El presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), José Manuel Campa, ha reconocido este miércoles que, a pesar de que la morosidad del sector financiero ha bajado durante la pandemia, en cuento se eliminen las medidas fiscales puestas en marcha, la mora "nos alcanzará y volverá a subir". Campa, que ha participado en las jornadas bancarias organizadas por el IESE reconoció que al inicio de la crisis sanitaria, las proyecciones de reguladores y supervisores eran una subida de los impagos similar a la de otras crisis. Sin embargo, tras las políticas fiscales y monetarias iniciadas el ratio de mora no ha subido con el Covid, sino que ha bajado.
Los socios del euro han intentado completar la unión bancaria, con el pilar pendiente de una garantía depósitos común, de todas las maneras y con todas las estratagemas posibles. Para intentar desatascar la discusión, con una enorme carga política sobre todo para Alemania, el gran obstáculo, los líderes del euro pidieron a sus ministros de Finanzas el pasado diciembre que elaboraran "de forma consensuada, un plan plan de trabajo con pasos detallados y plazos vinculantes, sobre todos los elementos pendientes necesarios para completar la unión bancaria." Este calendario debería ser aprobado por los ministros en el Eurogrupo esta tarde, para que quede listo para la cumbre de líderes de la próxima semana.
A principios de año, y según la rotación establecida, Portugal tomaba las riendas de la Unión Europea, asumiendo su Presidencia por seis meses. Entre sus prioridades, la de estimular la finalización de la Unión Bancaria. Para ello cogía el guante de la presidencia austríaca en lo relativo a la creación del sistema europeo de garantía de depósitos y desatascaba así las negociaciones en torno a la construcción de este tercer y último pilar de la tan deseada Unión Bancaria.
La unión bancaria ha sido descrita como uno de los mayores avances desde la llegada del euro. Pero también es una de las batallas políticas más enrevesadas y complicadas entre los socios de la moneda común. El principal obstáculo es, sobre todo, la oposición alemana al Sistema Europeo de Garantía de Depósitos (EDIS, por sus siglas en inglés), el gran pilar pendiente, por la oposición de Berlín a mutualizar los riesgos de los depósitos de los bancos de la periferia.
Una garantía europea para los depósitos de hasta 100.000 euros es el pilar pendiente de la unión bancaria. Lo pide el sector bancario, el BCE, el FMI, la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, y la gran mayoría de los Estados miembros. Excepto Alemania. Berlín volvió este viernes a conseguir que el seguro europeo de garantía de depósitos (EDIS, por sus siglas en inglés), no apareciese mencionado en las conclusiones de la cumbre del euro, que cerró los dos días de reuniones que los líderes de los 27.
La idea de crear un Fondo Europeo de Garantía de Depósitos (EDIS, por siglas en inglés) tiene valedores tan constantes como opositores inquebrantables. El proyecto sobrevive con respiración asistida en grupos de trabajo técnicos en el Consejo, a pesar de las dos intentonas por sacarlo adelante en los últimos cinco años. El gran obstáculo para crear un colchón común que proteja los depósitos en la eurozona de hasta 100.000 euros es únicamente Alemania, que no se fía de la situación de los bancos en algunos países.
La idea de conseguir una garantía de depósitos común para los bancos de la eurozona (EDIS, por sus siglas en inglés) está a medio camino entre un proyecto zombie y una criatura legendaria. La iniciativa, que nació en 2012 al sentar las bases de la unión bancaria, encalla no solo en el nivel político, sino también en las discusiones técnicas, donde terminó desterrada para buscar una solución.
La crisis sanitaria provocada por el COVID19 ha generado una crisis social y económica a nivel global cuyos devastadores efectos apenas estamos empezando a conocer en Europa. Las pequeñas y medianas empresas y los pequeños ahorradores están siendo los más golpeados y, por lo tanto, aquellos sobre los que se deben centrar todos los esfuerzos de recuperación. Evitar la destrucción de empleos y salvaguardar el tejido empresarial solo será posible si ofrecemos mejores opciones de financiación que permitan a las empresas acceder a la liquidez necesaria para sobrevivir.
Unicaja y Liberbank retoman los contactos para fusionarse. Es así posible que vuelva a intentarse una operación corporativa con la que se ha especulado en el sector financiero español desde la última crisis financiera , y que a punto estuvo de culminar el año pasado. Sin embargo, el contexto económico es ahora radicalmente diferente al que se planteó hasta 2019 y el potencial de esta fusión, si solo implica a Unicaja y Liberbank, se reduce notablemente.
