Terrorismo

La Audiencia Nacional procesa a los tres sospechosos de los atentados de Cataluña

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu ha procesado por los atentados del 17 de agosto de 2017 en Cataluña a tres presuntos terroristas, Driss Oukabir, Mohammed Houli Chemlal y Said Ben Iazza, los dos primeros como miembros de la célula yihadista de Ripoll (Girona) y el tercero como colaborador.

El juez achaca a Oukabir, a cuyo nombre se alquiló la furgoneta usada en el atentado de Las Ramblas de Barcelona, y a Houli Chemlal, que resultó herido en la explosión del chalé de Alcanar (Tarragona), delitos de integración en organización terrorista, depósito de explosivos y tentativa de estragos, en este último caso por los planes que tenían de atentar contra lugares emblemáticos como la Sagrada Familia.

A Ben Iazza, que se ocupó de "labores logísticas" que facilitaron la adquisición de las sustancias necesarias para elaborar el explosivo -la madre de satán- que se preparaba el chalet de Alcanar, solo le imputa un delito de colaboración con organización terrorista.

Un grupo terrorista consolidado desde 2015

Según el juez, los tres procesados, junto con los otros siete presuntos terroristas muertos en las localidades de Cambrils (Tarragona), Alcanar (Tarragona) y Subirats (Barcelona), constituyeron un grupo terrorista a partir de 2015 bajo la dirección espiritual del imán Abdelbaki Es Satty que quería "realizar uno o varios atentados de grandes dimensiones, mediante el uso de artefactos explosivos" que acumulaban en la casa de Alcanar.

Atentar contra objetivos emblemáticos de Barcelona

Dentro de su progresiva radicalización el juez relata que ya en 2016, un día indeterminado del Ramadán dos de los terroristas fallecidos dijeron a los demás miembros del grupo que querían derrumbar con explosivos la Sagrada Familia de Barcelona. Todos los presentes, según detalla el auto, "aceptarían dicha propuesta, impulsada por el extremismo religioso implantado por el imam Abdelbaki Es Satty".

Al referirse a uno de los procesados, Mohamed Houli Chemlal, único superviviente en la explosión de la casa de Alcanar, el magistrado recuerda el vídeo que apareció entre los escombros de la vivienda, grabado por él mismo y en el que aparecían varios miembros de la célula fabricando los explosivos y anunciando un próximo atentado, así como numerosas fotografías "en lugares susceptibles de ser objetivos de atentados tales como Port Aventura (Salou), Plaza Cataluña (Barcelona), la Torre Eiffel (París), Toulouse (Francia), Torre Agbar (Barcelona), estadios de fútbol Santiago Bernabéu (Madrid) y Camp Nou (Barcelona) o el Museo Thyssen (Madrid)".

Búsquedas en internet sobre atentados yihadistas

El auto también incluye las búsquedas muy repetidas en Internet de diversas localizaciones geográficas. Así, relaciona las fechas de las búsquedas de explosivos que realizaron los miembros del grupo terrorista con búsquedas de localizaciones geográficas y atentados yihadistas contemporáneos.

El juez destaca las 125 búsquedas realizadas sobre la Audiencia Nacional, las 106 búsquedas sobre la fiesta que se celebra en la localidad valenciana de Buñol y que se conoce como "la tomatina", 219 sobre el embalse de Riudecanyes y 104 búsquedas sobre la Alhambra de Granada.

Fabricación de explosivos

El juez hace constar la cantidad de los explosivos que se almacenaban en la casa de Alcanar, que podría oscilar, según el magistrado, en unos valores aproximados de 200 a 500 kilogramos, además de 19 artefactos improvisados tipo granada de mano y una faja bomba.

El juez añade las 104 bombonas de butano y propano encontradas en la vivienda, con las que los terroristas pretendían "amplificar el efecto del explosivo, pretendiendo incrementar el volumen de metralla como la posibilidad de crear bolas de fuego generadas por las cargas GLP".

El magistrado se basa en los informes de los especialistas en explosivos para concluir que "tal cantidad de material para la confección de explosivos y de tal potencia destructiva, de llegar a ser utilizado para atentar en lugares o monumentos con gran afluencia de público, como sería el objetivo de la célula terrorista investigada, hubiera provocado unos daños de enormes dimensiones".

La geolocalización móvil de los yihadistas

Los teléfonos móviles utilizados por los tres procesados han sido determinantes para vincularles a los terroristas fallecidos y a los lugares investigados. Así, en el caso del procesado por colaborar con el grupo, Said Ben Iazza, el juez recuerda que los teléfonos le sitúan en la vivienda de Alcanar y por un tiempo suficiente como para no ser ajeno a la actividad de los miembros de la célula que estaban fabricando una gran cantidad de material explosivo, con precursores adquiridos usando su identidad y transportados en el vehículo prestado por Ben Iazza.

El atentado de las ramblas de Barcelona

El auto relata cómo un día después de la explosión en la casa de Alcanar, uno de los terroristas fallecidos, Younes Abouyaaqoub, arrolló a las 16:50 horas del 17 de agosto a una gran cantidad de transeúntes que paseaban por la zona peatonal de las Ramblas. La furgoneta utilizada por el terrorista había sido previamente alquilada por el procesado Driss Oukabir.

La furgoneta se incorporó a la Rambla, centro neurálgico de la ciudad y concurrido por grandes aglomeraciones de personas; lo hizo a gran velocidad y en zigzag, por el paseo central. Como consecuencia del atropello fallecieron 14 personas y otras 128 resultaron con lesiones de carácter físico, además de otras muchas personas que padecieron diversas alteraciones de su salud.

El relato de aquellas horas dramáticas vividas en Cataluña recuerda el asesinato de otro ciudadano español aquella misma tarde, cometido por uno de los terroristas al intentar huir. Ese miembro de la célula murió cuatro días después, abatido por los Mossos.

Después atentaron de Cambrils

A la 1 de la madrugada del día 18 de agosto, los otros cinco terroristas huidos del atentado de las Ramblas invadieron con un vehículo el paseo marítimo de Cambrils y provocaron la muerte de otra mujer y heridas a 12 personas. Los terroristas finalmente fueron también abatidos por los Mossos d'Esquadra. La vida de cada uno de ellos, explica el juez en su escrito, tenía el objetivo común "de llevar a cabo atentados contra los considerados `sus enemigos´, es decir, el mundo occidental".

El delito de integración en organización terrorista prevé una pena de entre seis y 14 años de prisión. El de fabricación y tenencia de explosivos entre ocho y 15 años y el de estragos, en grado de tentativa, de 10 a 15 años. El delito de colaboración con organización terrorista está sancionado con penas que oscilan entre los cinco y los 10 años de prisión.

comentariosicon-menu1WhatsAppWhatsAppTwitterTwitterLinkedinlinkedinBeloudBeloud
FacebookTwitterlinkedin
arrow-comments

Comentarios 1

En esta noticia no se pueden realizar más comentarios

ana
A Favor
En Contra

Soluciones:

https://www.voxespana.es/programa-electoral-113

Puntuación 0
#1