No somos pocos los que tenemos la costumbre de programar más de dos alarmas para asegurarnos de que suene varias veces y no quedarnos dormidos. El segundo clásico es colocar el despertador lejos de la cama para obligarnos a levantarnos. Y es que las rutinas diarias pueden promover una serie de alternativas para despertarse y quedar lleno de energía.
Los hábitos matutinos pueden darte energía, mejorar tu salud y promover un estado de ser que va más allá de sentirse bien en las primeras horas del día. Pero seamos honestos, para la mayoría de personas que tienen que madrugar para ir a trabajar, incorporar una rutina estricta no es nada más que una fantasía romántica. Sin embargo, hoy presentaremos una serie de estrategias que se adaptan a cualquier estilo de vida.
Aleja tu despertador de la cama

Como bien hemos dicho en líneas anteriores, poner varias alarmas es todo un clásico. Sin embargo, prometernos a nosotros mismos eso de "cinco minutos más" es contraproducente, porque hay veces que apagamos el despertador de forma inconsciente. En su lugar, una de las mejores estrategias es colocar el despertador lejos de la cama para que tengas que levantarte a apagarlo. Una vez has salido del sobre, no te queda otra que empezar tu rutina diaria.
No comiences el día revisando tu smartphone

Lo peor que puedes hacer es revisar todas las notificaciones de tu teléfono debajo de las sábanas. La luz azul que emite la pantalla de tu smartphone es terriblemente perjudicial para tus ojos, más cuando acabas de pasar siete u ocho horas de completa oscuridad. Espera unos minutos antes de revisar las historias y noticias, dedícate a despertarte con actividades más productivas como lavarte la cara o hacerte el desayuno.
Lávate la cara

Lavarnos la cara no solo es lo más saludable para nuestra piel, sino que nos ayudará a despejar esa pesadumbre que suele acompañarnos en los primeros minutos del día. Dedica todas las mañanas unos minutos para limpiar e hidratar adecuadamente tu piel, esto garantizará una pequeña dosis de energía.
No te olvides del desayuno

No esperes hasta salir de casa para desayunar, el cuerpo necesita combustible tras las ocho horas de sueño. Cuando nos levantamos, más allá de tener sueño o sentirnos cansados, el cerebro comienza a enviar señales a todo el cuerpo para comenzar a trabajar. Los niveles de las sustancias cerebrales dependen de nuestra alimentación. Es por esta razón que el desayuno permite despertarnos, estar alerta y responder de manera más inteligente a los estímulos.
Deja pasar la luz solar

Lo creas o no, la luz solar promueve la síntesis de melatonina, hormona que ayuda a definir nuestros ciclos de sueño. Esto, en definitiva, quiere decir que los rayos ultravioleta ayudan a sentirte más despierto. Sube persianas y abre las cortinas, es de día y es hora de empezar con la jornada.