Desde que comenzó la pandemia, las mascarillas se han convertido en una de las medidas de protección más empleadas. Su uso se ha convertido en clave para minimizar la propagación del virus y sus tejidos en centro de atención de todo debate. Los expertos casi siempre han recomendado el uso de mascarillas profesionales para garantizar su correcto funcionamiento, mientras que las mascarillas de tela han estado en el punto de mira desde el comienzo.
Según el científico Christopher Zangmeister, las mascarillas de algodón funcionan mucho mejor de lo que se piensa la mayoría. Estas mascarillas de tela son poco valoradas por los especialistas ya que rápidamente se humedecen y pierden su eficacia, sin embargo un reciente experimento ha demostrado que esto no es del todo cierto.
En un nuevo experimento realizado por Zangmeister y otros científicos, se pusieron a prueba diferentes tejido para conocer la capacidad de cada uno de ellos. En total eran 9 tipos de diferentes de algodón y 6 fibras sintéticas, entre las cuales se encontraban el rayón y el poliéster entre otras.
Después de analizar los resultados de esta prueba, se pudo determinar que el algodón seco mejora su rendimiento cuando se utiliza en un ambiente húmedo. Las telas sintéticas perdieron algo de su eficacia al estar humedecidas, algo que no pasa con el algodón seco que mejora su capacidad en un 33%.
Cotton masks become better filters when they absorb the moisture from your breath, making them even better at slowing COVID-19 than we thought: https://t.co/qbGtnC4a42 pic.twitter.com/91hNVIvlTX
National Institute of Standards and Technology (@NIST) March 9, 2021
La explicación de esto se centra principalmente en que las fibras de algodón se agrandan por culpa de la humedad, logrando con ello atrapar más cantidad de partículas. Esto no ocurre con las fibras sintéticas ya que repelen el agua. Teniendo en cuenta que una mascarilla está expuesta continuamente al aire que exhalamos, las mascarillas de algodón se convierten en una mejor opción.