La industria tabaquil produce una gran cantidad de cigarrillos al año y, como consecuencia, miles de colillas desperdigadas terminan en el suelo de cualquier ciudad. Alarmados por la cantidad de filtros que cubrían los parques de Amsterdam, dos diseñadores holandeses presentaron un plan un tanto inusual: entrenar cuervos para recoger las colillas y recibir una recompensa.
Originalmente, Ruben van der Vleuten y Bob Spykman consideraron el uso de robots para limpiar las calles, pero se presentaron una serie de dificultades que terminaron con esta idea. Algunos de los obstáculos fueron el nivel que se requiere en programación para que los robots aspiren cada rincón, mientras tratan de no ser un obstáculo para bicicletas y otros medios de transporte. Es por ello que pusieron su atención a uno de los recursos más abundantes en áreas urbanas: las aves.
Las palomas fueron las primeras que tuvieron en consideración por la razón de encontrarse en cada ciudad del mundo. Pero cuando intentaron poner en práctica su idea, se reveló que no son lo suficientemente inteligentes para llegar al fin que buscaban principalmente. Sin embargo, los dos diseñadores pronto encontrarán un pájaro muy común alrededor de los asentamientos y mucho más inteligentes: los cuervos.
Los cuervos se consideran una de las especies más inteligentes del planeta. Su comprensión sobre el mundo les permite planificar, crear y utilizar herramientas para llevar a cabo sus objetivos. Pueden aprender todo tipo de cosas observando su alrededor e inclusive contar. El cociente intelectual de los cuervos es igual al de los chimpancés, por lo que fue la especie perfecta para el proyecto previsto de Ruben y Bob.
Fue entonces cuando dieron con Crow Box diseñado por Joshua Klein: un proyecto de código abierto que actúa como una máquina expendedora de comida para cuervos. Cada vez que un cuervo deposita una moneda en el dispositivo, sale una recompensa. Ruben y Bob adaptaron este concepto intercambiando las monedas por colillas y lo cambiaron por el nombre Crowbar.
Y aunque es un proyecto que está muy lejos de ser una realidad, en algunas ciudades se están buscando otras alternativas para mantener las calles libres de colillas de cigarrillos. Todavía se necesita realizar investigaciones sobre los efectos dañinos que las colillas pueden representar para los cuervos.
