Una familia tuvo una experiencia aterradora cuando un oso entró en su casa y se negó a irse a pesar de sus mejores esfuerzos para asustar al animal. Según informa la Real Policía de Canadá, el oso entró en la casa y se paseó por todas las habitaciones asustando a sus inquilinos con su presencia.
La familia se encerró en una misma habitación para evitar incidentes; mientras un amigo fue a ayudarlos gritando, golpeando ollas y sartenes en un intento de asustar al oso y esperar que saliera de la casa. Eventualmente, el amigo y el oso estaban en un punto muerto, con el oso detenido con medio cuerpo fuera de la casa y el resto en el interior de la vivienda.
El amigo de la familia finalmente pudo golpear la nariz del oso, haciéndole retroceder hacia fuera y finalmente poder cerrar la puerta corredera de cristal. El animal quedó encerrado en una especie de terraza de la casa de la familia canadiense y empezó a clavar sus garras y morder a la pantalla de cristal.

Oso mordiendo el cristal. Imagen: Policía de Canadá
Tuvieron que sacrificar al animal por su comportamiento agresivo
La policía pudo asustar al oso con bocinas y lanzando agua sobre él. Poco después, sin embargo, el oso volvió a la casa y trató de abrir la puerta del garaje de la misma casa y persiguió a un hombre por la calle antes de que pudiera entrar en su coche. Después de establecer contacto con Conservation, una protectora, se determinó que debido a las acciones agresivas del oso y que no tenía miedo a las personas, necesitaba ser sacrificado.
Lamentablemente, la RCMP utilizó eutanasia para acabar con el oso. Más tarde pudieron determinar que era un oso adulto que pesaba aproximadamente 113 kilogramos sin ningún signo de enfermedades que pudiera explicar su descarado comportamiento.