Mientras que la mayoría de personas cree que leer rápido es un hábito difícil de controlar, te alegrará saber que en verdad es un arte que se puede dominar con un conjunto de ejercicios y herramientas. Te enseñamos algunos pasos que puedes utilizar y, con un poco de práctica, será fácil deslizarse a través de una docena de páginas en escasos minutos.
Constantemente hacemos cualquier tipo de lectura todos los días; ya sea navegando en algún periódico, un artículo viral, explorando foros o, simplemente, leyendo libros. Sin embargo, leer a través de algunos textos puede resultar pesado cuando pasan varias horas. Después de estar cierto tiempo leyendo nos sentimos realmente agotados y, ¿cuántas veces nos han dolido los ojos después de leer? Forzar la vista para leer las letras pequeñas y pasar páginas puede resultar realmente agotador y dañino para la vista.
Algunos creerán que leer rápido puede significar no entender el texto y tener que volver a empezar. La forma en que nos enseñaron a leer tiene poca relevancia sobre cómo deberíamos hacerlo realmente. Los más pequeños empiezan con métodos lentos para comprender las palabras y la estructura de la oración, y parece que seguimos con esas herramientas. Sin embargo, existen algunos ejercicios para procesar gran cantidad de información en poco tiempo.
En gran parte de nuestra infancia nos enseñaron a prestar atención a cada palabra en una oración. Pero, gran parte de esto es innecesario. Del mismo modo que vemos el trailer de una película para saber qué podemos esperar; una vista previa antes del texto prepara al lector a obtener una comprensión rápida de lo que está por leer. Prestar especial atención a los encabezados, subtítulos o cualquier negrita ayuda a centrarse sólo en las palabras destacadas y permite que el cerebro rellene la información únicamente de éstas. De este modo nos quedamos sólo con lo más relevante.
Podemos leer hasta cinco palabras a la vez
Por otro lado, leer rápido requiere concentración para comprender bien el texto. Puede que se te vengan pensamientos por evitar el ruido y estar en un sitio lejos de las distracciones. Muchos lectores leen algunas frases de forma pasiva y tienen que retroceder para leer dos veces la misma línea. Para ello, debemos tener una vista panorámica del texto; si te centras en una sóla línea te ralentizará.
Pronunciar cada palabra mentalmente retrasa la lectura y distrae del punto principal del texto. Una de las herramientas más interesantes es ejercitar los ojos.
La mayoría de gente podemos comprender conjuntos de tres a cinco palabras. En lugar de individualizar cada palabra, se deben coger grupos de tres a cinco palabras moviendo solo la cabeza. De este modo nos centramos solo en bloques de palabras en lugar de palabras continuas. Apuntar con el dedo, un bolígrafo o un marcapáginas, ayudará a aprender a mover los ojos y organizar los bloques en el cerebro.
Esto último, especialmente, requiere mucha práctica. Aunque pueda parecer una tarea compleja, realmente es cuestión de ejercitar el cerebro y los ojos. Una vez consigas leer en bloques y quedarte con lo más importante, no querrás leer de otro modo; serás capaz de leer más de 10 páginas en menos de 10 minutos.