Existen millones de personas que experimentan miedos y fobias hacia cierto tipo de animales o insectos; por ejemplo, miedo a las arañas o aracnofobia. A veces, este miedo proviene por el aspecto que tienen algunos de estos ejemplares, como su rara apariencia, sus grandes dientes o su tamaño.
El reino animal está lleno de sorpresas: branquias, alas, camuflaje, fosforescencia, insectos que se reproducen sin emparejarse, etc. Sea lo que fuere, la naturaleza equipa a estos organismos de características extraordinarias, pero ninguna es más temible que el veneno: un asesino letal y silencioso.
A pesar de que en el camino nos encontremos con un animal en apariencia inofensivo, existen algunas especies que pueden resultar un peligro mortal: sus toxinas son capaces de producir una muerte agónica sin que nos dé tiempo a reaccionar.