La higiene de una casa es algo vital para la salud de los que viven en ella. Además de airear diariamente todas las habitaciones, hay que limpiarla con la frecuencia necesaria para eliminar de ella posibles gérmenes y bacterias que puedan provocar daños en una persona.
Aunque desinfectar y eliminar el polvo de las diferentes habitaciones de una casa es muy importante, hay que prestar mucho más cuidado a la hora de limpiar objetos de uso más frecuente como los platos. Diariamente por nuestros platos pasan los alimentos que comemos los cuales van directamente a nuestro organismo, por lo que si los platos no están bien limpios ingeriremos además de la comida, todo tipo de bacterias que pueden lastimar nuestra salud.
El método más higiénico de lavar los platos sucios
El punto clave a la hora de lavar los platos sucios correctamente está en la temperatura del agua. La mayoría de bacterias no sobreviven cuando están expuestas al calor, por lo que lavar los platos sucios con agua caliente es crucial para dejarlos libres de gérmenes.
Debido a la importancia que tiene la temperatura del agua para limpiar, muchos son los expertos que recomiendan utilizar el lavavajillas en vez de lavar los platos a mano. Estos aparatos, además de estar diseñados específicamente para realizar la mejor limpieza, suelen funcionar con agua caliente a 140-145º de temperatura, por lo sin ninguna duda son mucho más eficaces para eliminar las bacterias.
Esta recomendación no viene solo por la efectividad de los lavavajillas, si no también por los objetos que utilizamos cuando limpiamos a mano. El estropajo es una de las cosas que más gérmenes alberga de toda la casa, por lo que es contradictorio usarlo si lo que queremos en limpiar correctamente los platos sucios.