Cuando hablamos de catástrofes naturales como terremotos o tsunamis desde España lo miramos con cierta distancia. Cierta porque no es un país ajeno a la presencia de seísmos. Sin embargo, un tsunami ya nos aventura a la ficción de una película hollywoodense.
Las probabilidades de que haya un tsunami en los próximos treinta años en el mar Mediterráneo, con olas de más de un metro de altura y setecientos de fondo y consecuencias que pueden llegar a ser "catastróficas", son "muy altas", de acuerdo con las estadísticas recogidas por la UNESCO.
Los últimos informes llevados a cabo por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han demostrado que existe la posibilidad real de un tsunami en España. Una ola gigantesca, precedida por un maremoto bajo el mar de Alborán, que arrasaría con el sur peninsular en tan solo media hora. Un terrible suceso, con pocas probabilidades y un periodo longevo de tiempo, que no es nuevo en España. Y es que en 1755 un fenómeno similar ya arrasó con la bahía de Cádiz.
España tiene una amenaza real de sufrir en algún momento de la historia un tsunami que arrasaría parte de sus costas. Sobre todo en el sur peninsular, esta afirmación de un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha puesto sobre alerta a todas las instituciones. Hasta tal punto que el Gobierno, junto a la Junta de Andalucía, ya han sondeado un plan por si tal fenómeno llegase a ocurrir.
En los últimos años, las autoridades de Cádiz han confirmado que existe un plan de evacuación de la ciudad en caso de maremoto. Una medida que podría sonar a ciencia ficción, pero que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se ha encargado de dar más validez. Todo tras presentar un estudio en la revista Scientific Reports en el que se confirma el riesgo real de un tsunami que afectaría a España y sus alrededores.
La pandemia de COVID-19 ha provocado una de las peores situaciones hasta el momento vista a lo largo de la historia de la humanidad. Esta pandemia ha provocado daños tanto a nivel humano como a nivel económico, algo que sigue haciendo en la actualidad. Esta es considerada una de las mayores catástrofes de la historia, junto a otras como relacionadas con fenómenos atmosféricos como terremotos o tsunamis.
Es claro que estamos metidos en un período de gran producción legislativa en el Derecho del Trabajo. La sucesión de Reales Decretos-leyes que ha caracterizado la crisis sanitaria global ha ido ampliando su objeto para incluir otras cuestiones ajenas a las necesidades provocadas por la pandemia.
Un sísmo de una magnitud preliminar de 7 grados en la escala Richter, con varias réplicas posteriores, afectò la costa norte de Chile, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés).
Corrían los primeros días de marzo del 2020. Los vientos de la innovación y la transformación digital agitan las aguas en las que navegan las empresas de nuestro país. La maestría con la que navegan algunos equipos de dirección con esos vientos es innegable. De repente, a mitad de mes, un tsunami de nombre COVID 19 arrolla y desarbola la ya de por si dificultosa navegación.
(EFE).- El terremoto de magnitud 7,5 en la escala de Richter que sacudió este martes con fuerza el centro y sur de México ha dejado al menos cinco muertos y varios heridos en el estado de Oaxaca, despertando los peores fantasmas de los trágicos sismos de 2017 en plena pandemia del coronavius.
23/06 | El Economista
elEconomistaAmerica Colombia
(Reuters) - Un fuerte sismo sacudió el martes el centro y sur de México, con un balance preliminar de al menos un muerto y un herido por un derrumbe cerca del epicentro del movimiento telúrico, donde también ha habido daños leves a fachadas de algunas viviendas, según autoridades.
Esta madrugada, un sismo de magnitud 6.1 sacudió al estado de Baja California Sur, sin que al momento se reporten víctimas o daños materiales. Tampoco se emitió una alerta de tsunami.
La conmemoración oficial de los 10 años del terremoto de magnitud 8,8 y el posterior tsunami del 27 de febrero de 2010, que dejaron 525 muertos y miles de damnificados, puso el foco en la resiliencia mostrada por el pueblo chileno para superar episodios catastróficos.