Las cocinas de vitrocerámica se han vuelto muy populares estos últimos años especialmente porque son mucho más seguras y son mucho más fáciles de limpiar. En grandes restaurantes todavía utilizan las cocinas de hornillos por el resultado que aportan a la hora de cocinar, sin embargo en los hogares comunes actuales cada vez es más común tener vitrocerámica.
Si bien la vitrocerámica se limpia de una forma más rápida que una cocina tradicional, limpiarla correctamente es algo fundamental para su funcionamiento. A la hora de limpiar la vitrocerámica debemos hacerlo con productos de calidad y siguiendo algunos pasos sencillos pero muy importantes.
¿Cómo limpiar correctamente la vitrocerámica?
Limpiar la vitrocerámica cuando esté fría: Aunque la vitrocerámica no tarda mucho en enfriarse un fallo muy común es comenzar a limpiarla cuando no está fría del todo. Esto puede dañar su superficie y generar sobre ella diferentes rasguños.
Lavar la vitrocerámica con cuidado: Se debe utilizar una esponja suave para lavar toda la superficie de la vitrocerámica. Esta limpieza debe hacerse con agua y con un poco de jabón para así eliminar la suciedad más superficial.
Utilizar una espátula para vitrocerámicas: Con una espátula específica para este cometido, se debe eliminar la suciedad más difícil de eliminar. No se puede ejercer demasiada presión al hacerlo para no dañar la superficie, pero sí la suficiente para eliminar los restos de comida.
Limpia toda la superficie: Después de haber rascado toda la superficie, es necesario utilizar un paño húmedo para eliminar todo posible resto que quede. La vitrocerámica debe estar libre de suciedad para que el producto de limpieza funcione correctamente.
Aplica el producto de limpieza: El último paso sería el de aplicar el producto de limpieza. Hay que asegurarse de esparcirlo correctamente por toda la superficie para dejarlo actuar y luego retirarlo con papel de cocina u otro paño húmedo.