No hace falta ser madre o padre para conocer que el balanceo es una de las mejores prácticas para dormir a un bebé. Esta técnica es una de las más eficaces y rápidas para que un bebé descanse, sin embargo también puede ser una de las más cansadas, ya que supone todo un esfuerzo mayor para la persona que lo sostenga.
Aunque nadie nos ha dicho que debemos dormir a los bebés balanceándolos de un lado para otro, todos conocemos esta técnica. Si bien es la más efectiva para que un bebé descanse, no conocemos porque tiene tanto éxito a pesar de que tiene un motivo bastante lógico. Es algo a lo que están acostumbrados ya desde antes de nacer, por lo que les aporta más tranquilidad a la hora de dormir
¿Por qué los niños se duermen rápidamente si los balanceamos?
Los bebés recién nacidos se tranquilizan mucho más cuando son balanceados porque están acostumbrados a ello. Ya desde que están en el útero materno, el feto percibe el movimiento generado por las actividades que realiza su madre. Al moverse de un lado al otro, el bebé es balanceado constantemente por lo que relaciona dicho balanceo con algo familiar y que le aporta tranquilidad.
Del mismo modo que el balanceo es algo común para los bebés, también les ayuda a conciliar el sueño por el hecho de estar cerca de uno de sus progenitores. Desde que está en el útero, escuchan todo tipo de sonidos cómo el latido del corazón de su madre, por lo que estar cerca de una persona y escuchar su latino les ayuda a relajarse.
A pesar de que existe el dicho de que si balanceamos a un bebé este se puede acostumbrar, existen muchos beneficios por los que el balanceo es la mejor técnica para lograr que duerma. Además de mejorar los lazos emocionales entre los padres y los hijos, este movimiento les ayuda a realizar la digestión, entre otras muchas cosas.