De la misma manera que en las escuelas se estudia la reconversión industrial de España en los años 80, sin duda en el futuro la reconversión de la banca, una de las más duras que se han visto en Europa, dará material de sobra para los libros de texto. Un breve vistazo a los registros de entidades del Banco de España lo evidencia con toda su crudeza: 2019 terminó con 52 bancos en activo en España; en 2008, eran 66 bancos y 46 cajas de ahorros las entidades que estaban en activo en el país.
"Europa no se hará de la noche a la mañana, sino a partir de pequeños pasos", predijo Robert Schuman en su famoso discurso hace ya casi siete décadas. Pero la falta de progresos reales para completar la eurozona prueba hasta qué punto incluso la prudencia de Schuman suena hoy ambiciosa. Los ministros de finanzas del euro (el Eurogrupo) fracasaron en su intento de cerrar la reforma del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), a pesar de que llegaba ya bastante triturado tras meses de discusiones técnicas.
Las esperanzas de que 2020 fuera el año en el que se iniciara una verdadera unión bancaria en la eurozona se estrellaron contra la última, y decepcionante, reunión del Eurogrupo. El guiño que, por primera vez, hizo Alemania el mes pasado a la posible aceptación de un fondo de garantía de depósitos común quedó en nada.
La noche del 28 de junio de 2012, en plena crisis del euro, Italia derrotó a la selección alemana en la semifinal de la Copa de Europa. Casi a la misma hora, el primer ministro italiano, Mario Monti, respaldado por los líderes de España y Francia, Mariano Rajoy y Francois Hollande, se anotaba otra victoria sobre Berlín con el establecimiento de los cimientos de la unión bancaria.
La unión bancaria cumple cinco años. Y Alemania, o más bien su ministro de Finanzas, Olaf Scholz, ha decidido regalarle una propuesta para finalmente completar el proyecto más ambicioso en la integración europea desde el euro, con la largamente esperada garantía común de depósitos. El paso de Scholz va más allá de la culminación de la unión bancaria, e incluso de la integración económica. Llega como parte del renovado esfuerzo del bloque comunitario para incrementar el peso político de Europa.
La banca europea sufre en bolsa por la persistencia de los bajos tipos de interés Pero sus dividendos siguen siendo atractivos al aportar una rentabilidad del 6,2 por ciento.
Tras décadas de debate académico, un par de años de batalla política liderada por el presidente francés Emmanuel Macron, y medio año de trabajos técnicos en el Eurogrupo, los ministros de Finanzas de la eurozona intentarán cerrar este jueves los parámetros del nuevo colchón fiscal para reforzar el euro. El instrumento se queda corto para ser el verdadero presupuesto para la eurozona que pedía Macron, y respaldaban países como España.
Los socialistas consideran que los estados miembro de la Unión Europea no solo tienen que armonizarse fiscalmente, sino que es necesario que la aportación financiera a la Unión se incremente. En la entrevista que ha concedido a elEconomista, el candidato del PSOE a las elecciones europeas Jonás Fernández, eurodiputado en este último mandato, explica que este objetivo se quiere lograr destinando un porcentaje del Impuesto sobre Sociedades a la UE, que se lograría poniendo coto a la elusión tributaria, así como creando un nuevo impuesto sobre la emisión del CO2. Acceda al ESPECIAL ELECCIONES 26-M
La Fundación Ramón Areces organiza un nuevo ciclo de conferencias a partir hoy 17 de enero, jueves, (19,30 horas, en C/ Vitruvio 5, en Madrid) esta vez sobre "El Futuro de la Gobernanza económica europea: aspectos económicos, jurídicos, sociales y políticos". Enrique Barón, ex presidente del Parlamento Europeo, será el encargado de inaugurarlo con una conferencia con el título "Gobernanza económica europea en el contexto del debate sobre el futuro de la UE".
Todos los bancos de la zona euro bajo la supervisión del Banco Central Europeo (BCE) tendrán una fecha límite para provisionar de manera total los préstamos dudosos, ha asegurado una fuente familiarizada con el asunto a Reuters.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha reconocido este martes la "falta de solidaridad" durante la crisis con Grecia, un país al que se "insultó", al tiempo que ha lamentado que se diera en aquellos años "demasiada importancia a la influencia del Fondo Monetario Internacional (FMI)".
