibex 35 también se ha desplomado con fuerza, arrastrado por la banca española. Ante tanta caída en los mercados, Christine Lagarde, presidenta del BCE, ha vuelto a lanzar un mensaje de calma, asegurando que están "plenamente equipados" para inyectar liquidez y aliviar las necesidades de la banca. Los analistas subrayan que "Deutsche Bank no es el próximo Credit Suisse".
La Reserva Federal de Estados Unidos respondió con una inyección de liquidez al riesgo bancario que se desató hace unas jornadas. Un préstamo a la banca para calmar al mercado que llevó al incremento de su balance hasta los 8,6 billones de dólares, con datos actualizados al cierre de la semana pasada. Pero se espera que esta cifra crezca con la próxima actualización con el refuerzo de las herramientas para recobrar la confianza en el sistema financiero estadounidense.
La economía de EEUU parece estar condenada a sufrir una recesión. A la casi infalible inversión de la curva de tipos, se le ha sumado ahora la contracción de unos agregados monetarios que llevaban décadas sin presentar tasas de variaciones negativas. Es más, hay que remontarse a la Gran Depresión (1929) para encontrar tasas interanuales negativas en el agregado monetario M2 y M3. Estos indicadores muestran la evolución de la oferta monetaria, que suele presentar una relación intensa con el crecimiento económico y de la inflación.
El Banco de Inglaterra (BoE) también ha primado los datos macroeconómicos frente a los financieros, como han hecho en los últimos siete días primero el Banco Central Europeo (BCE) y después la Reserva Federal de EEUU (Fed). El organismo ha subido este jueves los tipos de interés en 25 puntos básicos hasta el 4,25%, el nivel más alto desde 2008. El banco central ha prolongado así su ciclo más rápido de alzas de tipos en 30 años (415 puntos básicos de subida en poco más de un año y en 11 reuniones) pese a que la inestabilidad financiera derivada del terremoto en Silicon Valey Bank (SVB) y Credit Suisse hacían pensar que en esta cita no tocaría las tasas. El pronóstico de que Reino Unido puede evitar finalmente la recesión y la persistente inflación se han impuesto. La clave ahora es discernir si esta subida es la última del ciclo y llega la esperada pausa.
La Reserva Federal ha seguido con su hoja de ruta y ha subido los tipos de interés en 25 puntos básicos hasta el 4,75-5%. Además, Janet Yellen, secretaria del Tesoro de EEUU, aseguró este mismo miércoles que no hay planes para ampliar los seguros por depósitos. Ambas decisiones han vuelto a generar ciertas turbulencias y miedo en Wall Street, un miedo que se ha concentrado en la banca mediana y regional. Estas ventas en los bancos medianos y pequeños tiene un porqué: estas entidades tienen, en principio, unos colchones de liquidez más escasos y, para colmo, no son sistémicas, por lo que no serán rescatadas por el Gobierno. Entonces, ¿cuál es el incentivo que tienen los depositantes para mantener su dinero en estos bancos? Nadie lo sabe.
Las tensiones financieras de los últimos días no van a impedir que los tipos de interés elevados se mantengan en el tiempo. La Reserva Federal (Fed) ha confirmado que el precio del dinero llegará al entorno del 5-5,25% durante el ejercicio en curso, sin cambios respecto a la orientación previa (diciembre), como confirma el organismo este miércoles en su 'dot plot'. Eso significa que solo queda un ajuste de cuarto de punto este año tras el último movimiento en los tipos decidido hoy (4,75-5% actual).
El panel de Funcas ha revisado al alza la previsión de crecimiento del PIB para este año en dos décimas, hasta el 1,5%, como consecuencia de una evolución mejor de lo esperado en los últimos meses. La inflación subyacente, que excluye a los alimentos no elaborados y la energía, sigue siendo el principal escollo: aumentará de media un 5,5% este año, lo que implicará una subida del precio del dinero, los tipos de interés, al 4% entre primavera y verano.
Pilotar el aterrizaje de la economía de EEUU era una misión compleja. Durante la crisis del covid, la Fed y el Gobierno llenaron el depósito del avión (economía) con una mezcla de combustibles que nunca antes se había probado (billones de estímulos fiscales y monetarios combinados). El avión cogió tanta velocidad en tan poco tiempo que terminó sobrecalentándose. Al final, la Fed tuvo que tirar del freno de mano (subidas de tipos sin precedentes y retirada de estímulos), provocando una rápida pérdida de altura, que ahora podría terminar en accidente. En Europa, aunque la situación no es exactamente igual, pero el riesgo parece similar, según los expertos de JP Morgan.
Suiza ha roto las reglas del juego con su decisión de que los bonistas de deuda contingente convertible (CoCos) de Credit Suisse pierdan todo su dinero sin que esto ocurra con los accionistas, que son quienes realmente cierran el orden de prelación en supuestos de impagos. Una medida que tensiona el mercado y que hace que los CoCos de la banca ya pierdan un 11% por una incertidumbre que reducirá el ritmo de emisiones de estos instrumentos.
Los bancos han pasado en cuestión de meses de presentar beneficios récord a convertirse en la gran amenaza para la estabilidad financiera. Pero lo que es más curioso, el factor que ha provocado lo primero (el récord de beneficios), está también detrás de lo segundo (el riesgo de crisis financiera): las fuertes y prolongadas subidas de los tipos de interés empiezan a dejar a la luz las fragilidades de algunas entidades.
Cuando los bancos centrales suben los tipos de interés con mucha intensidad en poco tiempo, algo se rompe. Esta y otras frases del ramo se escucharon hasta la saciedad durante las últimas jornadas a raíz de la crisis que se inició con los problemas de liquidez de los bancos regionales norteamericanos. Pero, de momento, lo único que se ha roto son las previsiones del mercado.
El Santander vira en su política comercial sobre el ahorro de clientes. El banco ha retirado la comisión con que penalizaba los fondos que mantenían los clientes en cuentas corrientes o de ahorro cuando el saldo excedía los 25.000 euros y con la que "invitaba" al ahorrador a movilizar sus recursos hacia productos como planes de pensiones y fondos de inversión.
Desde finales de la semana pasada, cuando se confirmó el colapso de varios bancos regionales en Estados Unidos, los inversores han recalibrado sus expectativas de subidas de tipos de interés de los principales bancos centrales del planeta. Aunque el Banco Central Europeo (BCE) ha seguido esta semana el plan que tenía establecido y ha confirmado la subida de tipos de 50 puntos básicos que anticipó a principios de febrero, el techo de tipos para el banco central, esto es, el nivel más alto que alcanzará el precio del dinero en la eurozona en este ciclo, ya no es tan elevado como se esperaba antes de que surgiese la crisis.
El Banco Central Europeo (BCE) ha actualizado sus previsiones de inflación y crecimiento económico para la eurozona. Pero debido a la delicada situación de la banca tras la quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) en Estados Unidos y con Credit Suisse en el punto de mira a este lado del Atlántico, la propia institución admite la incertidumbre que planea sobre sus cálculos.
El euro reflejó el temor a una crisis financiera en los instantes previos a la decisión de tipos de interés del Banco Central Europeo, pero la contundencia del discurso de Lagarde y el aumento de 50 puntos básicos llevaron a la divisa europea al 1,062 dólares al cierre de la bolsa europea este jueves.
El Banco Central Europeo ha ignorado las 'voces' del mercado que pedían moderación, para seguir con su propia hoja de ruta. De este modo, el BCE ha subido los tipos de interés en 50 puntos básicos, lo que eleva la tasa de depósito al 3%, mientras que la de refinanciación y la de emergencia quedan en 3,5 y 3,75% respectivamente. De este modo, el BCE ha primado la lucha contra la inflación al riesgo de inestabilidad financiera.
La incertidumbre ha magullado de nuevo a las bolsas de Europa este miércoles. Comenzaron el día con pérdidas contenidas, e incluso con leves ascensos en algunos selectivos de referencia, pero las ventas se dispararon después y las caídas han acabado superando el 4% en algunos casos. El Ibex 35 español ha sido el peor índice, junto al FTSE MIB italiano. No solo se ha despedido (otra vez) de los 9.000 puntos, sino que ha perforado incluso las 8.800 unidades. El selectivo ha terminado con una bajada del 4,37%, situándose en 8.759,1 enteros. Pero ¿qué hay detrás de todos estos números rojos? El fantasma de una crisis bancaria, el mismo que asustó a los mercados en el comienzo de la semana. El temor se aviva por el desplome de Credit Suisse, cuyas acciones han marcado hoy nuevos mínimos históricos. Y todo ello solo un día antes de que el Banco Central Europeo (BCE) anuncie su decisión sobre los tipos de interés.
Todo parecía listo para que el Banco Central Europeo (BCE) anunciase otra (quizá la última) gran subida de tipos este jueves. Los 50 puntos básicos eran un trato hecho, incluso después de la caída de los bancos americanos SVB y Signature Bank, los analistas y el mercado apostaban por la subida de medio punto. Sin embargo, la crisis bancaria ha llegado a Europa de lleno a través del eslabón más débil: Credit Suisse. Ahora, todo está en el aire y lo único que está claro es que ningún banquero central querría estar en la piel de Christine Lagarde.
Nueva jornada de pánico en Credit Suisse. Las acciones del banco suizo se han desplomando más de un 24% hasta tocar mínimos históricos. Aunque los problemas de Credit Suisse vienen de muy lejos, la caída de SVB y Signature Bank en EEUU podrían estar dando la puntilla a este histórico banco europeo. La confianza lo es casi todo en el sector bancario, y cada día parece un poco más claro que el público está dejando de confiar en Credit Suisse. Para colmo, todo esto sucede a horas de la reunión del Banco Central Europeo en la que se esperaba una subida de tipos de 50 puntos básicos. Ahora, todo está en el aire.
El 16 de marzo de 2022 la Reserva Federal estadounidense (Fed) empezó oficialmente el proceso de normalización de su política monetaria, después de casi una década de estímulos y de años viviendo con los tipos de interés al 0%. Forzados por el incremento que estaba viviendo la inflación, y una vez se convencieron definitivamente de que no se trataba de un repunte transitorio, como aseguraron durante meses, ese día se produjo el primer incremento que se había visto desde 2018 en el precio del dinero.
La inflación en EEUU se ha relajado hasta el 6% en el mes de febrero. Los analistas consultados por Bloomberg esperaban que el IPC estadounidense se moderase hasta la zona del 6%, cuatro décimas por debajo del dato de enero. La mensual también ha perdido algo de ritmo y ha caído hasta la zona del 0,4% (frente al 0,5%), mientras que la inflación subyacente se ha establecido en el 5,5% interanual, una décima por debajo de la última referencia.