El euro es probablemente el símbolo más visible y robusto de la construcción europea. Pero por el flanco de la moneda común también penetró la crisis más dura que ha sufrido la UE en su historia. La divisa europea cumple este año dos décadas, habiendo superado una Gran Recesión y una segunda recaída provocada por el exceso de austeridad de la UE.
La Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y la OCDE predicen que en promedio, la economía de la Unión Europea crecerá un 1,9% el próximo año (una cifra que básicamente se condice con el promedio del 2% esperado este año). Pero puede que este cuadro resulte demasiado optimista, no sólo porque es probable que la tasa de crecimiento en sí decepcione, sino también porque hay una considerable presión a la baja sobre el potencial de crecimiento de la UE después de 2019, y no parece por el momento que la dirigencia europea esté preparada para contrarrestarla de manera eficaz. Si la UE fuera un equipo de fútbol, no perdería partidos por falta de plan de juego o capacidad adecuada. Con sus casi 19 billones de dólares, la economía de la UE sigue siendo la segunda más grande del mundo y constituye cerca de un quinto de la producción global. El problema es que el equipo como un todo no está jugando en forma coordinada, y cada uno de los grandes jugadores por separado enfrenta difíciles problemas internos.
La presión regulatoria que ahora impulsa un nuevo proceso de concentraciones en España y en otros países europeos, lleva ya meses notándose en el intenso trabajo de los bancos por desprenderse de los activos tóxicos heredados de la crisis inmobiliaria.
Las entidades españolas emprenden una nueva ola de consolidaciones presionadas por las exigencias del Banco Central Europeo (BCE) para ganar rentabilidad. El mensaje del supervisor bancario europeo es claro: hay margen para la consolidación y la baja rentabilidad compromete la sostenibilidad de las entidades a largo plazo. La aún presidenta del Supervisor Único del BCE, Danièle Nouy (su cargo finaliza el 31 de diciembre) ha asegurado en sus últimas declaraciones que Europa necesita "campeones" bancarios a nivel global para atender las necesidades de las grandes compañías y competir con otros jugadores a nivel global. Para que haya gigantes de la banca europeos primero debe haber gigantes nacionales para iniciar la consolidación transfronteriza.
El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, ha dejado claro que las decisiones que han aprobado los líderes de los países del euro "son insuficientes" y ha avanzado que peleará por incluir un fondo para poder reaccionar a crisis en el futuro presupuesto de la Eurozona.
La banca europea tiene un problema de exceso de capacidad y de escasa rentabilidad que anima a las fusiones en Europa. Pese al interés del regulador en promover las integraciones trasfronterizas para mejorar la Unión Bancaria, las entidades financieras muestran su escaso interés por la falta de oportunidades significativas que les permitan mejorar su rentabilidad.
El 28 de junio de 2012, la selección italiana derrotó al conjunto alemán en las semifinales de la Eurocopa, en un torneo que se llevaría España. Mientras diplomáticos y periodistas veían el partido en las pantallas del edificio del Consejo en Bruselas, el primer ministro italiano Mario Monti también le endosaba dentro de la sala una dolorosa derrota a la canciller alemana, Angela Merkel. Porque esa noche el professore sumó fuerzas con el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para secuestrar la cumbre europea. Consiguieron así arrancar al resto de sus colegas europeos, sobre todo a Merkel, la iniciativa para centralizar la supervisión y el rescate de bancos, y también la mutualización de sus depósitos.
La Comisión Europea ha defendido este miércoles la necesidad de fortalecer el papel del euro en la escena internacional y desafiar el dominio del dólar como principal divisa global, con una atención especial en el campo de la energía, en el que Bruselas desea impulsar el uso de la moneda europea para reducir la "exposición" de la UE al 'billete verde'.
Los ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona (Eurogrupo) han logrado un acuerdo para reforzar la Unión Bancaria a través de un fondo de emergencia para atajar crisis bancarias y para fortalecer las competencias del fondo europeo de rescate, pero que aparca la creación de un presupuesto específico para la zona euro y del fondo único de garantía de depósitos (EDIS, por sus siglas en inglés).
El Banco de España ve necesario una reforma de las normas del comercio mundial para incluir mecanismos más efectivos que garanticen un campo de juego "más justo" para defender los beneficios del libre comercio frente al proteccionismo, así como políticas nacionales que pasen por una mayor flexibilidad en el mercado laboral, una red de Seguridad Social "sólida" y la creación de oportunidades educativas.